Refugio en Suano-El Lago
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Refugio en Suano-El Lago
Polígono 1 Parcela 716, El lago
Ángel Hernández Morales
Diputación Regional/entre los 60 y los 75
Cristina Fuertes Gandarillas
Hernández Morales en su etapa como arquitecto de la Diputación nos da una lección de paisajismo: como funcionario introduce la nueva arquitectura con la adaptación a diferentes contextos y tipologías de la geografía cántabra, pasando desapercibida.
Los lavaderos poseen cierta vocación urbanística, relegando la misión de unificar y ser punto de referencia para el poblado, donde se relacionaban familiar y socialmente. Siempre exentos y rotundos, el espacio exterior sin delimitar ni edificar, con un volumen altamente expresivo.
Su planta es a base de figuras geométricas simples: continuo juego entre la rotundidad de la misma y su aspecto exterior irregular, sin simetrías y losas de hormigón en cubierta jugando con la ligereza, movimiento y los claroscuros.
La fachada es la propia estructura, cerrándose al norte y dejando una apertura a modo de acceso al sur, sin necesidad de puerta y con ventanales para ver el pueblo. Con aleros que protegen de la lluvia y el viento. Cierre de mampostería. Carpintería de hormigón y vidrio a hueso. El espacio interior, sin ornamentación, posee únicamente la pila de hormigón o el banco.
Pese a los desperfectos, que no son pocos, su esencia original no se ha desvirtuado prácticamente.
En la época en que se construyeron, la vida del poblado giraba en torno los lavaderos, pero con el desarrollo industrial y económico, la aparición de lavadoras, la creación de nuevas estructuras viarias o las necesidades de dotaciones comunes en los pueblos para basuras, etc estos bellos edificios han quedado lamentablemente en desuso, o incluso han desaparecido.
El espacio exterior, que originariamente quedaba sin delimitar, hoy día lo está. Se ha edificado en las cercanías de alguno de los casos, perdiéndose el carácter rotundo de volumen exento.
En alguno como el de Udías su uso ha quedado relegado a garaje, o lavadero de alfombras en el caso de Barros.
A lo largo de las carreteras de acceso a zonas de montaña con nuevos centros turísticos surgen a finales de los 50 pequeños refugios para dar cobijo al transeúnte. Ubicados a pie de carretera. Un volumen rotundo, formado por dos rotundos muros de mampostería en V en cuyo vértice se aloja la lumbre con o sin chimenea. Con dos asientos laterales y sin ornamentación alguna. Una ligera losa con alero sirve de cubrición.
Por desgracia, con los nuevos trazados viarios han desaparecido la mayor parte de ellos. Los que aún se mantienen en pie son fruto del olvido.
20/03/2018
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Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Tres lavaderos y un refugio». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 128
Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE
VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97
Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.
fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es