PALACIO DE FESTIVALES, SANTANDER

4- PALACIO DE FESTIVALES, SANTANDER

Autor: Francisco Javier Sáenz de Oíza.

Colaboradores: Fco. Javier Sáenz Guerra, arquitecto.

Estructuras:  Juan José Arenas de Pablo, Carlos Alonso y Marcos Pantaleón, ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.

Instalaciones generales, Alberto Viti. Acústica de García-BBM.

Constructora, Dragados y Construcciones S.A, bajo la dirección de Mario Jordá Fernández, arquitecto.

Dirección: Paseo de Pereda s/n.

Municipio: Santander.

Dirección de Obra: Colaboran con el estudio Sáenz de Oíza, Aurelio Vega Presilla, arquitecto y José Vicente Sámano Pacheco y José Abascal Gómez, aparejadores.

Año de proyecto: Concurso 1984, proyecto en dos fases primera fase 1985. Segunda 1987.

Final de obra: 1991

Promotor: Consejería de Cultura de Gobierno de Cantabria. Ministerio de Cultura.

 

El Palacio de Festivales de Santander expresa el inicio del apoyo decidido de las diferentes Administraciones a la transformación del litoral. Coincide el período con la gran crisis de los astilleros, y su reconversión industrial; así, el solar propuesto para el Concurso de Ideas, germen del edificio aquí reseñado, era un pequeño terreno con fuerte pendiente entre la Escuela de Marina Mercante y unos astilleros en desuso.

Fco. Javier Sáenz de Oíza había participado y sido seleccionado, junto con su compañero y amigo Manuel Sierra, en un concurso de ideas a finales de los cincuenta en la Plaza Porticada, donde se celebraban los mejores Conciertos de Santander, finalmente no desarrollado.

Años más tarde, 1984, el Ministerio de Cultura, en una campaña nacional de apoyo a la Música, convoca en sucesivos años diferentes concursos de Ideas para la construcción de Auditorios. En el caso de Santander sirve para apoyar de forma decidida, la transformación de su frente litoral, como será luego ocasión de las grandes ciudades de la Cornisa Cantábrica. Así sucederá en los casos de Bilbao, San Sebastián, Gijón… y también en Galicia, donde Oíza participará en el Concurso Abrir Vigo al Mar.

El edificio, primer premio, marinero, mira en sus anhelos tanto hacia esa Inglaterra importante en el mar Cantábrico y que en ese momento, junto con J. Stirling, confía en una vuelta al orden, en un culto alemán (Holderlin citado siempre por Oíza)  del postmodernismo de su Museo de Stuttgart, como a la singularidad arquitectónica del Palacio de la Magdalena.

La Sala Mayor (1.600 plazas), graderío, se apoya a la manera clásica griega, en la gran pendiente natural del terreno entre el nivel inferior, acceso pensado como principal, Avenida de Gamazo, y el superior de la Avda. Reina Victoria. La Sala Menor, 600 plazas,  en la evolución del Proyecto toma desde un origen lateral, su condición central de simetría, bajo la lonja de Acceso.

Parcela constreñida, de aproximadamente 120×40 metros, da pié a una Gran Sala de 40×40 metros, que se abre al mar mediante un gran ventanal, escenario para la contemplación desde el interior y desde la galería de entrada. Cuatro torres en las cuatro esquinas anclan la solución al terreno y la unión de galerías entre ellas sirve de ayuda y sección estructural a las grandes vigas de canto que salvan la luz principal de la Sala.

El proyecto encerrado en este graderío que canta Oíza a Epidauro, tiene otra de sus claves principales en la sección. Si en otros proyectos entrar para Oíza es bajar, aquí se produce en un ascenso continuo desde el mar, dramatizado accediendo por debajo de la Escena, para darse frontalmente contra un graderío de fuerte pendiente.

 Este interior, de enorme rotundidad, queda cubierto por un transparente sistema de control de luz, que incorpora reflectores acústicos facilitando la polivalencia en el uso del edificio como Teatro o como Auditorio.

En su aspecto formal, la Sala cae en cascada forrada por su cara superior de cobre oxidado envolviendo hasta el acceso, y en sus caras laterales vestida por un quebrado sistema de bandas horizontales de mármol de dos tonos. Potentes columnas de bronce, cuyos capiteles se acarician con las manos, sujetan en ambos accesos opuestos las marquesinas vidriadas sobre acero rojo y azul, conformando una arquitectura de un momento histórico concreto, muy corto, con voluntad de Intemporalidad.

 

Publicaciones.

El Croquis número doble 32-33.  Febrero-Abril 1988. Edición revisada y ampliada 2002.

Diseño Interior. Número 5. Junio 1991.

Revista Sin Marca. Número 0. Año 2002.

Revista Arquitectura COAM números 249 y 250.

04-PALACION DE FESTIVALES

CENTRO DE INTERPRETACION DE LA NATURALEZA DE PICOS DE EUROPA, TAMA, CILLÓRIGO DE LIÉBANA
PALACIO DE EXPOSICIONES, SANTANDER