EL FERROCARRIL CASTRO-TRALAVIÑA
El trazado de este ferrocarril discurre por partes iguales a través Cantabria y Vizcaya. Los objetivos de su explotación fueron comunicar Castro-Urdiales con el ferrocarril de Santander-Bilbao y trasportar los minerales de la zona de Galdames y Somorrostro hacia el puerto Castreño. Se inauguró el servicio de viajeros el día 29 de junio de 1899. La longitud del ferrocarril era de 33 kilómetros, de vía métrica y discurría por un perfil muy duro. Existen 13 túneles, con 3.248 metros de longitud total; el de las “Muñecas” con 1650 metros, era en su tiempo de los más largos de España de vía estrecha. En la estación del Castaño, existía la desviación de 10,6 kilómetros, a San Pedro de Galdames, donde convergían varios teleféricos mineros. Se efectuó una prolongación desde la estación de Castro a la ensenada de Urdiales, para establecer dos cargaderos de mineral, uno en la Punta Pepina y otro en el interior de la ensenada San Andrés. La estación de Castro era majestuosa, diseñada por el cántabro Eladio Laredo y decorada por Daniel Zuloaga con azulejos de motivos ferroviarios. La especulación urbanística acabó con este hermoso edificio en 1970. La rentabilidad del ferrocarril se basó en la minería, una actividad temporal, causa principal de su fracaso. El Ferrocarril minero de Castro a Alén, terminado en 1895, al discurrir paralelo, en buena parte, al Castro-Traslaviña le condicionó una pérdida sustancial de tráficos. La explotación del ferrocarril arrojó balances positivos desde 1899 hasta 1908, en que coincidiendo con la crisis de la siderurgia británica, disminuyen las exportaciones. Como las pérdidas seguían en aumento, el 12 de junio de 1921, se suspendió el servicio. El ferrocarril estuvo un año cerrado, y el 16 de junio de 1922 el Estado se hace cargo de la explotación; durante 43 años En septiembre de 1965 pasó a FEVE y unos meses después, el 14 de enero de 1966, se cierra la línea.
Manuel López Calderón Barreda
PLANOS TOPOGRAFICOS DE LA LINEA CASTRO-TRAS LA VIÑA
