Hospital de Valdecilla
EDIFICACIÓN SANITARIA
Hospital de Valdecilla
Avda. Valdecilla 25. Santander
Gonzalo Bringas Vega
Ramón Pelayo/1929
Ana María de la Lastra Valdor
Para la construcción del nuevo hospital, se convocó un concurso abierto, en 1919, siendo ganada por los arquitectos Francisco Urcola y Eloy Martinez del Valle con la colaboración de Deogracias Mariano Lastra, siendo otorgado el 2º premio al proyecto de Javier Gonzalez de Riancho.
Es en el verano de 1920, cuando se coloca la primera piedra con la presencia de los Reyes, comenzando realmente las obras en Octubre de 1921. La escasez de presupuesto disponible hizo que aún en 1926, apenas se estuviera realizado el movimiento de tierras y parte de la cimentación y es entonces cuando aparece la figura de D. Ramón Pelayo dispuesta a financiar la terminación de la obra. D. Ramón Pelayo, indiano montañés, que hizo su fortuna en tierras cubanas, asume personalmente la construcción del nuevo hospital y encarga a D. Gonzalo Bringas, arquitecto de la Diputación, la redacción de nuevo proyecto, tras la renuncia de Urcola y Martinez del Valle a la dirección de las obras el 15 de Noviembre de 1926.
El nuevo proyecto es aún más ambicioso. Es importante reseñar que el programa no solo se limitaba a suplir unas carencias asistenciales patentes en la asistencia médica provincial sino que el afán de hacer un hospital modélico llevó a introducir en dicho programa espacios dedicados a: sala de conferencias, biblioteca, laboratorios o escuelas de enfermeras, existiendo en su lado sur junto al pabellón central, instalaciones deportivas, (pista de tenis). Era por tanto en la práctica además, un centro de docencia e investigación. En junio de 1927, Bringas presenta el proyecto de ejecución del hospital.
Es un conjunto de pabellones bajos salpicados por tramos de jardín; hay palmeras y arbustos en los parterres que cercan la finca, y caminos de grava compactan la imagen del complejo.
Es en el diseño arquitectónico de los diferentes pabellones, donde Bringas consigue una imagen personal y única. Son evidentes las referencias al «estilo montañés» pero mixtificado y contenido como corresponde a una especialización funcional muy exigente.
La extrapolación del estilo montañés a un gran edificio público se hacía más patente en los pequeños pabellones que conservaban en su imagen exterior el carácter domestico de la casa montañesa.
La estudiada variedad de las fachadas, en función de su orientación, sirve para encajar las referencias estilísticas propias de la arquitectura de Bringas, no exentas de audacia como los magníficos vuelos de las terrazas sobre imponentes ménsulas de volutas y rodillos que alcanzan una sugerente modernidad por su depuración en el pabellón de enfermedades infecciosas.
Es en las fachadas Oeste de los pabellones que aún permanecen donde la variada seriación de terrazas y galerías, unas lisas y otras utilizando «bow Windows» referencia a la inglesa arquitectura del Palacio de la Magdalena, en contrapunto a la fachada Este donde solamente los alfeizares y los huecos de ventanas orlados superiormente constituyen toda su decoración.
Las tres plantas de que constaba cada pabellón se comunicaban verticalmente por medio de un núcleo de escaleras y ascensores. Debajo de la galería de circulación que comunicaba todos los pabellones se encontraba ocupando su misma superficie otra de servicios por donde se canalizaban las instalaciones, de modo que cualquier reparación no perturbará el normal desenvolvimiento de las funciones hospitalarias.
La claridad de ordenación se vio alterada ya en los años 60 con las destrucción de las dos primeras filas de pabellones y la construcción de las dos torres e incluso en nuestros días la parcela original ha seguido colmatándose, perdiendo se esencia de ciudad jardín hospitalaria.
Hoy, desgraciadamente, de la ejemplar obra apenas queda la tercera fila de pabellones y la iglesia en uso.
08/03/2022