Hospital de la Mutua Montañesa
EDIFICACIÓN SANITARIA
Hospital de la Mutua Montañesa
Avenida del Faro 19. Santander
Ángel Hernández Morales
Mutua Montañesa/1969
Jorge Villamor Cantera
Este edificio de uso sanitario y proyectado originalmente como Centro de Prevención y Rehabilitación de Accidentes de Trabajo de la Mutua Montañesa, hoy conocido como Hospital de la Mutua Montañesa, responde a un proyecto de los arquitectos Ángel Hernández Morales y Emilio de la Torriente Castro fechado en el año 1969.
La obra, premiada en un concurso convocado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid en el año 1972, acoge en su edificación principal como centro de rehabilitación una gran mezcla de usos (zonas de servicios médicos y de prevención, fisioterapia con gimnasio, terapia ocupacional, dirección y administración, residencia y salón de actos ) implementándose en el territorio de manera escalonada en bancadas desde la parte más alta de la parcela con gran acierto, casi siguiendo las curvas de nivel del mismo con una geometría curvada, con un máximo de cuatro alturas, una disposición eminentemente horizontal y una organización funcional alrededor de un jardín interior. Este juego de desniveles se prolongaba en el resto de la parcela con dos bancadas más en las cuales se situaba una proyectada y no construida piscina exterior, una bolera montañesa, una zona de tiro con arco, una pista de tenis y una pista polideportiva.
El resto de los edificios que componían el conjunto original eran el edificio para talleres (con una disposición de las aulas alrededor de un vestíbulo y actualmente en desuso), la vivienda del guarda y la marquesina de entrada. Estos dos últimos, a día de hoy, se encuentran desaparecidos del mismo modo que la pista de tenis y la pista polideportiva que se encontraban en la parte más baja de la parcela y cercana a la entrada siendo sustituidas por dos aparcamientos de vehículos.
El edificio que acoge actualmente el hospital, realizado en estructura de hormigón con cubiertas planas, mampostería de piedra caliza, carpinterías de madera de teka y acabado exteriormente a base de plaquetas de gres de castilla de 20 x 10 cm que le daban su carácter tan singular, ha sufrido durante los últimos años profundas transformaciones tanto en sus instalaciones interiores como en su acabado exterior con la intención de solventar diversos problemas funcionales, de salubridad, accesibilidad y seguridad antiincendios. Como consecuencia de todos estos cambios necesarios, parte de la volumetría original se ha distorsionado así como el juego de texturas que tenía la fachada sustituyéndose por una, mucho más eficaz, pero más plana y homogénea.
20/12/2020