
Gran Casino del Sardinero
EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA
Gran Casino del Sardinero
Plaza de Italia. Santander
Eloy Martínez del Valle
Sociedad del Sardinero/1913
José Carrión Bermúdez
En la segunda mitad del siglo XIX, antes de realizarse la reforma de la zona situada frente a la Primera playa del Sardinero existía una placita ante el primitivo Casino llamada del Pañuelo por su reducido tamaño.
En 1878 Charles Garnier diseña el Casino de Montecarlo y marca una fuerte pauta para estos establecimientos.
A medida que el veraneo aumentaba en El Sardinero, «La Cañía» fue recabando mayores atenciones del Municipio que llegó a incluirla entre las vías de un futuro cierto y a aumentar ese interés contribuyó el famoso tranvía a vapor de Pombo, que aparecía o desaparecía entre los matorrales al fondo de la barrancada donde fue perforado el túnel procedente del barrio de Tetuán.
En 1901 se funda la Sociedad «El Sardinero» cuyo objeto era explotar la concesión de la playa de El Sardinero y en 1910 se funda la Sociedad de «Amigos del Sardinero» para que El Sardinero y sitios circundantes de Miranda y La Magdalena lleguen a constituir por sus condiciones de habitabilidad una calle más de la ciudad.
Dice la Memoria del Proyecto redactado por Eloy Martínez del Valle en 1913:
«El Casino debe tener una pintoresca situación, debe estar próximo a la playa en una estación de baños de mar y su acceso debe ser fácil, no fatigoso; debe estar bien orientado; su situación y orientación tienen grandísima influencia en los resultados de la explotación. Su construcción debe ser suntuosa y ligera a la vez, con grandes ventanas y amplias terrazas y con altura suficiente para dominar el panorama de la estación veraniega donde radica su emplazamiento».
Como dice Ramón Rodríguez Llera, en su libro editado por el Ayuntamiento de Santander y la Librería Estudio en 1987, «En el Gran Casino nuevo de Santander, Martínez del Valle se las tiene que ver con un solar que le permite una planta y una distribución parcialmente beauxartiana, regularizada y simétrica en la parte delantera, acabándose como se puede en la trasera, que es patio de vecindad con no muy dignas compañías.
Olvidándose de lo que definitivamente no se ve, el edificio se vuelca adelante, creando terrazas e imperial escalinata elevándose al máximo con las torres octogonales que lo concluyen. Las primeras partes crean los espacios de relación y transición entre el exterior y el interior. Después viene el recubrimiento estipulado de cada paño y de cada parte con un abundante recurso a las formas aplacadas y de no excesivo relieve, pero iterativas, que recuerdan en detalle la riqueza semánticamente apelada (riqueza por riqueza), la del renacimiento internacionalizado según la peculiar y libre interpretación decimonónica».
Prohibido el juego por la dictadura, en 1953 el teatro se transformó en sala de cine y finalmente en 1978 Ricardo Lorenzo García proyectó y dirigió las obras para la reapertura.
01/03/2022