EDIFICIO DE VIVIENDAS EN LA PEREDA, SANTANDER
Arquitectos:
Clemente Lomba Gutierrez
Eduardo Manzanares Campo
Colaboradores:
Victor Sanchez Alonso, aparejador
Enrique Fernandez-Roel, estructura
Dirección: calle del Ingenio 1
Municipio: Santander, 39012
Año de proyecto: 1995
Año de finalización de la obra: 1996
Promotor: Miguel Mirones – PROMISIETE
Empresas participantes: TECONSA
Coordenadas: 43.480109, -3.793467
Se trata de un típico bloque de viviendas de cuatro plantas con cuatro viviendas por planta. Cada vivienda consta de dos dormitorios, salón cocina y baño salvo las de la planta cuarta que incorporarán los áticos bajo la cubierta.
El emplazamiento
El solar tiene una suave pendiente al sur y se encuentra en un entramado de bloques, en el que se abre un eje que permite una vista hacia el horizonte, el sur y las playas.
Este eje, que lo será también del edificio, es el que ordena la disposición del conjunto.
La distribución en planta propone que todas las viviendas apunten, en la medida de lo posible, al sur y a las vistas y así resulta una planta triangular, por la descomposición y giro de la trama cuadrada a sus diagonales.
La distribución de las viviendas
Las viviendas entonces obedecen, dentro del entramado rectangular, a un orden diagonal. Una secuencia desde la estancia a las terrazas y ventanas, una tensión diagonal que va a buscar las esquinas liberadas, el exterior y la luz.
De esta forma, la ventana en esquina es la clave sobre la que se apoya la disposición. No hay otra ventana que abra con mayor decisión, que ilumine con tanta energía como la ventana en esquina. El maestro José Antonio Coderch lo dejó en proyectos ejemplares.
Volumen y expresión
La composición del volumen se basa en la expresión de la escala doméstica. Las habitaciones marcan la dimensión de los volúmenes, como cuantos/elementos que conforman el conjunto total de la construcción. La escala de la fachada la da la medida de los recintos habitables y su correspondencia con las terrazas abiertas en las esquinas.
El juego en la esquina lo dan las terrazas y también las jardineras, de forma que se alude – en su modesta escala – al viejo ideal del jardín en vertical: sol y luz.
A partir de este volumen de perfiles muy marcados la cubierta se traza a dos aguas con hastiales planos y se retira del perímetro dejando libres las terrazas para las viviendas superiores. De esta forma la cubierta en su tamaño contenido tiene una escala menor que el bloque y no entra al juego fragmentario de la fachada.
La construcción
El material – unitario – se utiliza como soporte formal y figurativo. Se escogió un ladrillo de la Tejera Palentina, de gran tersura y con el mortero de las juntas teñido con polvo del mismo ladrillo para entonar el volumen y difuminar las llagas.
Es de reseñar el intento de aligerar la masa de los vuelos, convirtiéndolos en planos paramentos de ladrillo que además, descolgándose, dan sombra al techo del vuelo lo que lo aligera aún más y hace de parasol para las estancias.
La esquina, para abrirse con decisión, tiene que contar con hacer desaparecer el pilar y la solución es embeber la estructura – metálica en ese punto – en las carpinterías de las ventanas de la esquina de manera que los dos marcos de ambas ventanas recogen en el interior de su encuentro el pilar metálico.
En definitiva un bloque con una clara intencion doméstica tanto por el tratamiento de sus escalas como por el contraste entre la densidad de la fábrica de ladrillo y el tratamiento de sus huecos y los espacios exteriores de vivienda.