Centro Parroquial de Espinama
EDIFICACIÓN RELIGIOSA
Centro Parroquial de Espinama
Espinama (Camaleño)
Ángel Hernández Morales
Diputación Provincial y Obispado de Santander/1968
Pedro Fernández Lastra
Como arquitecto de la Diputación Provincial de Santander, Ángel Hernández Morales
redactó en 1966 el proyecto de un nuevo centro parroquial en Espinama para sustituir a la histórica iglesia de finales del siglo XVI, que se encontraba en un deficiente estado de conservación. Está situado en un altozano que domina visualmente el pueblo, en el lugar donde se ubicaba desde el siglo XVIII el edificio de la Obra-Pía de Espinama, ya entonces arruinado y que fue demolido. El programa solicitado incluía una iglesia, un salón social para reuniones y una escuela unitaria. Las obras del edificio, accesos y la urbanización fueron sufragadas por el matrimonio espinamense formado por Rafael Calvo Briz y María Jesús Briz Calvo. Además AHM construyó cerca la vivienda para maestro, actualmente abandonada y en un deficiente estado de conservación.
El centro parroquial fue prácticamente contemporáneo al proyecto que Hernández Morales estaba realizando en Fuente Dé, con el que comparte algunas de sus soluciones constructivas y formales, así como la eficaz y atinada estructura calculada por el ingeniero José Calavera.
Se puede considerar que es una obra de madurez, con pleno dominio de los recursos estructurales, constructivos, compositivos y formales que caracterizan su obra. Organiza los volúmenes de la iglesia y dependencias en forma de L, alrededor de un patio cuadrado con galería porticada de reminiscencias claustrales. El conjunto se inscribe sobre una traza de proporciones áureas, con una retícula ortogonal en la que combina pilares metálicos y potentes muros de mampostería, entre los que destacan los curvos que dan forma a la iglesia. Grandes cubiertas de pizarra a dos aguas conforman su imagen exterior. El campanario exento con una presencia casi escultórica, actúa como contrapunto vertical al conjunto edificado, recurso que utilizará en otras obras de la misma época.
Una construcción sólida y rigurosa que combina indistintamente materiales tradicionales como la piedra, la madera y la pizarra, con otros modernos como el hierro, el hormigón o el ladrillo cara vista, dotan al edificio de su imagen contundente en el exterior, como edificio público, pero amable en su interior, desprovisto de ornamentación para confiar su expresividad a la presencia de los propios materiales.
En esta y en otras de sus obras utiliza de manera recurrente un repertorio de soluciones constructivas y de materiales, que combinan referencias a la vanguardia arquitectónica con otras que pretenden su integración en el entorno tradicional, que va depurando en el tiempo y que convierte a sus obras en reconocibles.
La iglesia de San Vicente Martir tiene una única nave de traza casi triangular, en contraste con el cuadrado del patio, y presenta un carácter orgánico formado por un interesante juego de muros curvos de piedra y ladrillo que se prolongan en su interior, contrastando con el techo de tablas de madera de cedro. El acceso, de personas o de luz, se realiza a través de las aperturas entre estos muros de fachada al ser independientes entre sí, en un juego de vacíos y llenos que utiliza también en otras iglesias coetáneas. «Tratándose de un clima frío, hemos tenido especial cuidado en la disposición de las entradas. Por ello, el acceso a la nave está situado en la zona sur, y lo mismo la entrada a la catequesis cuidadosamente asubiada de los vientos del NW.» (de la memoria del proyecto).
AHM establece una relación muy acertada entre el trazado orgánico de los cerramientos en planta de la iglesia y la geometría de trama ortogonal de las cubiertas inclinadas, leyes compositivas en apariencia distantes, afrontando con ello la realidad del lugar pero también el compromiso de su obra con los tiempos en que se ejecuta.
También diseña el mobiliario interior y los objetos litúrgicos, en hierro y madera, en una acertada síntesis entre función, artesanía y escultura. En el exterior destaca el remate de la torre, habiendo desaparecido la simbólica fuente exterior situada en el centro del claustro. Como en otras obras de AHM, a instancia del arquitecto se contrata al escultor Jesús Otero para que realice las tallas del Cristo crucificado y de la Virgen.
El deficiente estado de conservación de su exterior demanda una restauración urgente que devuelva este edificio a su estado original.
Más información, texto y fotografías, en el siguiente enlace:
https://patrimonio.coacan.es/iglesia-espinama/
Es uno de los edificios seleccionados en el libro «40×40 Cuarenta años de Arquitectura en Cantabria», que se puede descargar en el siguiente enlace:
La Fundación do.co,mo.mo_ibérico ha incluido a este edificio en su registro de construcciones destacadas del siglo XX en España, dentro del apartado de «equipamientos modernos»:
13/03/2021