Depósito de elaborados de Tabacalera

EDIFICACIÓN INDUSTRIAL

c) Leopoldo Pardo 1

 

 

El edificio fue proyectado en 1959 por el arquitecto cántabro Juan José Resines del Castillo, para deposito y almacenamiento de tabacos elaborados en el extranjero.

Se adapta a las alineaciones de la trama urbana en una parcela pentagonal, resolviendo los accesos de carga, vehículos y personas creando un brillante remate a las tres calles, en un punto donde se produce un cambio de la trama urbana. Su ubicación al borde del ámbito portuario y la presencia de una torre, que configura uno de los volúmenes del proyecto, posibilita su visibilidad desde muchos puntos de la ciudad, contribuyendo a la generación de su perfil urbano y creando una reconocida imagen icónica.

El complejo programa de carácter industrial y administrativo se resuelve de forma clara, con plantas que reflejan la funcionalidad de la época pero que a su vez guardan clara relación con su forma. Se resuelve en dos cuerpos rotundos: un volumen bajo horizontal como depósito y almacén y una torre de seis pisos en la esquina de la parcela que aloja las oficinas (curiosamente, el edificio construido posee una planta de oficinas más que la de proyecto).

La macla de ambos volúmenes aparece perfectamente resuelta mediante la inclusión de planos ciegos de transición y la disposición de una losa horizontal que los independiza del basamento, por donde se produce el acceso. Un basamento de una planta sin apenas huecos unifica los dos volúmenes resolviendo el encuentro del edificio con el suelo. La solución compositiva de remate de la torre consiste en una losa invertida de hormigón visto en forma de V de gran expresividad. Sobre la cubierta del almacén se dispone una pieza cilíndrica a modo de ambigú conectada con la torre a través de un porche cubierto, para uso lúdico.

La resolución formal de los dos volúmenes es honesta a su función a la vez que plástica. El cuerpo bajo presenta cierre homogéneo de lamas horizontales que permiten la ventilación del tabaco enfatizando la horizontalidad, mientras que el cuerpo alto de oficinas presenta una retícula que enmarca los vanos acristalados abriéndose a la ciudad, con el empleo de ladrillo rojo en los laterales enmarcando las escaleras y proporcionando una acusada verticalidad.

Se hace uso de texturas y materiales de forma contenida y rotunda a la vez que funcional, con una acertada elección de los mismos.

Este edificio aporta al patrimonio arquitectónico una pieza de gran valía, interés y excepcionalidad, siendo un claro ejemplo de una vuelta al racionalismo después de las tendencias clásicas de posguerra, con una solución funcional, formal y urbanística excepcional.

18/06/2019

El edificio fue proyectado en 1959 por el arquitecto cántabro Juan José Resines del Castillo, para almacén de secado del tabaco y de los elaborados de Tabacalera en la ciudad.

Se adapta a las alineaciones de la trama urbana en una parcela pentagonal, resolviendo los accesos y maniobras de vehículos necesarias, entendiendo el lugar y su escala. Aprovecha su ubicación en el cambio de la dirección de la estructura de la ciudad para crear un hito.

El complejo programa de carácter industrial y administrativo se resuelve de forma brillante, con plantas que reflejan la funcionalidad de la época pero que a su vez guardan clara relación con su forma. Se resuelve en dos cuerpos rotundos: un volumen bajo horizontal como almacén y una torre de seis pisos en la esquina de la parcela que aloja las oficinas (curiosamente, el edificio construido posee una planta de oficinas más que la de proyecto). La macla de ambos volúmenes aparece perfectamente resuelta mediante la inclusión de planos ciegos de transición y la disposición de una losa horizontal que los independiza del basamento, por donde se produce el acceso. Un basamento de una planta sin apenas huecos unifica los dos volúmenes resolviendo el encuentro del edificio con el suelo. La solución compositiva de remate de la torre consiste en una losa de hormigón a dos aguas invertidas.

La resolución formal de los dos volúmenes es honesta a su función a la vez que plástica. El cuerpo bajo presenta cierre homogéneo de lamas horizontales que permiten la ventilación del tabaco enfatizando la horizontalidad, mientras que el cuerpo alto de oficinas presenta una retícula que enmarca los vanos acristalados abriéndose a la ciudad, con ladrillo rojo en los laterales enmarcando las escaleras y proporcionando una acusada verticalidad. Todo ello coronado por un expresivo vuelo de la losa de cubierta gracias al retranqueo del ático, otorgando la singularidad al edificio en el skyline de la ciudad.

Se hace un uso de texturas y materiales de forma contenida y rotunda a la vez que funcional. Cimentado con pilotes de 20m, con estructura de hormigón armado, fachadas de caravista rojo y aplacado de piedra de Escobedo, y carpintería metálica. Destaca la losa de hormigón en V de la cubierta de la torre.

Este edificio aporta al patrimonio arquitectónico una pieza de gran valía, interés y excepcionalidad.

Se cerró en el año 1993, encontrándose en fase proyecto para su adecuación como archivo catastral y centro cívico cultura de Castilla-Hermida en el año 2018 en que se redacta esta publicación.

19/03/2018

43.455602,-3.811796
PLANO redibujado

CDIS. Centro de documentación de la imagen de Santander

VV.AA. (1996) «Guía de Arquitectura de Santander. 100 edificios mirando al sur en una bahía del Norte», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, página 72.

Remolina Seivane, J.M.(2011) «Equipamientos II. Ocio, deporte, comercio, transporte y turismo. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965», Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, página 92.

Informe Depósito de Elaborados de Tabacos de Santander. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.

Proyecto Depósito de Tabacos elaborados en el extranjero en Santander. Archivo Municipal de Santander (22/10/1960).

Nota de prensa El Diario Montañés edición digital. Fotografías de María Gil Lastra de interiores en el momento del inicio de las obras en septiembre 2017.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en:

http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=1433:deposito-de-elaborados-de-tabacalera&Itemid=11&vista=1&lang=es

Viviendas Avda. Infantes 87

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

Avda. de los Infantes 87 (69 actual)

Luis Gonzalo Carrión Hernández

Gerardo Carrión Oria, gerente de GECASA/1976

Cristina Fuertes Gandarillas

 

En un solar rectangular ubicado en esquina entre la Avenida los Infantes y Avenida Pontejos, creando una amplia curva en la esquina de ambas calles, se ubica la parcela cuya pendiente salva un desnivel en la longitud de fachada de 3,5 metros.

Los criterios base para el diseño del edificio fueron en su momento la orientación, que exige soleamiento de las zonas de estar para las dos viviendas por planta, las vistas o perspectiva lejana sobre el mar desde dichas zonas, y por último la localización de estas zonas principales sobre el pinar situado en frente, y no sobre una calle con edificaciones en la acera opuesta. El proyectista utiliza luces pequeñas, considerándolas las más convenientes, tanto para la ordenación de la planta sótano destinada a garajes, como para el diseño de las viviendas y el aprovechamiento del espacio en la distribución de las plantas del edificio. Es por ello que el autor elige un eje de simetría longitudinal, perpendicular al pinar, a pesar de no ser la óptima para las viviendas.

Ya en la memoria del proyecto alude al condicionante de la ordenanza respecto a las separaciones a colindantes y viales, sobre la cual escribe que «prefija el sólido edificable de manera apriorística». Es más, justifica el concepto estético y de composición poco usual empleado en el proyecto como respuesta a la exigencia formal preordenada de la normativa. Incluso menciona que su propósito era diferenciar las viviendas en función de los condicionantes naturales y de entorno, pero que no le fue posible por las condiciones que la ordenanza implicaba en su momento, por lo que el proyecto se limita a dos viviendas idénticas respecto a un eje de simetría, en el cual ubica el núcleo de comunicaciones vertical.

El edificio se compone de una planta sótano destinada a garajes, una planta semisótano en la que se produce el acceso al portal y se ubican trasteros e instalaciones, cinco plantas sobre rasante destinadas a viviendas y una planta ático con dos apartamentos, rematándose el conjunto con una cubierta plana en la que ubica los casetones de los ascensores.

El edificio fue concebido para uso fundamentalmente vivienda, disponiendo 2 viviendas por planta con programas semejantes en torno a un pasillo central que enlaza zonas de estar, dormir y de servicio. Cada una de las viviendas consta de 3 dormitorios principales y uno de servicio, dos cuartos de baño principales y un aseo en la zona de servicio. La zona de estar consiste en un salón-comedor y terraza, así como oficio y cocina con terraza tendedero.

El sistema constructivo es a base de losas de hormigón continuas de 13 cm armadas con mallazo, muros de contención en sótanos y pilares de hormigón armado. Las fachadas son de ladrillo caravista y estuco.

23/03/2018

43.472490,-3.790381

Viviendas PLACINSA. Residencial San Fernando.

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

c) San Fernando 22

Fernando Obregón Ansorena

Placinsa/1976

Cristina Fuertes Gandarillas

 

El solar sobre el que se ubica el proyecto está en pleno centro urbano de Santander, en el encuentro entre las calles San Fernando, Travesía Cuevas y Floranes. Adaptándose al desnivel existente el conjunto se organiza en dos edificios longitudinales con diferentes plantas bajo y sobre rasante debido al desnivel existente entre ambas, agotando la totalidad de la parcela y respetando alineaciones y retranqueos del planeamiento vigente. Es por ello que a lo largo de la travesía Cuevas el proyecto se retranquea 4 o 5 m respetando alineaciones.

El criterio general de composición del conjunto intenta adaptarse al medio urbano en el que se emplaza mejorando las condiciones urbanísticas de la zona mediante un patio de manzana abierto hacia Travesía Cuevas, mejorando no solo el soleamiento, la salubridad y vistas de las nuevas viviendas proyectadas, todas ellas exteriores, sino de las ya existentes en dicha calle.

Los criterios a la hora de proyectar fueron la arquitectura elemental, basada sobre las síntesis de las exigencias prácticas, utilizando los materiales, la luz, el volumen, la función, el color y el espacio como elementos generadores del conjunto proyectado.

Respecto al exterior el proyecto busca un aspecto coherente y de conjunto, simplificando el uso y mantenimiento de materiales. Se utiliza ladrillo, hormigón visto, madera y vidrio.

Respecto a la estructura, muros pantalla perimetrales de hormigón armado que junto con zapatas aisladas o pilotes llegan al sustrato rocoso. Se proyectan forjados planos bidireccionales con nervios de hormigón armado y bloques aligerados de hormigón.

El bloque que da a San Fernando posee 2 plantas de sótano destinadas a aparcamiento para satisfacer las necesidades de las viviendas proyectadas, así como las instalaciones. Sobre rasante se ubica en planta baja locales comerciales y portal en el centro. La planta primera se destina a oficinas, y las otras 8 restantes se destinan a viviendas a razón de 8 viviendas por planta, haciendo un total de 64 viviendas. La volumetría de las terrazas curvas es el elemento más significativo de su fachada principal, mientras las secundarias son menso historiadas.

El bloque que linda con Floranes posee 3 plantas de sótano, sobre rasante planta baja destinada a comercios en su totalidad, insertando para ello el portal en semisótano, planta primera destinada a oficinas y 7 alturas de viviendas con 8 viviendas por planta, sumando un total de 56.

En el patio de manzana se proyecta una sola altura destinada a locales comerciales, cuya cubierta fue en origen ajardinada, hoy día aterrazada, y a la cual se accede desde la planta de oficinas de San Fernando.

19/03/2018

43.460414,-3.822267

Iglesia del convento de Carmelitas

EDIFICACIÓN RELIGIOSA

c) Emilio del Valle 6

José Antonio Olano Moliner

R.R.P.P. Carmelitas Descalzos/1966

Cristina Fuertes Gandarillas

 

En 1964 el arquitecto burgalés José Antonio Olano Moliner realizó un proyecto de convento e iglesia junto a los ya existentes de los carmelitas, cuya obra se concluyó en 1966.

La iglesia, aunque formando parte del convento, se piensa para el uso público de fieles, por lo que se construye una fachada representativa al exterior con acceso desde la calle. El conjunto edificado ocupa la esquina en la confluencia de las calles Emilio del Valle y Marqués de Reinosa. La iglesia ocupa una posición residual en el extremo oriental de una de las fachadas.

La iglesia posee capacidad para 400 plazas, un coro bajo para 40 religiosos situado detrás del altar mayor, y un coro alto con capacidad de otras 100 personas al que se tiene acceso directo desde la planta primera del convento y desde la misma iglesia por medio de una escalera interior.

La memoria del proyecto menciona el especial cuidado en la iluminación natural de la nave, que consta de una amplia vidriera triangular sobre el acceso principal, de huecos alargados practicados a ambos lados de los pilares de hormigón armado para conseguir una iluminación uniforme, y de un lucernario situado sobre el altar mayor para enfatizar el mismo.

La comunicación de la iglesia y el convento queda defendida de los fieles mediante el muro que respalda el altear lateral izquierdo, mientras que la sacristía queda oculta tras el muro tras del altar mayor.

El templo es un prisma de planta sencilla construido con muros portantes de fábrica de ladrillo caravista de dos astas. La cubierta, formada por tabiquillos y tableros, soportada mediante cerchas metálicas y correas de perfiles laminados en doble T. Cubrición a dos aguas de pizarra y de pronunciada pendiente que busca una relación con la arquitectura tradicional de montaña.

El interior se caracteriza por la sencillez y limpieza del espacio: cuatro fachadas de ladrillo, techo a dos aguas de madera cubriendo las cerchas, presbiterio elevado, resuelve torpemente la cualificación del espacio ritual. La nave unitaria se ilumina con los recursos arquitectónicos anteriormente descritos sin llegar a lograr el efecto buscado por el proyectista. Los solados son terrazo en el interior de la iglesia y granito gris en el exterior.

Más atractiva resulta la fachada. Los dos faldones de cubierta dibujan un frontón que se acristala con una vidriera decorativa, debajo de ella la fachada se estructura en tres bandas verticales, las extremas aparejadas de ladrillo en continuidad con los cierres laterales, y la central donde un bajorrelieve monumental de piedra hace de cargadero al limpio hueco de paso hacia el atrio interior. El alero embonado con madera que remata la fachada se deforma hacia la cumbre donde adquiere mayor vuelo provocando un conseguido efecto de sombra y una presencia urbana.

19/03/2018

42.998477,-4.140834

Pérez Sánchez, Campuzano Ruiz y Martínez Ruiz(1995): «Catálogo monumental de Reinosa», Ayuntamiento de Reinosa, pg. 35

Alonso Ortiz, Luis Alberto(2005) «Arquitectura religiosa en Cantabria. 1956-1970 cambio litúrgico y Modernidad», Curso de doctorado, Universidad Politécnica de Madrid

Ortega, Fray Pedro (1998): «Los carmelitas descalzos en Reinosa». Cuadernos de Campoo, 14, Reinosa, Casa de la Cultura Sánchez Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

Proyecto original año 1965. Archivo Ayuntamiento de Reinosa. Expte. 64.

Edificio multiusos Brañavieja

EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA

Poblado Brañavieja 33, Hermandad de Campoo de Suso

Ángel Hernández Morales

CANTUR/1967

Cristina Fuertes Gandarillas

 

La construcción de este centro cívico es contemporánea a los equipamientos turísticos de Fontibre y Fuente Dé. Compuesto por dos cuerpos unidos mediante una galería en L, nace como sede social para los operarios de la estación invernal y se concibe como punto de referencia en el poblado. La obra de Hernández Morales se caracteriza por la búsqueda intencionada de una imagen de las instituciones próxima a los ciudadanos, transparente, confortable…casi doméstica, y este edificio es un claro ejemplo.

Uno de los volúmenes de la L alberga la capilla, no siendo objeto de estudio en la actual ficha.

El segundo volumen aloja las oficinas, taquillas, talleres y apartamentos dúplex. Busca unidad estética hacia la plaza, con retranqueo respecto de la galería que le otorga horizontalidad. La fachada sur, con entrantes y salientes, franjas y texturas, genera asimetría y movilidad características de la obra de Morales. Escasa ornamentación con acusado contraste de materiales: muro de ladrillo u hormigón en blanco, techo y carpintería interior en madera, pavimento cerámico, doble carpintería exterior de hierro y pavés, cubierta de pizarra y fachada de madera en basto. Con rigor y sinceridad constructiva utilizando indistintamente los viejos y los nuevos materiales, lo cual no impide la búsqueda de texturas mediante la manipulación de los materiales, haciendo guiños a arquitecturas de montaña.

El conjunto conserva su esencia original a pesar del deterioro tras el abandono, al construirse en 2005 un nuevo edificio multiusos en Brañavieja.

En los años 60 la obra de Ángel Hernández Morales alcanza su plenitud. En cada proyecto, además de resolver correctamente los complejos programas planteados y la relación del nuevo edificio con su entorno, natural o construido, el arquitecto adquiere una manera de hacer arquitectura perfectamente reconocible, que pretende ser moderna sin renunciar a la tradición de la historia y del lugar, buscando ejemplos, mirando al norte, con cierto paralelismo con la arquitectura racional orgánica. La elaborada ordenación y rotundidad formal del Complejo Cívico y la Iglesia de Brañavieja es claro ejemplo de ello.

Su obra, al margen de su valor intrínseco, es hoy un punto de referencia obligada para os que pretendemos intervenir en el territorio de nuestra región.

23/03/2018

43.033829,-4.356455

Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Edificio multiusos Brañavieja». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 132.

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

I Edición premios de arquitectura ARQAno 2008. Editada por COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE. Premio exaequo a la trayectoria profesional. Ángel Hernández Morales.

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

Calendario COACAN 1996.

Remolina Seivane, J.M. (2011): «Pautas para la interpretación de la arquitectura de Ángel Hernández Morales (1911-2008)», CEM

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en:

http://www.docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=823:edificio-multiusos-branavieja&Itemid=11&vista=1&lang=es

Capilla del Centro Cívico de Brañavieja

EDIFICACIÓN RELIGIOSA

Poblado Brañavieja 33, Hermandad de Campoo de Suso

Ángel Hernández Morales

CANTUR/1965

Cristina Fuertes Gandarillas

 

La construcción de la capilla de este centro cívico es contemporánea a los equipamientos turísticos de Fontibre y Fuente Dé. El conjunto, compuesto por dos cuerpos unidos mediante una galería en L, nace como sede social para los operarios de la estación invernal y se concibe como punto de referencia en el poblado. La obra de Hernández Morales se caracteriza por la búsqueda intencionada de una imagen de las instituciones próxima a los ciudadanos, transparente, confortable…casi doméstica, y este edificio es un claro ejemplo.

Uno de los volúmenes alberga la capilla objeto de la actual ficha, de volumen expresivo. Se produce un juego entre la rotundidad de la planta cuadrada y el triángulo del muro que la protege. Espacio interior sin ornamento, de gran calidez por la entrada de luz y la madera que forra la cubierta. Muros de ladrillo y pilares de madera en confesionarios y hormigón visto en el resto. Tres delgados pilares absorben la asimetría de la cumbrera, el resto apoya en los muros de carga de fachada.

El segundo volumen de la L aloja las oficinas, taquillas, talleres y apartamentos dúplex, pero no es objeto de la actual ficha.

La elaborada ordenación y rotundidad formal del Complejo Cívico y la capilla de Brañavieja busca unidad estética hacia la plaza. Escasa ornamentación con acusado contraste de materiales: muro de ladrillo u hormigón en blanco, techo y carpintería interior en madera, pavimento cerámico, doble carpintería exterior de hierro y pavés, cubierta de pizarra. Con rigor y sinceridad constructiva utilizando indistintamente los viejos y los nuevos materiales, lo cual no impide la búsqueda de texturas mediante la manipulación de los materiales, haciendo guiños a arquitecturas de montaña.

El conjunto, y en especial la capilla, conserva su esencia original a pesar del deterioro tras el abandono, al construirse en 2005 un nuevo edificio multiusos en Brañavieja.

23/03/2018

43.033829,-4.356455

Fundación Docomomo ibérico. Obras Incluidas en los Registros DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965. Equipamientos I.

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

Calendario COACAN 1996.

Remolina Seivane, J.M. (2011): «Pautas para la interpretación de la arquitectura de Ángel Hernández Morales (1911-2008)», CEM

Viviendas c) José Mª Pereda

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

c) José María de Pereda, 30, Barrionifacio del Castillo, Ceferino Calderón y Julián Urbina

 

 

Obra temprana del arquitecto que construye una manzana cuasi-cerrada en 2+6+1 plantas con comerciales y oficinas en dos plantas formando basamento y 5 viviendas en planta tipo.
Sobresale el trabajo de cada una de las fachadas, rigurosamente trazadas y diferentes en cada orientación, compuestas con una disciplina que reinterpreta el racionalismo ortodoxo de Giuseppe Terragni.

El proyecto propone temas de fachada como la superposición  de ordenes, la composición de carpinteras y la definición modular de los distintos paños , que  se tratan con despieces aplacados o lisos en color. La utilización de balcones y vuelos se aproxima a la perfección, funcionando como filtros que transparentan el patio principal (hay otros dos patios secundarios en la manzana). El interesante núcleo de comunicaciones se sitúa en el centro  de gravedad de la planta, articula los patios y por ende toda la organización de la planta.

La composición volumétrica, muy expresiva, genera articulaciones de las diferentes piezas del volumen que se resuelven con precisión en cada encuentro, presentando una gradación de detalles y escalas  que denotan con rigor cada uno de los elementos estructurales y constructivos.

No siendo escasos los edificios de vivienda colectiva resueltos con calidad, este edificio de Ricardo Lorenzo reine cualidades compositivas, de idea de volumen , articulación volumétrica y trazado de planta, que generan una pieza arquitectónica dotada de un equilibrio ejemplar.

18/06/2019

Edificio emblemático del desarrollo urbanístico del Barrio de la Inmobiliaria por parte de la Inmobiliaria Montañesa. Este edificio, junto con el de la Calle Ceferino Calderón, del mismo arquitecto, marcaban en su momento la entrada a la ciudad desde Santander, y bajo esa premisa de puerta urbana fueron concebidos ambos en origen. La propuesta no prosperaría en el Ayuntamiento y, por ello, se fueron desarrollando de manera independiente ambos proyectos.

Inicialmente concebido como edificio de múltiples usos compatibles entre sí, este edificio aprovecha la diferencia de pendiente entre las dos calles a las que da frente para crear un zócalo de hasta tres alturas en el que se combinan los espacios comerciales, con acceso directo desde la vía pública, con las oficinas, con acceso diferenciado a través de escaleras independientes. Todo ello sin perder de vista el elemento residencial, con un fantástico portal hacia la calle principal, que debería haberse rematado con un ajardinamiento exterior en la vía pública, y que distribuye sus viviendas en torno a un patio, a partir de una tipología en «U» ajustada por la geometría de las calles laterales, con una celosía de cierre semipermeable en la línea de los bloques milaneses de Terragni en los años 30. Lorenzo diseña una pieza superior, como coronación del conjunto, que alberga una vivienda singular, la única de la última planta, configurándose como una especie de mirador-torreón, rematando de manera brillante el conjunto.

El interior del edificio va dejando el poso de los detalles propios de la arquitectura brillante de mediados del siglo XX: las barandillas de las escaleras, los poyetes en las ventanas, los marcos de las puertas en los rellanos… La inclusión de un gran atrio a doble altura junto con los revestimientos de madera y las jardineras, hacen del portal una pieza singular y atractiva, combinando acertadamente su carácter doméstico con su uso público.

Su respuesta urbana es de gran impacto, en su comparación con las edificaciones colindantes. Su volumetría se deforma, adaptándose a las condiciones urbanas, pero además va más allá, tomando presencia, luchando por demostrar el valor de unas ideas, de unas premisas de vivienda digna. Porque no hay que olvidar que, a pesar de la intervención de un brillante arquitecto, y a pesar de las singulares características de la edificación, esta edificación, como las demás obras de la Inmobiliaria Montañesa, alberga lo que se denominaba Viviendas de Renta Limitada, es decir, con precio tasado tanto para alquiler como para venta: el antecedente de las Viviendas de Protección Oficial. Pese a los cambios sufridos en su configuración externa, por problemas de mantenimiento del aplacado pétreo original, puede entenderse perfectamente como un reclamo para el barrio, como el remate de una manera de entender la promoción inmobiliaria de bajo coste pero gran calidad.

19/03/2018

43.353579,-4.047554

Porras, Fernando y Soriano, Federico (1990). » Ricardo Lorenzo 1927-89″. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, Cantabria, Circus.

García Ahijado, Alberto (2006-2008). Trabajo predoctoral

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=293:edificio-de-viviendas-y-locales-comerciales&Itemid=11&vista=1&lang=es

Patrimonio Arquitectónico/Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria (2015). Disponible en: PatrimonioCOACAN, http://patrimonio.coacan.es/edificio-jose-maria-pereda-torrelavega/

Círculo de Recreo

EDIFICACIÓN CULTURAL

Bulevar Luciano Demetrio Herrero 7

Ricardo Lorenzo García
Domingo Indalecio de la Lastra Santos

Circulo de Recreo de Torrelavega/1966-69

Alberto García Ahijado

 

El proyecto del Círculo de Recreo de Torrelavega fue para Lorenzo una oportunidad de trabajar en un edificio exento, en una parcela propia, pero al mismo tiempo imbricado en la trama del centro de la ciudad, ubicado en un punto neurálgico de usos y recorridos, entre el Palacio del Ayuntamiento y la Plaza de Abastos.

La Sociedad que encarga el proyecto adquiere un antiguo palacete con finca, que demuelen para poder construir la sede del Círculo de Recreo. Posteriormente, la necesidad de contar con mejores instalaciones deportivas, hizo que en los años siguientes se vendiera el resto de la manzana para la construcción de viviendas, y posibilitar la compra de otra finca de gran tamaño en la zona norte de la ciudad, donde poder disponer esas instalaciones requeridas. La parcela se abría al Boulevard Demetrio Herreros hacia el sur, por lo que no hubo duda de la ubicación del acceso del Círculo de Recreo, relacionada con la parcela (que quedó al este) y con el principal Boulevard de la ciudad.

Esa ubicación original del edificio en una posición descentrada dentro de la manzana de trabajo, posibilitó la apertura de sus fachadas a tres calles. El frente oeste, dando a la calle que comunicaba el punto administrativo (Ayuntamiento) con el comercial (Plaza de Abastos) de la ciudad, fue aprovechado por Ricardo Lorenzo para ubicar una sucesión de locales comerciales, bajo el volumen del Círculo de Recreo. Esta decisión fue acertada dado que, en su mayor parte, esos locales siguen contando con los negocios que allí abrieron en los años 60.

De una manera rotunda, el volumen del Círculo de Recreo destaca dentro de la manzana, no solo por su posición y la propia configuración de sus huecos y macizos (en contraste con la parte residencial de la manzana, más ortodoxa en ese sentido), sino mediante el uso de los materiales de revestimiento. De este modo, mientras los edificios residenciales se moldeaban con su querido ladrillo caravista, el volumen del prisma rectangular del Círculo de Recreo se revestía con un lienzo de pequeñas teselas cuadradas, que aportaban brillantez y movimiento al volumen, destacable ya de por sí por el uso de los vanos, ubicadas de modo casi escultórico en el rotundo prisma.

Este uso de la relación hueco/vacío, tanto en la lectura por planos de los alzados (especialmente el sur), como en el volumen completo, evidencian una clara deuda con el plasticismo racionalista lecorbusieriano, incluyendo en este sentido el juego volumétrico de la fachada principal, y la presencia de un elemento circular como remate de la azotea, que funciona como cubierta terraza, con uso de ocio aún en la actualidad.

La posterior colmatación de la parcela con bloques residenciales hace más difícil entender la relación del edificio con su parcela. A pesar de ello, la manera de ubicar los edificios de viviendas, manteniendo un espacio de respeto con el edificio público inicial, incluso permitiendo una suerte de pasaje comercial intermedio, hace que aún pueda percibirse la concepción inicial de edificio exento en la parcela.

19/03/2018

43.349171,-4.050167

Porras, Fernando y Soriano, Federico (1990). » Ricardo Lorenzo 1927-89″. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, Cantabria, Circus.

Venegas Pérez, Miguel Ángel (2001): «Círculo de Recreo». «Equipamientos II. Ocio, deporte, comercio, transporte y turismo. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965», Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 93.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=1430:circulo-de-recreo&Itemid=11&vista=1&lang=es

Iglesia Parroquial de Campuzano

EDIFICACIÓN RELIGIOSA

Plaza Ricardo Lorenzo

 

 

El edificio parroquial de Campuzano fue la primera oportunidad de Ricardo Lorenzo de proyectar un edificio público. Bien es cierto que algunas de sus intervenciones residenciales ya habían explorado la capacidad de moldear la ciudad a partir de un solo edificio, pero en este caso se trató de una propuesta especialmente compleja. La intervención llega para sustituir otra prevista por el arquitecto municipal, de corte historicista. El cambio de criterio viene de la mano de un nuevo párroco que llega al barrio después de cierta conflictividad social.

Así que el arquitecto no se somete a ninguna preexistencia. El proyecto anterior es completamente descartado, y solo una extraña geometría parcelaria condicionará los trabajos, en un entorno de casas bajas sin cualidades destacables.

Paradójicamente, la organicidad que Lorenzo imprime al proyecto no es más que una acertada lectura de ese condicionante inicialmente negativo, tanto de parcela como de entorno. Una línea curva discontinua, que aprovecha el contorno de la parcela existente, delimita el espacio sagrado, que luego será distribuido funcionalmente en su interior. De este modo, el aspecto exterior cobra una pureza inesperada, totalmente blanco, sólo perturbado por el hueco de acceso, camuflado como una fisura en el volumen, huyendo de una gran portalada como era tradicional en una iglesia. Esa llaga en el lienzo exterior aparece señalada por una cruz triple que, lejos de la monumentalidad, bebe más de la domesticidad, de ese carácter de parroquia de “pueblo urbano” que tiene el edificio, haciendo incluso las veces de campanario.

La plasticidad de los gestos, tanto el blanco prístino exterior, como la parte elevada que marca el altar a lo cual se suma, por supuesto, la masividad de la cubierta que “pesa” sobre el conjunto, recuerda irremediablemente al Ronchamp lecorbusieriano. Sin embargo, allí donde aquel espacio pasivo vibraba con el paso de la luz a lo largo del día, aquí el espacio se dinamiza, generando la ascensión vinculada a la espiritualidad buscada en el interior. El exterior, lejos de posarse como una escultura estática como el caso referido, responde orgánicamente, no solo a la geometría de la parcela inicial, sino al entorno edificado: las curvas de los volúmenes exteriores, y sus maclas consecutivas, responden magníficamente al entorno viario, rodeado de pequeñas casas.

El remate singular en altura hace una referencia historicista a lo medieval, antes del Humanismo italiano, cuando aún el baptisterio era una pieza singular, con entidad propia. En este caso, ese baptisterio es un círculo perfecto dentro de un área de jardín interior cerrado (Hortus Conclusus, otra referencia medievalizante), que suaviza la potencia volumétrica exterior, hasta hacerla doméstica y asequible en el interior. Por fin, la nave principal del templo, una elipse gobernada por su eje transversal que, acercando el altar a los fieles, aproxima conceptos y espacios, permitiendo una multiplicidad de ubicaciones y visuales.

En definitiva, una pieza pequeña, pero magistral a la hora de grabar una muesca en el recorrido evolutivo histórico de la iglesia como tipología, sumando desde las catacumbas paleocristianas hasta los usos y espacios medievales, agrupando ese conocimiento con las premisas más contemporáneas del uso de nuevos materiales y de la conceptualidad volumétrica en la arquitectura.

18/06/2019

RESEÑA: Emilio Carreño García

El edificio parroquial de Campuzano fue la primera oportunidad de Ricardo Lorenzo de proyectar un edificio público. Bien es cierto que algunas de sus intervenciones residenciales ya habían explorado la capacidad de moldear la ciudad a partir de un solo edificio, pero en este caso se trató de una propuesta especialmente compleja. La intervención llega para sustituir otra prevista por el arquitecto municipal, de corte historicista. El cambio de criterio viene de la mano de un nuevo párroco que llega al barrio después de cierta conflictividad social.

Así que el arquitecto no se somete a ninguna preexistencia. El proyecto anterior es completamente descartado, y solo una extraña geometría parcelaria condicionará los trabajos, en un entorno de casas bajas sin cualidades destacables. Paradójicamente, la organicidad que Lorenzo imprime al proyecto no es más que una acertada lectura de ese condicionante inicialmente negativo, tanto de parcela como de entorno. Una línea curva discontinua, que aprovecha el contorno de la parcela existente, delimita el espacio sagrado, que luego será distribuido funcionalmente en su interior. De este modo, el aspecto exterior cobra una pureza inesperada, totalmente blanco, sólo perturbado por el hueco de acceso, camuflado como una fisura en el volumen, huyendo de una gran portalada como era tradicional en una iglesia. Esa llaga en el lienzo exterior aparece señalada por una cruz triple que, lejos de la monumentalidad, bebe más de la domesticidad, de ese carácter de parroquia de «pueblo urbano» que tiene el edificio, haciendo incluso las veces de campanario.

La plasticidad de los gestos, tanto el blanco prístino exterior, como la parte elevada que marca el altar a lo cual se suma, por supuesto, la masividad de la cubierta que «pesa» sobre el conjunto, recuerda irremediablemente al Ronchamp lecorbusieriano. Sin embargo, allí donde aquel espacio pasivo vibraba con el paso de la luz a lo largo del día, aquí el espacio se dinamiza, generando la ascensión vinculada a la espiritualidad buscada en el interior. El exterior, lejos de posarse como una escultura estática como el caso referido, responde orgánicamente, no solo a la geometría de la parcela inicial, sino al entorno edificado: las curvas de los volúmenes exteriores, y sus maclas consecutivas, responden magníficamente al entorno viario, rodeado de pequeñas casas.

El remate singular en altura hace una referencia historicista a lo medieval, antes del Humanismo italiano, cuando aún el baptisterio era una pieza singular, con entidad propia. En este caso, ese baptisterio es un círculo perfecto dentro de un área de jardín interior cerrado (Hortus Conclusus, otra referencia medievalizante), que suaviza la potencia volumétrica exterior, hasta hacerla doméstica y asequible en el interior. Por fin, la nave principal del templo, una elipse gobernada por su eje transversal que, acercando el altar a los fieles, aproxima conceptos y espacios, permitiendo una multiplicidad de ubicaciones y visuales.

En definitiva, una pieza pequeña, pero magistral a la hora de grabar una muesca en el recorrido evolutivo histórico de la iglesia como tipología, sumando desde las catacumbas paleocristianas hasta los usos y espacios medievales, agrupando ese conocimiento con las premisas más contemporáneas del uso de nuevos materiales y de la conceptualidad volumétrica en la arquitectura.

19/03/2018

43.340688,-4.057583
PLANO REDIBUJADO por Lara Alonso de la Vega

Porras, Fernando y Soriano, Federico (1990). » Ricardo Lorenzo 1927-89″. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, Cantabria, Circus.

Campuzano, Enrique y Alonso, Luis Alberto (2007): «Iglesias de Torrelavega. Una arquitectura moderna», Torrelavega, Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria.

Fuente López, José Ramón (2010): «Iglesia de Campuzano». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965», Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 129

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=749:iglesia-de-campuzano&lang=es

Viviendas c) Ceferino Calderón

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

c) Ceferino Calderón esquina c) Julián Urbina 1

Ricardo Lorenzo García

Manuel Calatayud Carral

INMOBILIARIA MONTAÑESA S.A./1959

Alberto García Ahijado

 

Entre los primeros trabajos de Ricardo Lorenzo, desarrollados para la Inmobiliaria Montañesa, este bloque de apartamentos destaca por su singularidad tipológica y morfológica. Aunque originalmente iba a formar parte de un gran conjunto de entrada a la ciudad, finalmente acabó teniendo una entidad propia, lo cual benefició algunas de las soluciones tipológicas adoptadas.

El edificio se ubica en forma de «L», dando frente a dos calles no ortogonales entre sí. De este modo, el arquitecto opta por dar dos respuestas diferentes, aunque complementarias, permitiendo una fachada plana a Ceferino Calderón, para escalonar rotundamente el edificio hacia Julián Urbina, lo cual se corresponde igualmente con dos bloques de viviendas diferenciados.

El bloque ortogonal, con una tipología de duplex, singular para la zona, se distribuye mediante galerías contrapeadas, de inspiración en la Unidad de Habitación de Le Corbusier, con galerías en las plantas impares hacia el oeste, y dos escaleras de comunicación en los extremos. La escalera al norte, completamente exterior, sirve al mismo tiempo de elemento de transición con el siguiente edificio de viviendas, ajeno a este edificio, pero también del mismo arquitecto. Mientras, por su parte, el bloque escalonado procura privacidad en cada vivienda respecto a las demás. El portal que da acceso a todas las viviendas juega con la doble altura, la vegetación y el contraste de materiales.

Este edificio es quizá el más hermoso de todo el barrio, no solo por lo que es, sino por lo que pudo haber sido. Según los documentos de proyecto, la idea de Lorenzo era generar en el interior de la manzana un tranquilo jardín, de uso privado pero goce público, jugando con las transparencias del local comercial de la planta baja hacia Ceferino Calderón. Por desgracia, el cierre de la cristalera trasera de ese local, hizo que se perdiera ese juego de visuales entre el interior y el exterior, que formaba parte de la idea de ajardinar todo el espacio entre los dos edificios, antes de la apertura de esa calle Ceferino Calderón.

19/03/2018

43.353231,-4.047113

Porras, Fernando y Soriano, Federico (1990). » Ricardo Lorenzo 1927-89″. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, Cantabria, Circus.

García Ahijado, Alberto (2006-2008) Trabajo predoctoral

Patrimonio Arquitectónico/Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria (2015). Disponible en:

http://patrimonio.coacan.es/edificio-c-julian-urbina-torrelavega/