Viviendas en Pedreña

RESIDENCIAL UNIFAMILIAR

Barrio La Barquería 151

Luis Gonzalo Carrión Hernández

/1968

Elena Maza Pérez

 

Situadas en un lugar privilegiado, junto al puerto deportivo de Pedreña y con vistas a la bahía de Santander, encajó Luis G. Carrión éstas dos viviendas que se adaptan perfectamente a un terreno inclinado y complejo, creando una bruta línea horizontal de hormigón que se funde en perfecta armonía con la naturaleza que le rodea cuya calma se ha visto contaminada por las construcciones próximas realizadas estos últimos años.

El acceso se produce desde la cota superior descendiendo a través de unas escaleras exteriores hasta la planta principal o bien, si la llegada de produce en coche, bajando las escaleras situadas en el garaje que dan acceso directo a la zona de servicio.

Las plantas se prolongan en estrechas crujías paralelas a las cotas de nivel, se quiebran para adaptarse al terreno ofreciendo así un juego de volúmenes horizontales de largos ventanales corridos y enfatizados más aún con los petos de las ventanas que se contraponen a elementos verticales creando así un efecto plástico realmente expresivo.

La planta principal sobresale en vuelo del conjunto quedando suspendida en el aire como un gran mirador que se asoma buscando el horizonte.

Los materiales con un tratamiento áspero, sobre todo el hormigón visto sin ningún tratamiento, confieren al grupo de un aire brutalista. Los petos, que acogen grandes jardineras de plantas colgantes contribuyen este aspecto tosco, a esta combinación entre roca y planta, a la simbiosis de lo construido y lo natural.

19/03/2018

43.446544,-3.767103

Abascal-Teira, E. y Santamaría Muñoz, P.J. (1997), «La casa en Cantabria 1920-1995», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, pg.128

Casa Ortega

RESIDENCIAL UNIFAMILIAR

Barrio Elechas- El Urro 86B

Julián Ortega Jorganes

Julián Ortega Jorganes/1980

Elena Maza Pérez

 

Como un barco anclado en un mar de verde naturaleza, así encontramos la casa Ortega, en un emplazamiento privilegiado, una llanura elevada con vistas por el noroeste a la ciudad y la bahía de Santander, y rodeada al sureste de las montañas de Cantabria.

Una vivienda unifamiliar que sigue los principios del Movimiento Moderno, hormigón armado, acero y vidrio que se combinan creando formas geométricas de trazos puros y espacios diáfanos que se distribuyen en una planta lineal. La vivienda se configura en tres alturas que se articulan con elementos aterrazados y transparentes, la zona de día en la planta intermedia entre dos plantas de dormitorios, superior e inferior.

Ventanas redondas abocinadas se encargan de dar luz al bloque de escaleras, la barandilla metálica del acceso en la fachada sur, la escalera de subida a la cubierta, una escalera móvil de una embarcación (rescatada de un desguace), y que permite el acceso directo a la planta de día… detalles que hacen referencia a ese barco varado en el campo rodeado de naturaleza.

No obstante, no podemos obviar un elemento singular y protagonista en la casa, un alto relieve de hormigón que reproduce la forma de un árbol a escala 1:1 y que no sólo se adhiere a la fachada, sino que sirve para acoger en él huecos vivideros o abre su ramaje para permitir el paso de la luz al interior. Un elemento sin duda expresivo y emblemático, la combinación entre arquitectura y naturaleza. El arquitecto, Julián Ortega Jorganes insiste en que dicho elemento corresponde con un capricho formal, una idea que se animó a llevar a cabo en su propia vivienda teniendo así total libertad de creación.

Con el paso del tiempo, al igual que un árbol crece y se desarrolla según sus condiciones, la vivienda ha ido cambiando y adaptándose a las necesidades de la familia.

Se cerró la terraza oeste de la primera planta a modo de invernadero, se añadió una rampa en la entrada principal para facilitar el acceso a los mayores de la casa…

Las cubiertas planas originales fueron pensadas para la instalación de paneles solares, por ello se concibieron con cierta pendiente. La acumulación de agua y el paso del tiempo, pese a una buena ejecución, acabaron generando algunas humedades y se optó por incorporar cubiertas prefabricadas que dieran solución al problema y que cambian sustancialmente el aspecto original de la casa.

La casa Ortega es un edificio para contemplar de cerca, disfrutar de los espacios interiores, las plantas abiertas, los aleros y terrazas que se alargan en voladizo. Debemos apreciar cada detalle, la plasticidad en el tratamiento de ese elemento árbol, los ojos de buey, las carpinterías de madera pintadas en rojo… es un juego constante entre lo aparentemente simple e intrascendente con lo sutil y lo simbólico.

19/03/2018

43.427573,-3.779564

Abascal-Teira, E. y Santamaría Muñoz, P.J. (1997), «La casa en Cantabria 1920-1995», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, pg.138

Ramírez, Juan Antonio (2006): «Escultecturas Margivagantes: La arquitectura fantástica en España», Madrid, Siruela

Centro Oceanográfico de Santander

EDIFICACIÓN DOCENTE

c) Severiano Ballesteros 16/Promontorio San Martín s/n

Vicente Roig Forner
Ángel Hernández Morales

/1975

Cristina Fuertes Gandarillas

 

Se trata de un edificio prototipo que se utilizó en toda la geografía española con ligeras modificaciones. El Instituto Oceanográfico se creó originariamente formando un único conjunto compuesto por el Museo y el Acuario, hoy día muy modificados. Ambos cuerpos de similar volumetría estaban unidos entre sí por una terraza desde la que accedía el público con una marquesina que desapareció en la reforma de 1999.

El edificio del instituto se desarrolló entre 1975 y 1978 por los arquitectos P. Vicente Roig y Ángel Hernández Morales. Consta de tres plantas rematado por una bóveda de membranas paraboloides con ocho puntos de apoyo que permite cubrir el patio central y el paso de luz por los ventanales que se forman entre ellos, así como dar sombra en la cubierta plana transitable. La estructura de las fachadas es de hormigón armado visto, con un corredor abierto perimetral cuyo retranqueo da lugar a unas jardineras, generando una serie de franjas horizontales de diferente altura y profundidad aportando horizontalidad. Las carpinterías son de madera.

La vista aérea de las membranas de cubierta desde la Avenida Reina Victoria es quizá la más expresiva y representativa del edificio.

En 1995 se realiza una reforma del edificio por Carlos A Quintana que en su aspecto exterior respeta la esencia del proyecto. La unión entre los dos edificios se eleva una planta aumentando la conexión formal entre ambos y manteniendo la plaza para el acceso público.

El edificio se encuentra en buen estado de conservación, respetando su carácter y aspecto originales. Al tratarse de un edificio en funcionamiento para el uso proyectado se garantiza su mantenimiento, salvo necesidades de adaptación como la reforma del 1995.

19/03/2018

43.463565,-3.782651

VV.AA. (1996): «Guía de Arquitectura de Santander. 100 edificios mirando al sur en una bahía del Norte», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, pg. 72.

Zatarain Martín, Roberto y otros (2013): «Registro de Arquitectura Marítima en Cantabria», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.

Patrimonio Arquitectónico/Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria (2015). Disponible en:http://patrimonio.coacan.es/centro-oceanografico/

Viviendas FEYGON Sardinero

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

Plaza Ruben Darío 1-15 (según catastro)

Ricardo Lorenzo García
Domingo Indalecio Lastra Santos

FEYGÓN, S.L./1963

Cristina Fuertes Gandarillas

 

A principios de los años 60 los arquitectos Domingo Indalecio de la Lastra Santos y Ricardo Lorenzo proyectaron un complejo residencial muy avanzado para aquella época, tanto por su localización geográfica dentro de Santander como por el hecho de constituir en sí misma una pequeña ciudad, con sus locales comerciales y diversas infraestructuras.

El edificio Feygón se corresponde con los principios del movimiento moderno de arquitectura surgido en las primeras décadas del siglo XX. Formado por una serie de bloques en línea, dos de ellos de traza quebrada y otro bloque con una torre supuesta, cuyo interior lo forman varias zonas verdes, creando diferentes espacios y dejando paso a distintos equipamientos comerciales.

Existe además una conexión visual en todo su perímetro puesto que la planta baja aparece diáfana en los diversos bloques, únicamente interrumpida por cada uno de los portales que constituyen el conjunto de los bloques. De esta forma, se genera un espacio exterior privativo, dejando una gran zona de esparcimiento y relación, y un importante espacio exterior cubierto, fundamental en nuestro clima.

Se trata de viviendas modernas de concepción muy diferente a las construidas hasta este momento. Se deja paso a nuevas tendencias arquitectónicas, destacando los volúmenes creados, la ausencia de decoración, tipología de ventanas horizontal e introducción a la cubierta plana. La tipología de las viviendas no presenta especial importancia, aunque sí la tiene el hecho de ser distintas las de la torre de las de los bloques laterales, y éstas, a su vez, diferentes a las del bloque norte.

19/03/2018

43.478459,-3.790348

VV.AA. (1996) «Guía de Arquitectura de Santander. 100 edificios mirando al sur en una bahía del Norte», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, pg 180.

Porras, Fernando y Soriano, Federico (1990). » Ricardo Lorenzo 1927-89″. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, Cantabria, Circus.

Patrimonio Arquitectónico/Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria (2015). Disponible en:http://patrimonio.coacan.es/edificio-feygon-santander/

Depósito de elaborados de Tabacalera

EDIFICACIÓN INDUSTRIAL

c) Leopoldo Pardo 1

 

 

El edificio fue proyectado en 1959 por el arquitecto cántabro Juan José Resines del Castillo, para deposito y almacenamiento de tabacos elaborados en el extranjero.

Se adapta a las alineaciones de la trama urbana en una parcela pentagonal, resolviendo los accesos de carga, vehículos y personas creando un brillante remate a las tres calles, en un punto donde se produce un cambio de la trama urbana. Su ubicación al borde del ámbito portuario y la presencia de una torre, que configura uno de los volúmenes del proyecto, posibilita su visibilidad desde muchos puntos de la ciudad, contribuyendo a la generación de su perfil urbano y creando una reconocida imagen icónica.

El complejo programa de carácter industrial y administrativo se resuelve de forma clara, con plantas que reflejan la funcionalidad de la época pero que a su vez guardan clara relación con su forma. Se resuelve en dos cuerpos rotundos: un volumen bajo horizontal como depósito y almacén y una torre de seis pisos en la esquina de la parcela que aloja las oficinas (curiosamente, el edificio construido posee una planta de oficinas más que la de proyecto).

La macla de ambos volúmenes aparece perfectamente resuelta mediante la inclusión de planos ciegos de transición y la disposición de una losa horizontal que los independiza del basamento, por donde se produce el acceso. Un basamento de una planta sin apenas huecos unifica los dos volúmenes resolviendo el encuentro del edificio con el suelo. La solución compositiva de remate de la torre consiste en una losa invertida de hormigón visto en forma de V de gran expresividad. Sobre la cubierta del almacén se dispone una pieza cilíndrica a modo de ambigú conectada con la torre a través de un porche cubierto, para uso lúdico.

La resolución formal de los dos volúmenes es honesta a su función a la vez que plástica. El cuerpo bajo presenta cierre homogéneo de lamas horizontales que permiten la ventilación del tabaco enfatizando la horizontalidad, mientras que el cuerpo alto de oficinas presenta una retícula que enmarca los vanos acristalados abriéndose a la ciudad, con el empleo de ladrillo rojo en los laterales enmarcando las escaleras y proporcionando una acusada verticalidad.

Se hace uso de texturas y materiales de forma contenida y rotunda a la vez que funcional, con una acertada elección de los mismos.

Este edificio aporta al patrimonio arquitectónico una pieza de gran valía, interés y excepcionalidad, siendo un claro ejemplo de una vuelta al racionalismo después de las tendencias clásicas de posguerra, con una solución funcional, formal y urbanística excepcional.

18/06/2019

El edificio fue proyectado en 1959 por el arquitecto cántabro Juan José Resines del Castillo, para almacén de secado del tabaco y de los elaborados de Tabacalera en la ciudad.

Se adapta a las alineaciones de la trama urbana en una parcela pentagonal, resolviendo los accesos y maniobras de vehículos necesarias, entendiendo el lugar y su escala. Aprovecha su ubicación en el cambio de la dirección de la estructura de la ciudad para crear un hito.

El complejo programa de carácter industrial y administrativo se resuelve de forma brillante, con plantas que reflejan la funcionalidad de la época pero que a su vez guardan clara relación con su forma. Se resuelve en dos cuerpos rotundos: un volumen bajo horizontal como almacén y una torre de seis pisos en la esquina de la parcela que aloja las oficinas (curiosamente, el edificio construido posee una planta de oficinas más que la de proyecto). La macla de ambos volúmenes aparece perfectamente resuelta mediante la inclusión de planos ciegos de transición y la disposición de una losa horizontal que los independiza del basamento, por donde se produce el acceso. Un basamento de una planta sin apenas huecos unifica los dos volúmenes resolviendo el encuentro del edificio con el suelo. La solución compositiva de remate de la torre consiste en una losa de hormigón a dos aguas invertidas.

La resolución formal de los dos volúmenes es honesta a su función a la vez que plástica. El cuerpo bajo presenta cierre homogéneo de lamas horizontales que permiten la ventilación del tabaco enfatizando la horizontalidad, mientras que el cuerpo alto de oficinas presenta una retícula que enmarca los vanos acristalados abriéndose a la ciudad, con ladrillo rojo en los laterales enmarcando las escaleras y proporcionando una acusada verticalidad. Todo ello coronado por un expresivo vuelo de la losa de cubierta gracias al retranqueo del ático, otorgando la singularidad al edificio en el skyline de la ciudad.

Se hace un uso de texturas y materiales de forma contenida y rotunda a la vez que funcional. Cimentado con pilotes de 20m, con estructura de hormigón armado, fachadas de caravista rojo y aplacado de piedra de Escobedo, y carpintería metálica. Destaca la losa de hormigón en V de la cubierta de la torre.

Este edificio aporta al patrimonio arquitectónico una pieza de gran valía, interés y excepcionalidad.

Se cerró en el año 1993, encontrándose en fase proyecto para su adecuación como archivo catastral y centro cívico cultura de Castilla-Hermida en el año 2018 en que se redacta esta publicación.

19/03/2018

43.455602,-3.811796
PLANO redibujado

CDIS. Centro de documentación de la imagen de Santander

VV.AA. (1996) «Guía de Arquitectura de Santander. 100 edificios mirando al sur en una bahía del Norte», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, página 72.

Remolina Seivane, J.M.(2011) «Equipamientos II. Ocio, deporte, comercio, transporte y turismo. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965», Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, página 92.

Informe Depósito de Elaborados de Tabacos de Santander. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.

Proyecto Depósito de Tabacos elaborados en el extranjero en Santander. Archivo Municipal de Santander (22/10/1960).

Nota de prensa El Diario Montañés edición digital. Fotografías de María Gil Lastra de interiores en el momento del inicio de las obras en septiembre 2017.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en:

http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=1433:deposito-de-elaborados-de-tabacalera&Itemid=11&vista=1&lang=es

Viviendas Avda. Infantes 87

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

Avda. de los Infantes 87 (69 actual)

Luis Gonzalo Carrión Hernández

Gerardo Carrión Oria, gerente de GECASA/1976

Cristina Fuertes Gandarillas

 

En un solar rectangular ubicado en esquina entre la Avenida los Infantes y Avenida Pontejos, creando una amplia curva en la esquina de ambas calles, se ubica la parcela cuya pendiente salva un desnivel en la longitud de fachada de 3,5 metros.

Los criterios base para el diseño del edificio fueron en su momento la orientación, que exige soleamiento de las zonas de estar para las dos viviendas por planta, las vistas o perspectiva lejana sobre el mar desde dichas zonas, y por último la localización de estas zonas principales sobre el pinar situado en frente, y no sobre una calle con edificaciones en la acera opuesta. El proyectista utiliza luces pequeñas, considerándolas las más convenientes, tanto para la ordenación de la planta sótano destinada a garajes, como para el diseño de las viviendas y el aprovechamiento del espacio en la distribución de las plantas del edificio. Es por ello que el autor elige un eje de simetría longitudinal, perpendicular al pinar, a pesar de no ser la óptima para las viviendas.

Ya en la memoria del proyecto alude al condicionante de la ordenanza respecto a las separaciones a colindantes y viales, sobre la cual escribe que «prefija el sólido edificable de manera apriorística». Es más, justifica el concepto estético y de composición poco usual empleado en el proyecto como respuesta a la exigencia formal preordenada de la normativa. Incluso menciona que su propósito era diferenciar las viviendas en función de los condicionantes naturales y de entorno, pero que no le fue posible por las condiciones que la ordenanza implicaba en su momento, por lo que el proyecto se limita a dos viviendas idénticas respecto a un eje de simetría, en el cual ubica el núcleo de comunicaciones vertical.

El edificio se compone de una planta sótano destinada a garajes, una planta semisótano en la que se produce el acceso al portal y se ubican trasteros e instalaciones, cinco plantas sobre rasante destinadas a viviendas y una planta ático con dos apartamentos, rematándose el conjunto con una cubierta plana en la que ubica los casetones de los ascensores.

El edificio fue concebido para uso fundamentalmente vivienda, disponiendo 2 viviendas por planta con programas semejantes en torno a un pasillo central que enlaza zonas de estar, dormir y de servicio. Cada una de las viviendas consta de 3 dormitorios principales y uno de servicio, dos cuartos de baño principales y un aseo en la zona de servicio. La zona de estar consiste en un salón-comedor y terraza, así como oficio y cocina con terraza tendedero.

El sistema constructivo es a base de losas de hormigón continuas de 13 cm armadas con mallazo, muros de contención en sótanos y pilares de hormigón armado. Las fachadas son de ladrillo caravista y estuco.

23/03/2018

43.472490,-3.790381

Viviendas PLACINSA. Residencial San Fernando.

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

c) San Fernando 22

Fernando Obregón Ansorena

Placinsa/1976

Cristina Fuertes Gandarillas

 

El solar sobre el que se ubica el proyecto está en pleno centro urbano de Santander, en el encuentro entre las calles San Fernando, Travesía Cuevas y Floranes. Adaptándose al desnivel existente el conjunto se organiza en dos edificios longitudinales con diferentes plantas bajo y sobre rasante debido al desnivel existente entre ambas, agotando la totalidad de la parcela y respetando alineaciones y retranqueos del planeamiento vigente. Es por ello que a lo largo de la travesía Cuevas el proyecto se retranquea 4 o 5 m respetando alineaciones.

El criterio general de composición del conjunto intenta adaptarse al medio urbano en el que se emplaza mejorando las condiciones urbanísticas de la zona mediante un patio de manzana abierto hacia Travesía Cuevas, mejorando no solo el soleamiento, la salubridad y vistas de las nuevas viviendas proyectadas, todas ellas exteriores, sino de las ya existentes en dicha calle.

Los criterios a la hora de proyectar fueron la arquitectura elemental, basada sobre las síntesis de las exigencias prácticas, utilizando los materiales, la luz, el volumen, la función, el color y el espacio como elementos generadores del conjunto proyectado.

Respecto al exterior el proyecto busca un aspecto coherente y de conjunto, simplificando el uso y mantenimiento de materiales. Se utiliza ladrillo, hormigón visto, madera y vidrio.

Respecto a la estructura, muros pantalla perimetrales de hormigón armado que junto con zapatas aisladas o pilotes llegan al sustrato rocoso. Se proyectan forjados planos bidireccionales con nervios de hormigón armado y bloques aligerados de hormigón.

El bloque que da a San Fernando posee 2 plantas de sótano destinadas a aparcamiento para satisfacer las necesidades de las viviendas proyectadas, así como las instalaciones. Sobre rasante se ubica en planta baja locales comerciales y portal en el centro. La planta primera se destina a oficinas, y las otras 8 restantes se destinan a viviendas a razón de 8 viviendas por planta, haciendo un total de 64 viviendas. La volumetría de las terrazas curvas es el elemento más significativo de su fachada principal, mientras las secundarias son menso historiadas.

El bloque que linda con Floranes posee 3 plantas de sótano, sobre rasante planta baja destinada a comercios en su totalidad, insertando para ello el portal en semisótano, planta primera destinada a oficinas y 7 alturas de viviendas con 8 viviendas por planta, sumando un total de 56.

En el patio de manzana se proyecta una sola altura destinada a locales comerciales, cuya cubierta fue en origen ajardinada, hoy día aterrazada, y a la cual se accede desde la planta de oficinas de San Fernando.

19/03/2018

43.460414,-3.822267

Iglesia del convento de Carmelitas

EDIFICACIÓN RELIGIOSA

c) Emilio del Valle 6

José Antonio Olano Moliner

R.R.P.P. Carmelitas Descalzos/1966

Cristina Fuertes Gandarillas

 

En 1964 el arquitecto burgalés José Antonio Olano Moliner realizó un proyecto de convento e iglesia junto a los ya existentes de los carmelitas, cuya obra se concluyó en 1966.

La iglesia, aunque formando parte del convento, se piensa para el uso público de fieles, por lo que se construye una fachada representativa al exterior con acceso desde la calle. El conjunto edificado ocupa la esquina en la confluencia de las calles Emilio del Valle y Marqués de Reinosa. La iglesia ocupa una posición residual en el extremo oriental de una de las fachadas.

La iglesia posee capacidad para 400 plazas, un coro bajo para 40 religiosos situado detrás del altar mayor, y un coro alto con capacidad de otras 100 personas al que se tiene acceso directo desde la planta primera del convento y desde la misma iglesia por medio de una escalera interior.

La memoria del proyecto menciona el especial cuidado en la iluminación natural de la nave, que consta de una amplia vidriera triangular sobre el acceso principal, de huecos alargados practicados a ambos lados de los pilares de hormigón armado para conseguir una iluminación uniforme, y de un lucernario situado sobre el altar mayor para enfatizar el mismo.

La comunicación de la iglesia y el convento queda defendida de los fieles mediante el muro que respalda el altear lateral izquierdo, mientras que la sacristía queda oculta tras el muro tras del altar mayor.

El templo es un prisma de planta sencilla construido con muros portantes de fábrica de ladrillo caravista de dos astas. La cubierta, formada por tabiquillos y tableros, soportada mediante cerchas metálicas y correas de perfiles laminados en doble T. Cubrición a dos aguas de pizarra y de pronunciada pendiente que busca una relación con la arquitectura tradicional de montaña.

El interior se caracteriza por la sencillez y limpieza del espacio: cuatro fachadas de ladrillo, techo a dos aguas de madera cubriendo las cerchas, presbiterio elevado, resuelve torpemente la cualificación del espacio ritual. La nave unitaria se ilumina con los recursos arquitectónicos anteriormente descritos sin llegar a lograr el efecto buscado por el proyectista. Los solados son terrazo en el interior de la iglesia y granito gris en el exterior.

Más atractiva resulta la fachada. Los dos faldones de cubierta dibujan un frontón que se acristala con una vidriera decorativa, debajo de ella la fachada se estructura en tres bandas verticales, las extremas aparejadas de ladrillo en continuidad con los cierres laterales, y la central donde un bajorrelieve monumental de piedra hace de cargadero al limpio hueco de paso hacia el atrio interior. El alero embonado con madera que remata la fachada se deforma hacia la cumbre donde adquiere mayor vuelo provocando un conseguido efecto de sombra y una presencia urbana.

19/03/2018

42.998477,-4.140834

Pérez Sánchez, Campuzano Ruiz y Martínez Ruiz(1995): «Catálogo monumental de Reinosa», Ayuntamiento de Reinosa, pg. 35

Alonso Ortiz, Luis Alberto(2005) «Arquitectura religiosa en Cantabria. 1956-1970 cambio litúrgico y Modernidad», Curso de doctorado, Universidad Politécnica de Madrid

Ortega, Fray Pedro (1998): «Los carmelitas descalzos en Reinosa». Cuadernos de Campoo, 14, Reinosa, Casa de la Cultura Sánchez Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

Proyecto original año 1965. Archivo Ayuntamiento de Reinosa. Expte. 64.

Edificio multiusos Brañavieja

EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA

Poblado Brañavieja 33, Hermandad de Campoo de Suso

Ángel Hernández Morales

CANTUR/1967

Cristina Fuertes Gandarillas

 

La construcción de este centro cívico es contemporánea a los equipamientos turísticos de Fontibre y Fuente Dé. Compuesto por dos cuerpos unidos mediante una galería en L, nace como sede social para los operarios de la estación invernal y se concibe como punto de referencia en el poblado. La obra de Hernández Morales se caracteriza por la búsqueda intencionada de una imagen de las instituciones próxima a los ciudadanos, transparente, confortable…casi doméstica, y este edificio es un claro ejemplo.

Uno de los volúmenes de la L alberga la capilla, no siendo objeto de estudio en la actual ficha.

El segundo volumen aloja las oficinas, taquillas, talleres y apartamentos dúplex. Busca unidad estética hacia la plaza, con retranqueo respecto de la galería que le otorga horizontalidad. La fachada sur, con entrantes y salientes, franjas y texturas, genera asimetría y movilidad características de la obra de Morales. Escasa ornamentación con acusado contraste de materiales: muro de ladrillo u hormigón en blanco, techo y carpintería interior en madera, pavimento cerámico, doble carpintería exterior de hierro y pavés, cubierta de pizarra y fachada de madera en basto. Con rigor y sinceridad constructiva utilizando indistintamente los viejos y los nuevos materiales, lo cual no impide la búsqueda de texturas mediante la manipulación de los materiales, haciendo guiños a arquitecturas de montaña.

El conjunto conserva su esencia original a pesar del deterioro tras el abandono, al construirse en 2005 un nuevo edificio multiusos en Brañavieja.

En los años 60 la obra de Ángel Hernández Morales alcanza su plenitud. En cada proyecto, además de resolver correctamente los complejos programas planteados y la relación del nuevo edificio con su entorno, natural o construido, el arquitecto adquiere una manera de hacer arquitectura perfectamente reconocible, que pretende ser moderna sin renunciar a la tradición de la historia y del lugar, buscando ejemplos, mirando al norte, con cierto paralelismo con la arquitectura racional orgánica. La elaborada ordenación y rotundidad formal del Complejo Cívico y la Iglesia de Brañavieja es claro ejemplo de ello.

Su obra, al margen de su valor intrínseco, es hoy un punto de referencia obligada para os que pretendemos intervenir en el territorio de nuestra región.

23/03/2018

43.033829,-4.356455

Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Edificio multiusos Brañavieja». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 132.

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

I Edición premios de arquitectura ARQAno 2008. Editada por COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE. Premio exaequo a la trayectoria profesional. Ángel Hernández Morales.

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

Calendario COACAN 1996.

Remolina Seivane, J.M. (2011): «Pautas para la interpretación de la arquitectura de Ángel Hernández Morales (1911-2008)», CEM

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en:

http://www.docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=823:edificio-multiusos-branavieja&Itemid=11&vista=1&lang=es

Capilla del Centro Cívico de Brañavieja

EDIFICACIÓN RELIGIOSA

Poblado Brañavieja 33, Hermandad de Campoo de Suso

Ángel Hernández Morales

CANTUR/1965

Cristina Fuertes Gandarillas

 

La construcción de la capilla de este centro cívico es contemporánea a los equipamientos turísticos de Fontibre y Fuente Dé. El conjunto, compuesto por dos cuerpos unidos mediante una galería en L, nace como sede social para los operarios de la estación invernal y se concibe como punto de referencia en el poblado. La obra de Hernández Morales se caracteriza por la búsqueda intencionada de una imagen de las instituciones próxima a los ciudadanos, transparente, confortable…casi doméstica, y este edificio es un claro ejemplo.

Uno de los volúmenes alberga la capilla objeto de la actual ficha, de volumen expresivo. Se produce un juego entre la rotundidad de la planta cuadrada y el triángulo del muro que la protege. Espacio interior sin ornamento, de gran calidez por la entrada de luz y la madera que forra la cubierta. Muros de ladrillo y pilares de madera en confesionarios y hormigón visto en el resto. Tres delgados pilares absorben la asimetría de la cumbrera, el resto apoya en los muros de carga de fachada.

El segundo volumen de la L aloja las oficinas, taquillas, talleres y apartamentos dúplex, pero no es objeto de la actual ficha.

La elaborada ordenación y rotundidad formal del Complejo Cívico y la capilla de Brañavieja busca unidad estética hacia la plaza. Escasa ornamentación con acusado contraste de materiales: muro de ladrillo u hormigón en blanco, techo y carpintería interior en madera, pavimento cerámico, doble carpintería exterior de hierro y pavés, cubierta de pizarra. Con rigor y sinceridad constructiva utilizando indistintamente los viejos y los nuevos materiales, lo cual no impide la búsqueda de texturas mediante la manipulación de los materiales, haciendo guiños a arquitecturas de montaña.

El conjunto, y en especial la capilla, conserva su esencia original a pesar del deterioro tras el abandono, al construirse en 2005 un nuevo edificio multiusos en Brañavieja.

23/03/2018

43.033829,-4.356455

Fundación Docomomo ibérico. Obras Incluidas en los Registros DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965. Equipamientos I.

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

Calendario COACAN 1996.

Remolina Seivane, J.M. (2011): «Pautas para la interpretación de la arquitectura de Ángel Hernández Morales (1911-2008)», CEM