Viviendas c) García Lago, Santander

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

c) García Lago esquina Gregorio Marañón 1

 

 

Edificio en dos cuerpos girados 45º   con viviendas duplex el primero   y viviendas en una planta el segundo.

Ambos cuerpos sobre zócalo de locales comerciales y 5 plantas elevadas sobre pilares. El núcleo vertical de escalera se sitúa en medio del giro y sirve las viviendas y corredores de los duplex.

Es una composición disciplinada en geometría… que organiza las vistas en dirección a la segunda playa del Sardinero. Las fachadas generan horizontalidad y se componen de manera austera pero precisa, reflejando con rigor la composición en planta e imponiendo al conjunto un fuerte orden estructural y una volumetría que discrimina sutilmente cada parte del edificio.

Hay que destacar la ausencia absoluta de cualquier elemento formal superpuesto y la pureza del resultado arquitectonico que, acabadas las fachadas mediante cerámica vidriada (adecuada por la proximidad al mar), produce un peculiar equilibrio visual poco exigente de la atención del observador.

Es pertinente resaltar como el edificio se resuelve y presenta a la avenida una imagen discreta producida con elementales y controlados mecanismos proyectuales (geometría) en evidente contraste con otras arquitecturas contemporáneas que parecen pensadas y proyectadas para, como si de publicidad se tratase, reclamar airadamente nuestra atención.

Este edificio se encuentra en la confluencia de las calles Gregorio Marañón y García Lago, frente a la Segunda playa del Sardinero. El volumen se retranquea sobre un cuerpo que a modo de basamento alberga locales comerciales, formando una terraza en la que se sitúa la planta exenta sobre la que se elevan las cinco plantas de viviendas.

18/06/2019

El edificio se compone de un cuerpo rectangular alargado y otro sensiblemente cuadrado unidos por un elemento de transición curvo que alberga el núcleo de comunicaciones verticales y resuelve el giro exigido por las alineaciones de calle. El primero de ellos acoge ocho viviendas dúplex a las que se accede por corredores al aire libre en las plantas pares de su fachada norte y el segundo a cinco viviendas de una sola planta. El núcleo de comunicaciones emerge sobre la cubierta acentuando su carácter de elemento singular. De esta manera su fachada principal se estructura en tres elementos diferenciados: el izquierdo correspondiente a las viviendas dúplex en que subraya su horizontalidad, el central compuesto por volúmenes en diferentes planos y el derecho que acentúa su verticalidad. La fachada está formada por losetas tipo gresite de color blanco.

El arquitecto utiliza este edificio para introducir diferentes tipologías de vivienda y su genio le permite conformarlo con una investigación que rompe el plano y genera una variada geometría y espacialidad. Cada fachada es objeto de un pormenorizado estudio compositivo en el que el hueco se configura de formas diferentes para aportar su intencionalidad plástica. Punto y línea frente al plano. Cada circunstancia del proyecto la utiliza Ricardo Lorenzo para personalizar la obra, como la escalera volada de la fachada Norte que accede a las viviendas de la primera planta, las únicas que en ese cuerpo no son dúplex.

Como gran parte de la obra del arquitecto, este edificio exhala un aire de exquisita modernidad, nos presenta un artista plenamente identificado con el movimiento de las vanguardias racionalistas que transformarán la arquitectura europea. El orden y la organización de las plantas de sus edificios son de una perfección matemática, y denota en cada detalle la enorme capacidad de visión espacial y la intencionalidad compositiva que subyace en sus diseños.

Hoy el edificio se encuentra bastante alterado por el cierre de balcones, la burda sustitución de barandillas en la terraza y el portal, el desorden de los bajos comerciales y la degradación del revestimiento de la fachada, pero aún conserva la frescura de su diseño original. Por motivos que ignoro, no se corresponden fielmente los planos de proyecto con la volumetría y huecos de las fachadas construidas.

19/03/2018

43.479679,-3.7884934

Porras, Fernando y Soriano, Federico (1990). » Ricardo Lorenzo 1927-89″. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, Cantabria, Circus.

Remolina Seivane, J.M. (2009): «La vivienda moderna. Registro DOCOMOMO 1925-1965», Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 107

VV.AA. (1996): «Guía de Arquitectura de Santander. 100 edificios mirando al sur en una bahía del Norte», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.

Cabanas, Eduardo y Fernández Lastra, Pedro. Calendario 1997.

Archivo Ricardo Lorenzo.Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en:

http://www.docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=296:bloque-de-viviendas-garcia-lago&lang=es

Patrimonio Arquitectónico/Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria (2015). Disponible en:

http://patrimonio.coacan.es/edificio-garcia-lago-santander/

Gasolinera Jardines de Pereda

OTROS

Jardines de Pereda

Juan José Resines del Castillo

Privado/1960

Fernando García Negrete

Esta gasolinera construida por Resines en 1960 es de una sencillez y armonía cautivadora. Dos pilares, una gran lámina elíptica de hormigón y lo que no se ve. Como ocurre con los árboles, hay casi tanta masa debajo como encima: la gran zapata de cimentación que traslada al terreno los empujes del poderoso viento sur de la bahía. Otra cosa que tampoco se ve: la existencia de dos vigas peraltadas perpendiculares que rigidizan y atirantan la lámina desde la cubierta. Y por último, algo que se vio y ya no se ve: la gran estructura que fue necesario montar para el difícil encofrado de la lámina de doble curvatura. Una vez más sencillez y complejidad, de la mano.

El resultado es un objeto útil y bello. Esta disposición permitía surtir a dos vehículos por cada lado o girar en torno a él siempre a cubierto. Y en el centro un pequeño kiosco circular como oficina de servicio.

Resulta difícil no relacionar esta obra con otra que fue pionera en la introducción del movimiento moderno en nuestro país: la gasolinera en la calle Alberto Aguilera, obra de Casto Fernández Shaw en 1927. Sin embargo, Resines prescindirá de las vigas acarteladas que soportaban la cubierta para dar una solución de lámina continua reforzada por el sistema ya indicado. Esta decisión suaviza y aligera el perfil que sugiere las alas de un ave.

De alguna forma esta obra enlaza con otras anteriores y coetáneas en el empleo de láminas esbeltas como la cubierta del Hipódromo de la Zarzuela, de Torroja, Arniches y Domínguez de 1936, las bóvedas de membrana de Félix Candela de 1959 o parte de la obra de M. Fisac.

También en Santander tenemos otras obras que pueden considerarse afines: la estación de trolebuses de San Martín, el auditorio de San Roque o edificios anteriores como el Club Marítimo, obra de Gonzalo Bringas de 1934 o el Pabellón de Prácticos de Puertochico, de Javier González de Riancho.

Con la reordenación de todo el entorno se ha peatonalizado este lugar y en consecuencia ha dejado de cumplir la función que tan dignamente desempeñó. Por suerte ha sido restaurado y reutilizado para bar-cafetería al aire libre por el equipo del arquitecto autor del proyecto del Centro Botín, Renzo Piano.

19/03/2018

43.460522,-3.805149

VV.AA. (2011): «Equipamientos II. Ocio, deporte, comercio, transporte y turismo. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965», Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=1568:gasolinera-campsa&Itemid=11&vista=1&lang=es

Edificio antigua ONCE

EDIFICACIÓN ADMINISTRATIVA

c) Ruamayor 13

Emilio Mª de la Torriente Castro
Gabriel de la Torriente

ONCE/1967

Fernando García Negrete

El antiguo edificio de la ONCE está situado en la calle de Ruamayor justo en el límite de la zona arrasada por el incendio de Santander en 1941. Actualmente es una calle estrecha, con fuerte pendiente y sombría, sin apenas comercios, con edificios altos fruto de la reconstrucción junto a alguno que aún perdura, como su colindante hacia el oeste. La parcela, entre medianerías tiene una superficie de unos 300 m2 y orienta su fachada principal al norte.

En este lugar tan poco atractivo, los arquitectos, padre e hijo, desarrollan un proyecto con el programa de usos propios de esta entidad: oficinas, despachos, consultas, asistencia social, enfermería y otros más colectivos como capilla, biblioteca o salón de actos.

Se organiza el edificio con dos accesos diferenciados en cada extremo, uno para uso público y otro privado. Un patio en el centro de la planta proporciona iluminación a los espacios interiores y se aprovechan los patios colindantes para introducirla mediante tabiques de pavés. Uno de los accesos y el salón de actos se desarrollan en doble altura.

La fachada se resuelve en dos planos, uno central en voladizo que subraya la verticalidad mediante franjas de gresite continuas que albergan los huecos y los laterales en los que los huecos son apaisados sobre un muro aplacado de piedra caliza. Su diseño ordenado y bien compuesto enlaza con los planteamientos que en el ámbito nacional se identifican con ciertos conceptos del movimiento moderno.

En la actualidad está cerrado y en práctico abandono. La fachada está protegida mediante una malla que evita daños a los viandantes debido al desprendimiento de algunas losetas de gresite.

19/03/2018

43.460369,-3.809642

Mutua Montañesa

EDIFICACIÓN SANITARIA

Avda. Faro s/n

Emilio Mª de la Torriente Castro
Ángel Hernández Morales

Mutua Montañesa/1969

Fernando García Negrete

 

El encargo consistía en la construcción de un complejo sanitario destinado a la atención, hospitalización y rehabilitación de afectados por accidentes laborales.

La parcela, de 25.330 m2 presenta una pendiente acusada en sentido descendente norte-sur y se encuentra sobre un altozano próximo al borde marítimo. Un vial de trazado curvo rodea gran parte de la parcela y lo separa mediante una zona verde, del promontorio rocoso que forma el borde costero. Por tanto disfruta de espléndidas vistas al Cantábrico y a las playas del Sardinero.

En este lugar privilegiado los arquitectos desarrollan el programa de forma inteligente. En primer lugar orientan la mayor parte de las dependencias hacia el sur y las vistas al tiempo que la planta se curva para ampliar el campo visual y adaptarse a la geometría de la parcela. A su vez los sucesivos cuerpos se desarrollan paralelamente creando espacios interiores ajardinados de una gran calidad ambiental mientras que los diferentes niveles se van adaptando a la pendiente del terreno. También el número de plantas va ascendiendo desde las dos o tres al sur hasta las cuatro de la fachada norte.

El resultado es un edificio muy orgánico, muy bien integrado en su entorno, a lo que colabora la vegetación circundante. Y su visita, una experiencia muy agradable.

En sus orígenes el edificio se revistió de losetas de gres y se proyectó con grandes jardineras corridas que subrayaban su integración ambiental al tiempo que protegían las carpinterías del sol y del agua.

Es de reseñar el generoso dimensionamiento de los espacios comunes como vestíbulos y distribuidores que lo ennoblecen así como el interesante diseño en doble altura del gimnasio y el salón de actos que aún hoy permanecen en su estado original.

Tras casi medio siglo de vida, el edificio se va actualizando y adaptando bien a las nuevas necesidades con nuevos materiales e instalaciones pero mantiene en general su acertada configuración inicial. Recientemente se ha sustituido la fachada por una ventilada de aluminio en color acero corten que oculta las jardineras existentes.

Parece ser que obtuvo un accésit en el Premio Nacional de Arquitectura de 1973, aunque estos datos no se han podido comprobar.

19/03/2018

43.481843,-3.788505

Viviendas en La Hermida

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

C.N. 621 de Unquera a Potes

ARQUITECTO: Ignacio Álvarez Castelao
PROMOTOR/AÑO: Electra de Viesgo/1961

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RESEÑA:  Pedro Fernández Lastra

17/06/2019

En 1960 la empresa Electra de Viesgo decide construir 18 viviendas en La Hermida para el personal que trabaja en la Central de Urdón. El programa comprende 16 viviendas para los obreros, 2 para los directivos y una pequeña residencia para operarios eventuales.

En consecuencia al arquitecto se le presenta una difícil situación: la implantación de una actuación típicamente urbana en una pequeña comunidad rural que apenas dobla su población. Y lo hace de una forma rotunda, sin complejos. Para ello se abstrae de cualquier característica de la edificación preexistente y plantea un nuevo desarrollo con nuevos materiales y diseño. Así, las viviendas en primer plano destinadas a los directivos se proyectan con la estructura de hormigón visto, revestimiento de loseta cerámica, dos balcones con barandilla y frontón de madera. El conjunto posterior destinado a los obreros está formado por distintos bloques yuxtapuestos de dos, tres y cuatro plantas con fachadas de ladrillo hueco pintado en blanco. Los dos conjuntos se elevan sobre pilares de hormigón visto y las cubiertas son de chapa lacada con poca pendiente.

Los diferentes bloques se van escalonando cada media planta para adaptarse a la pendiente mediante plataformas delimitadas por muros de mampostería caliza de excelente ejecución y escaleras voladas. La unión entre ellos permite situar los portales de forma que la escalera común distribuya a una vivienda por cada tramo. Predomina el diseño de huecos horizontales sobre los verticales con cierto aire de modernidad. A ello colabora el diseño de la carpintería. Es interesante la combinación de espacios porticados con muy buen tratamiento del hormigón visto y los espacios libres entre edificios. Se observa una contradicción entre los planos de proyecto y lo finalmente construido ya que los diferentes bloques de los trabajadores tienen una planta menos.

Cuando la central se automatizó y dejó de necesitar operarios, la empresa se las ofreció a bajo precio. Algunos las adquirieron y la mitad aproximadamente sigue hoy a la venta.

18/03/2018

43.254972,-4.615329

Ficha de Patrimonio Arquitectónico de Cantabria. J. R. Fuente López y j. M. Remolina Seivane. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.

Iglesia de La Hermida

EDIFICACIÓN RELIGIOSA

C.N. 621 de Unquera a Potes

Ángel Hernández Morales

Obispado de Santander/1970

Fernando García Negrete

Esta iglesia la proyectó Ángel Hernández Morales cuatro años después de la de Espinama y su programa y dotación económica era muy inferior a la anterior. Aquí el terreno está muy limitado, es una franja muy estrecha que le quita visión perspectiva y además está hundida unos dos metros bajo el nivel de la calle. Para colmo, posteriormente construyeron una vivienda a muy escasa distancia junto a la carretera.

La planta es rectangular con cubierta a un agua. La zona del altar forma otro cuerpo más alto y más ancho que introduce sendas franjas luminosa desde la cubierta y los laterales. Junto a la fachada sur que tiene un ventanal de pavés le adosa dos cuerpos al este y oeste que forman el portal de acceso y la sacristía, también con cubiertas a un agua.

La estructura es de pilares de hormigón y vigas metálicas de 8 m de luz. Los muros son dos lienzos de medio pié de ladrillo unidos por unos 20 cm de hormigón. La cubierta es de fibrocemento coloreado sobre placas de Viroterm. Por tanto interior y exterior son de ladrillo visto que pinta interiormente en color blanco. El techo es como en Espinama, una tarima de cedro. El cuerpo del altar también se reviste con tarima. En suma, una solución muy sencilla pero bien resuelta con pocos medios.

Es de resaltar la calidad del espacio interior que tamizado por la luz le confiere un ambiente propicio al recogimiento.

El edificio se remata con una torre campanario en la que el arquitecto se explaya como contrapunto quizás, a la sobriedad del templo. Separado del cuerpo de la iglesia, está formado por dos perfiles metálicos verticales y otro dos inclinados que soportan dos pasarelas para el acceso a las campanas. Su diseño recuerda los mástiles de barco y es un motivo que el autor aprovecha para singularizar la obra con claro afán escultórico. Como en otros proyectos de este arquitecto la definición constructiva es exhaustiva y los planos demuestran una gran profesionalidad.

También en este caso, diseña detalladamente todos los elementos y mobiliario interior: apliques de luz, atriles, confesionarios, bancos etc., así como la urbanización exterior.

Aunque su estado es aceptable necesita labores urgentes de conservación eliminando filtraciones de agua y oxidaciones de los elementos metálicos.

19/03/2018

43.254970,-4.615327

Alonso Ortiz, Luis Alberto (2005) «Arquitectura religiosa en Cantabria. 1956-1970 cambio litúrgico y Modernidad», Curso de doctorado, Universidad Politécnica de Madrid.

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

Archivo de Angel Hernández Morales. Colegio de Arquitectos de Cantabria.

Iglesia Espinama

EDIFICACIÓN RELIGIOSA

Espinama

Ángel Hernández Morales

José Calavera Ruiz. Ingeniero de Caminos

Donación privada/1966-1968

Fernando García Negrete

En el año 1966, Ángel Hernández Morales recibió el encargo para redactar el proyecto de una nueva iglesia parroquial que sustituyera a la existente puesto que se encontraba muy deteriorada y aún hoy en estado ruinoso. El nuevo emplazamiento se sitúa en un altozano sobre el pueblo de Espinama.

El arquitecto enfoca su diseño de forma muy libre sin dejarse influir por la tradicional arquitectura de este núcleo rural. El programa incluía además un salón social para reuniones y uso colectivo. La conexión de ambos elementos la resuelve el autor de forma muy adecuada al unirlos en L creando un espacio a modo de plaza o claustro, cerrado virtualmente por una galería porticada formada por ligeros pilares metálicos y una fina losa de hormigón.

El cuerpo principal que acoge a la iglesia está formado por una gran cubierta de pizarra a dos aguas y sitúa en su hastial sur la fachada principal. Está formada por un gran muro de mampostería que se curva suavemente para formar el zaguán de entrada mediante una gran cristalera de pavés. El frontón y el lateral de la misma están revestidos por un entablado horizontal con intención decorativa tan típica en otros muchos edificios por él diseñados. Como contrapunto, plantea una torre campanario de hormigón con claro sentido escultórico, recurso que utilizará en otras de sus obras y a la que da acceso mediante una pasarela y una pequeña puerta ojival.

El otro cuerpo de uso social se enlaza perpendicularmente mediante otra cubierta a dos aguas también de pizarra.

La planta de la iglesia está formada por un interesante juego de muros planos y curvos en variadas texturas que rompen la ortogonalidad para introducir los diferentes espacios compositivos: accesos, lucernarios o capillas. El muro de ladrillo que rodea y acoge el altar con su cálida textura se curva suavemente recogiendo la luz que penetra verticalmente desde el oeste en contraposición al resto de los muros de mampostería. La acertada proporción y disposición de los huecos, introduce la luz que matizada por las vidrieras, produce una agradable sensación de tranquilidad y recogimiento. El techo está formado por un entablado de sección quebrada siguiendo la línea de los tirantes de las cerchas que forman la cubierta. El muro oeste se modificó respecto a los planos de proyecto eliminando los pilares exteriores seguramente por economía de medios.

Como en la mayoría de sus obras, el autor diseña pormenorizadamente todos los elementos incluso apliques, atriles, confesionarios etc. Esta obra parece influenciada por algunas de las iglesias realizadas por M. Fisac durante la década anterior.

La estructura metálica la diseñó en colaboración con el ingeniero José Calavera. La iglesia se conserva razonablemente bien pero los espacios exteriores que forman la pequeña plaza y los pórticos perimetrales se encuentran en estado de semiabandono.

19/03/2018

43.127788,-4.786154

Remolina Seivane, J.M. (2010): «Iglesia Parroquial». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965», Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 133.

Alonso Ortiz, Luis Alberto (2005) «Arquitectura religiosa en Cantabria. 1956-1970 cambio litúrgico y Modernidad», Curso de doctorado, Universidad Politécnica de Madrid.

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en:

http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=821:iglesia-parroquial&Itemid=11&vista=1&lang=es

Archivo de Angel Hernández Morales. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.

Estación inferior del teleférico

EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA

Fuente Dé

Ángel Hernández Morales

José Calavera Ruiz, Ingeniero de Caminos

Diputación Provincial de Santander/1966

Fernando García Negrete

Entre las muchas obras que proyectó Ángel Hernández Morales como arquitecto de la Diputación Provincial de Santander está el conjunto de edificios que componen las estaciones inferior y superior del teleférico de Fuente Dé. De ellas las más interesantes son la terminal inferior y la cafetería situadas en la base.

La estación, proyectada en colaboración con el ingeniero de caminos José Calavera Ruiz es un edificio de hormigón armado cuyo interés emana de su carácter brutalista propio de los edificios industriales en que la forma deviene directamente de la función que desempeña.

La búsqueda de la solución más eficiente para acoger la llegada y salida de las cabinas, así como el anclaje y arriostramiento de los cables con la enorme tensión que generan, da como resultado esta peculiar geometría que se acabará configurando como la imagen emblemática de la estación.

Los enormes muros laterales se aligeran visualmente con la introducción de otros paralelos en sentido vertical que colaboran al apoyo del gran vuelo de la losa de cubierta y la pasarela, al tiempo que protegen los accesos laterales, uno con escalera y otro con una rampa muy aérea soportada por pilares cilíndricos.

La cafetería, hoy muy modificada y ampliada, era un edificio de una planta elevado sobre el terreno para permitir su fácil acceso con fuertes nevadas. Grandes terrazas volaban en dos de sus fachadas protegidas por una amplia cubierta de pizarra que se prolonga para proteger la escalera de acceso. Como es frecuente en las obras de este arquitecto los muros se quiebran al margen de la geometría de la cubierta consiguiendo un efecto dinámico y sugerente. Los frontones se rematan con un entablado horizontal. Y también como en muchas de sus obras recurre a una composición que enlaza claramente con los edificios de montaña del norte de Europa, aunque siempre manteniendo una clara imagen de modernidad.

Poco queda ya del mismo. Las nuevas necesidades han recurrido a ocupar el espacio bajo las terrazas, se han modificado los accesos y se le ha adosado un gran volumen sin especial relación con el proyecto inicial. También la urbanización del conjunto, realizada con esmero ha sufrido diversas modificaciones.

Por último, también proyectó en esa zona una pequeña construcción muy similar a otra que todavía existe en la estación superior que fue destinada a refugio en que juega con dos aguadas de pizarra, una de ellas de gran inclinación.

19/03/2018

43.143759,-4.812004

Remolina Seivane, J.M (2011) «Equipamientos II. Ocio, deporte, comercio, transporte y turismo. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965», Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg.94

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994). Revista BAU 11 : «Angel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Valladolid, COAL/ COACyLE

Archivo de Angel Hernández Morales. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.

Naves de servicio RENAULT

EDIFICACIÓN COMERCIAL

Avda. Parayas 10

Ricardo Lorenzo García

José Vidal de la Peña/1967

Eva de la Fuente Rentería

 

Este edificio, situado en parcela irregular en los terrenos de la antigua marisma Wissocq, es una de las primeras aproximaciones de Ricardo Lorenzo a las corrientes organicistas que pretendían revisar los principios racionalistas y funcionalistas del movimiento moderno. Este cambio, supuso el primer giro estilístico en su obra. Comienza a seguir así corrientes expresionistas del ámbito nacional (Oiza) e internacional (Scharoun).

Permanece una lectura horizontal de los volúmenes apilados, pero los volúmenes son más organicistas y brutalistas. Comienza a partir de entonces a utilizar el ladrillo por su valor expresivo y su flexibilidad para conseguir nuevas formas. También, desmaterializa el muro único y continuo para reblandecer las formas dando paso al uso de la curva mixtilínea.

Destacan la solución volumétrica de la esquina, los grandes volúmenes cilíndricos repetidos, y las bonitas y altísimas cristaleras de esta nave «escaparate». En la actualidad una reforma llevada a cabo en los años 90 en su fachada, ha hecho que se pierdan la expresividad de material y los contrastes volumétricos que siempre destacaron su figura.

19/03/2018

43.450535,-3.830023

Fernández-Abascal Teira, E. y Santamaría Muñoz, P.J. (2002). «Arquitectura 1 1950-2000. Catálogo del Patrimonio Cultural de Cantabria, T III, Santander y su entorno», Santander, Gobierno de Cantabria

García, C. (2009) «Con un lápiz de color en la mano». «ARQ-vis 01. Arquitectura Visada en Cantabria», Santander, Javier Romero Soto

Porras, Fernando y Soriano, Federico (1990). » Ricardo Lorenzo 1927-89″. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, Cantabria, Circus, PG. 71-72

FUENTES MANUSCRITAS:

Bengoa Porras, E. (Abril, 1967). Proyecto de aprovechamiento de una parcela en la zona de servicio al oeste de la dársena de Maliaño para almacenaje, exposición y entretenimiento de vehículos y maquinaria de obras públicas. Fondo Archivo General de la Autoridad Portuaria de Santander

ARCHIVOS FOTOGRÁFICOS

Fondo fotográfico del Archivo General de la Autoridad Portuaria de Santander

Cooperativa Los Castros

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

Avda.de los Castros

Ricardo Lorenzo García

Cooperativa Los Castros/1967

Eva de la Fuente Rentería

 

Se trata de dos bloques iguales de viviendas de corte racionalista, donde la función encuentra la forma haciendo uso del orden y la simetría. Hay una superposición de estratos repetidos en los que destaca y se diferencia el remate. Son dos volúmenes de presencia urbana contundente, abstractos, ortogonales, y muy equilibrados en sí mismos: nada parece sobrar, nada parece faltar. Hay una trama básica ortogonal homogénea en la que destaca un orden estructural absoluto, y que se expresa exteriormente a través de líneas verticales que cruzan los estratos superpuestos horizontales tomando mayor presencia en la plata ático.

Sus fachadas encuentran mayor expresividad en las terrazas, expresividad que se muestra en los claroscuros de los alzados.

Las plantas de vivienda, muy funcionales y que responden a necesidades de la época, son perfectamente simétricas con respecto al eje este-oeste, pero no lo son con respecto al eje norte-sur, hecho que queda «camuflado» por la rotundidad de volumen repetido.

En la actualidad los volúmenes no han perdido su racionalidad y contundencia, aunque el cierre de las terrazas en cualquier orientación, ha hecho que se pierdan la profundidad y el fuerte contraste de los primeros y segundos planos de las terrazas.

19/03/2018

43.472951,-3.791849

Porras, Fernando y Soriano, Federico (1990). » Ricardo Lorenzo 1927-89″. Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, Cantabria, Circus, pg. 68 a 70.

García, C. (2009) «Con un lápiz de color en la mano». «ARQ-vis 01. Arquitectura Visada en Cantabria», Santander, Javier Romero Soto

FUENTES MANUSCRITAS

Lorenzo García, R. (Marzo, 1954). Cooperativa Los Castros: 76 viviendas y locales comerciales. Fondo Archivo General del Ayuntamiento de Santander

Lorenzo García, R. (Marzo, 1954). Cooperativa Los Castros: 76 viviendas y locales comerciales. Fondo Archivo Digital Ricardo Lorenzo del Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria