Lavadero en Santiurde de Reinosa
OTROS
Lavadero en Santiurde de Reinosa
Barrio SANTIURDE 64 (D) 1
Ángel Hernández Morales
Ayuntamiento de Santiurde de Reinosa/entre los 60 y los 71
Cristina Fuertes Gandarillas
Hernández Morales en su etapa como arquitecto de la Diputación nos da una lección de paisajismo: como funcionario introduce la nueva arquitectura con la adaptación a diferentes contextos y tipologías de la geografía cántabra, pasando desapercibida.
Los lavaderos poseen cierta vocación urbanística, relegando la misión de unificar y ser punto de referencia para el poblado, donde se relacionaban familiar y socialmente. Siempre exentos y rotundos, el espacio exterior sin delimitar ni edificar, con un volumen altamente expresivo.
Su planta es a base de figuras geométricas simples: continuo juego entre la rotundidad de la misma y su aspecto exterior irregular, sin simetrías y losas de hormigón en cubierta jugando con la ligereza, movimiento y los claroscuros.
La fachada es la propia estructura, cerrándose al norte y dejando una apertura a modo de acceso al sur, sin necesidad de puerta y con ventanales para ver el pueblo. Con aleros que protegen de la lluvia y el viento. Cierre de mampostería. Carpintería de hormigón y vidrio a hueso. El espacio interior, sin ornamentación, posee únicamente la pila de hormigón o el banco.
Pese a los desperfectos, que no son pocos, su esencia original no se ha desvirtuado prácticamente.
En la época en que se construyeron, la vida del poblado giraba en torno los lavaderos, pero con el desarrollo industrial y económico, la aparición de lavadoras, la creación de nuevas estructuras viarias o las necesidades de dotaciones comunes en los pueblos para basuras, etc estos bellos edificios han quedado lamentablemente en desuso, o incluso han desaparecido.
El espacio exterior, que originariamente quedaba sin delimitar, hoy día lo está. Se ha edificado en las cercanías de alguno de los casos, perdiéndose el carácter rotundo de volumen exento.
En alguno como el de Udías su uso ha quedado relegado a garaje, o lavadero de alfombras en el caso de Barros.
A lo largo de las carreteras de acceso a zonas de montaña con nuevos centros turísticos surgen a finales de los 50 pequeños refugios para dar cobijo al transeúnte. Ubicados a pie de carretera. Un volumen rotundo, formado por dos rotundos muros de mampostería en V en cuyo vértice se aloja la lumbre con o sin chimenea. Con dos asientos laterales y sin ornamentación alguna. Una ligera losa con alero sirve de cubrición.
Por desgracia, con los nuevos trazados viarios han desaparecido la mayor parte de ellos. Los que aún se mantienen en pie son fruto del olvido.
20/03/2018
43.061734,-4.084318
Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Tres lavaderos y un refugio». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 128
Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE
VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97
Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.
fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es
Lavadero en Barros
OTROS
Lavadero en Barros
Barrio BARROS-SANTIAN 7159 Polígono 7 Parcela 159
Ángel Hernández Morales
Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna/entre los 60 y los 70
Cristina Fuertes Gandarillas
Hernández Morales en su etapa como arquitecto de la Diputación nos da una lección de paisajismo: como funcionario introduce la nueva arquitectura con la adaptación a diferentes contextos y tipologías de la geografía cántabra, pasando desapercibida.
Los lavaderos poseen cierta vocación urbanística, relegando la misión de unificar y ser punto de referencia para el poblado, donde se relacionaban familiar y socialmente. Siempre exentos y rotundos, el espacio exterior sin delimitar ni edificar, con un volumen altamente expresivo.
Su planta es a base de figuras geométricas simples: continuo juego entre la rotundidad de la misma y su aspecto exterior irregular, sin simetrías y losas de hormigón en cubierta jugando con la ligereza, movimiento y los claroscuros.
La fachada es la propia estructura, cerrándose al norte y dejando una apertura a modo de acceso al sur, sin necesidad de puerta y con ventanales para ver el pueblo. Con aleros que protegen de la lluvia y el viento. Cierre de mampostería. Carpintería de hormigón y vidrio a hueso. El espacio interior, sin ornamentación, posee únicamente la pila de hormigón o el banco.
Pese a los desperfectos, que no son pocos, su esencia original no se ha desvirtuado prácticamente.
En la época en que se construyeron, la vida del poblado giraba en torno los lavaderos, pero con el desarrollo industrial y económico, la aparición de lavadoras, la creación de nuevas estructuras viarias o las necesidades de dotaciones comunes en los pueblos para basuras, etc estos bellos edificios han quedado lamentablemente en desuso, o incluso han desaparecido.
El espacio exterior, que originariamente quedaba sin delimitar, hoy día lo está. Se ha edificado en las cercanías de alguno de los casos, perdiéndose el carácter rotundo de volumen exento.
En alguno como el de Udías su uso ha quedado relegado a garaje, o lavadero de alfombras en el caso de Barros.
A lo largo de las carreteras de acceso a zonas de montaña con nuevos centros turísticos surgen a finales de los 50 pequeños refugios para dar cobijo al transeúnte. Ubicados a pie de carretera. Un volumen rotundo, formado por dos rotundos muros de mampostería en V en cuyo vértice se aloja la lumbre con o sin chimenea. Con dos asientos laterales y sin ornamentación alguna. Una ligera losa con alero sirve de cubrición.
Por desgracia, con los nuevos trazados viarios han desaparecido la mayor parte de ellos. Los que aún se mantienen en pie son fruto del olvido.
20/03/2018
43.283250,-4.082960
Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Tres lavaderos y un refugio». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 128
Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE
VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97
Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.
fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es
Ampliación Casa de Cultura Reinosa
EDIFICACIÓN CULTURAL
Ampliación Casa de Cultura Reinosa
c) Ramón Sánchez Díaz 3
Ángel Hernández Morales
Ayuntamiento de Reinosa/1958
Cristina Fuertes Gandarillas
Nace por la necesidad de ampliar la de estilo regionalista existente justo enfrente. Es de las primeras obras del arquitecto en Cantabria, y muy polémica en su momento.
Una de las principales características de su arquitectura es su capacidad para pasar desapercibida, acomodándose de modo natural al entorno en el que se inserta.
Escasa ornamentación general, ubicada únicamente en fachadas principales a base de formas geométricas elementales. Edificio adosado ubicado en el fondo de una calle estrecha que termina en la trasera de un riachuelo del molino con malezas (motivo por el que la fachada recayente a esta parte es puramente funcional). En la actualidad ese riachuelo con malezas es un agradable paseo peatonal y la fachada que vierte al mismo ha sido recientemente decorada con un mural de OKUDA, el grafitero cántabro consagrado a nivel internacional.
Sin embargo, la fachada lateral opuesta al río está muy elaborada, ya que dicha esquina visualmente es lo único que se aprecia desde el comienzo de la calle. Actualmente se han colocado unas verjas cubriendo los huecos, un farol cableado y bajantes de PVC.
La fachada principal dialoga con la anterior biblioteca, pero sin querer competir: cada una de su época, según su autor. Actualmente se ha añadido una rampa de acceso para minusválidos donde anteriormente existían unos sencillos peldaños.
En el edificio se emplean nuevos materiales de construcción como el hormigón armado o el hierro para carpinterías. Cubierta ligera a dos aguas que permite mayores atrevimientos estructurales. Interiormente vigas de canto recorren transversalmente el edificio en planta baja con pilares de hormigón armado. En planta superior, un salón de actos sin pilares intermedios y con una sutil iluminación perimetral indirecta que aún se conserva.
Racional distribución de espacios: en planta baja, acceso por el eje longitudinal del edificio, recorriéndolo con zonas de distribución que conducen a la escalera y aseos según se accede a mano izquierda; taquillas, salas de lectura y prensa a mano derecha, y tras una puerta de transición, el mostrador de préstamo al frente, comunicando la diáfana sala de lectura a la izquierda con el almacén a la derecha.
El hueco de escalera es de toda la altura del edificio, comunicando con la sala de proyección y el salón de actos en planta superior.
Pavimentos interiores originales, salvo corcho en la sala de lectura. Mobiliario y pintura modificados notablemente (intervino la escuela taller en el edificio hace años al convertirla en biblioteca infantil). Al comienzo, todo estaba pintado de blanco y en madera, con influencia suiza en los acabados.
20/03/2018
43.000523,-4.137246
Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE
VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97
Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.
Remolina, J.M. 2011. Pautas para la interpretación de la arquitectura de Ángel Hernández Morales (1911-2008), CEM
fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es
Cafetería El Chivo Brañavieja
EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA
Cafetería El Chivo Brañavieja
Brañavieja-Diseminado 1. Carretera CA-916 de subida al mirador del Chivo
Ángel Hernández Morales
CANTUR/1977
Cristina Fuertes Gandarillas
Desde su cargo en la Diputación, Morales participa en la construcción de numerosas dotaciones en pequeños núcleos de la región, consultorios rurales, casas de cultura, etc. Interviene directamente en el desarrollo turístico de las comarcas de Liébana y Alto Campoo, teleférico de Fuente Dé y sus equipamientos complementarios, como la ordenación de la estación de esquí de Brañavieja y la construcción de sus servicios.
A medio camino entre la década de los sesenta y los setenta edifica uno de sus edificios más espectaculares en Brañavieja. En la cafetería «El Chivo», junto a la carretera de acceso al Mirador de La Fuente del Chivo y al pie de las principales pistas de esquí de la estación invernal, aplica las preferencias materiales que dominan su obra: pizarra, madera en basto y hormigón. Pero en un giro organicista la cubierta pierde la regularidad que había tenido hasta ahora y se quiebra en angulosidades contradictorias y voladizos sorpresivos acompañando la pronunciada topografía en la que se asienta. La terraza y su gran cristalera con la que se relaciona con el paisaje nos recuerda la horizontalidad aún no perdida en la fachada sur, pero rompe con la simetría en las dos fachadas laterales.
A pesar del intenso uso que el edificio posee en temporadas invernales, su carácter y característica volumetría aparece intacto. Si bien, se han realizado labores de pintura exterior más o menos acertadas a lo largo de los años, e interiormente se ha decorado con el estilo característico de los establecimientos de CANTUR, ente al que siempre ha pertenecido.
Morales en cada proyecto, además de resolver correctamente los complejos programas planteados y la relación del nuevo edificio con su entorno, natural o construido, adquiere una manera de hacer arquitectura perfectamente reconocible, que pretende ser moderna sin renunciar a la tradición de la historia y del lugar, buscando ejemplos, mirando al norte, con cierto paralelismo con la arquitectura racional orgánica.
Sus recursos compositivos son la composición entre partes opacas y transparentes, pesadas y ligeras.
Escasa ornamentación con acusado contraste de nuevos y viejos materiales: la piedra y la madera, el hierro y el cristal, las cubiertas de madera y las finas membranas de hormigón. Con rigor y sinceridad constructiva, lo cual no impide la búsqueda de texturas mediante la manipulación de los materiales, haciendo guiños a arquitecturas de montaña mediante mamposterías, ladrillos pintados, entablillados, cubiertas de pizarras o tejas planas…materiales e incluso formas, que tienen a veces su origen en arquitecturas de montaña.
Su obra, al margen de su valor intrínseco, es hoy un punto de referencia obligada para os que pretendemos intervenir en el territorio de nuestra región.
23/03/2018
43.040928,-4.390380
Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE
VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97
Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.
Restaurante en Fontibre
EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA
Restaurante en Fontibre
Poblado Fontibre s/n
Ángel Hernández Morales
CANTUR/1965
Cristina Fuertes Gandarillas
Este edificio forma parte del desarrollo turístico de las comarcas de Liébana, Alto Campoo y Fuente Dé con sus equipamientos complementarios.
El parador está enclavado en una pequeña colina sobre la que se domina visualmente el nacimiento del río Ebro. Es un edificio exento de marcada horizontalidad, con lo que se contrarresta la importancia de su ubicación en altura. Su forma de adaptarse al terreno con la ubicación de un garaje semienterrado en la parte baja, y un conjunto de escaleras acompañando a la topografía, ascendiendo hasta el acceso, y su capacidad para pasar desapercibida son dignas de elogio.
Grandes ventanales corridos comunican interior y el paisaje exterior, así como la amplia terraza que le da tanto carácter. Carpinterías de hierro características de esta época. Estructura a base de muros de carga de mampostería regularizada y delgados pilares metálicos. Cubierta a dos aguas de pizarra para poder soportar las fuertes nevadas de la zona. Aleros con una ligera losa de hormigón armado, permitiendo mayores atrevimientos estructurales.
Escasa o ausente ornamentación general, cualidad del modernismo. En origen todo estaba pintado de blanco y en madera, con influencia suiza en los acabados.
Si inicialmente el edificio tenía dos puertas de acceso: una principal, marcada por dos potentes muros de mampostería, y una segunda de salida hacia la terraza, actualmente el segundo acceso ha sido transformado en ventanal similar al resto, enfatizando el acceso principal.
El acceso se produce en el punto medio del edificio, de manera que los espacios quedan racionalmente distribuidos: a la derecha amplia zona de cafetería, de frente la barra del bar y aseos, y a la izquierda zona de restaurante. La cocina queda relegada a la parte central trasera, ocupando buena parte de la planta, y comunicando comedor, barra, cafetería y almacén.
En un bajo cubierta sin distribuir vivía el regente del restaurante, obligado durante años a pernoctar en el edificio por seguridad. Actualmente se conserva dicha estancia, habiéndose añadido unas pequeñas oficinas.
En el exterior se ha habilitado un acceso para minusválidos, abriendo paso en la barandilla a cota superior desde vial. Volumétricamente se mantiene intacto, de no ser por un pequeño volumen adosado en la parte trasera para la caldera. Se ha delimitado una zona de seguridad junto a dicho volumen, destinada a un depósito enterrado de combustible.
Las carpinterías de hierro han sido sustituidas por PVC, aunque conservando los huecos (a excepción del volumen que anteriormente era almacén, en el que se han abierto huecos para ventilación de los nuevos aseos).
La estructura se ha mantenido intacta, pero los delgados pilares han sido recubiertos y engrosados con la estética de CANTUR en sus edificios. Los muros de carga de mampostería y las barandillas de acceso se mantienen tal y como eran en su inicio.
20/03/2018
43.017216,-4.190933
Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE
VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97.
Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.
Sotoliva
RESIDENCIAL UNIFAMILIAR
Sotoliva
Carlos Haya 23
Ángel Hernández Morales
Industrias Sotileza, S.A./ 1962
Eva de la Fuente Rentería
En una parcela en la que ya existían algunas edificaciones anteriores como el depósito de grasas (actual sala Naos), proyectado junto con los accesos al recinto y las antiguas oficinas por Juan José Resines del Castillo en 1955, en 1962 Hernández Morales proyecta una serie de nuevas edificaciones: nuevas oficinas sobre la ocupación de las anteriores, una nueva refinería sobre la construcción existente antes de la intervención de Resines entre las oficinas y la refinería primitiva, y por último una nave de embotellado al este de la refinería primitiva.
El edificio a tratar, antiguas oficinas y nueva refinería, fue rehabilitado entre 1991 y 1992 por Junquera-Pérez Pita Asociados para alojar las oficinas de la Autoridad Portuaria de Santander.
Este complejo industrial fue construido por fases, y aunque su imagen exterior es integradora, existen diferencias volumétricas (un edificio es más alto que otro), estructurales (el edificio de oficinas tiene estructura de hormigón y el de la refinería de acero), y también funcionales (uso y distribución), que quedan claramente reflejados en los proyectos del año 62. Rigor y sinceridad constructiva es lo que subyace de los planos de proyecto.
En el pequeño skyline de los edificios portuarios en la zona de la Dársena de Maliaño, siempre destacó la silueta de la torre de la nueva refinería, que construida en acero y vidrio, dejaba ver al exterior la maquinaria industrial. Este edificio modulado, ligero, controlado en escala y de fuerte carácter tecnológico, según Fernández- Abascal y Santamaría «deja entrever en sistema constructivo retomando el ejemplo de la Fangus de Walter Gropius». Su imagen de arquitectura de vidrio en torre con remate superior podría compartir reflexiones con edificios anteriores, coetáneos o posteriores como la torre de la Johnson Wax de Wright, el Seagram de Mies o el BBVA de Oiza.
En la actualidad y tras la rehabilitación de los años 90, el edificio conserva su imagen tecnológica e industrial, y la transparencia original de sus fachadas, pero no su uso, lo que imposibilita una característica anterior, que era la de poder ver a su través. La adecuación al nuevo uso, le confirió de un mejor aislamiento y adecuación material con el empleo de la madera para hacerlo más habitable y confortable. La perfilería de nuevas carpinterías de aluminio y no de acero como las anteriores, tiene mayor dimensión, pero se han eliminado el 50 % de los montantes, por lo que la ligereza y transparencia quedan de algún modo compensadas. Es destacable el elaborado diseño de los interiores con sus carpinterías, mobiliario e integración de las instalaciones
23/03/2018
43.453234, -3.816139
FUENTES MANUSCRITAS
Hernández Morales, A. (1962). Proyecto de oficinas para Sotoliva. Fondo Archivo General Ayuntamiento de Santander
Hernández Morales, A. (1962). Proyecto de Nueva Refinería para Sotoliva. Fondo Archivo General Ayuntamiento de Santander
Junquera-Pérez Pita y Asociados (1991-1992). Rehabilitación del Edificio de las antiguas concesiones Sotoliva. Fondo Archivo General de la Autoridad Portuaria de Santander
Zatarain Martín, Roberto y otros (2013): «Registro de Arquitectura Marítima en Cantabria», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.
Patrimonio Arquitectónico/Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria (2015). Disponible en:
http://patrimonio.coacan.es/edificio-sotoliva-santander/
ARCHIVOS FOTOGRÁFICOS
Fondo fotográfico del Archivo General de la Autoridad Portuaria de Santander
Capilla Nuestra Señora del Carmen
EDIFICACIÓN RELIGIOSA
Capilla Nuestra Señora del Carmen
c) Constitución 15 B
Ramón Lavín del Noval (atribuida)
/1957
Cristina Fuertes Gandarillas
La reparación de la ermita fue el pretexto para ampliarla incorporando estructuras de hormigón armado que garantizasen un fácil mantenimiento.
La geometría del solar, muy forzada para planear una ampliación, es un triángulo muy agudo definido por dos calles a diferente cota y una medianería. La implantación fue sencilla: una sola nave con ocho cuerpos, el acceso en el vértice y el altar apoyado en el muro medianero. Los cuerpos se ensanchan con el solar y se cubren a dos aguadas, de manera que las cumbres van escalonándose mientras permiten penetrar la luz. Interiormente, a la vez que se avanza hacia el altar, la iglesia gana en anchura y en altura. Para evitar apoyos interiores, las dos aguadas se resuelven con faldones apoyados en cerchas de hormigón armado y directriz quebrada que cargan en los machones de fachada que van resolviendo los recrecidos entre cada cuerpo de nave.
Los elementos estructurales se convierten en el cierre de fachada en los tramos de testero visibles al elevarse el tejado; por los huecos de estas cerchas entra la luz al templo. En el caso de los dos últimos cuerpos que se igualan en altura la cercha central se manifiesta en el interior; y en el muro medianero la cercha mantiene los huecos de entrada de luz, pero se aumenta su canto para formar el cargadero y la embocadura del presbiterio.
La única luz natural que se introduce al templo lo hace por los huecos de las cerchas de cubierta; esta y la presencia evidente de esta estructura caracterizan el interior de la capilla de Mataporquera. Los muros limpios, la presencia de la piedra reutilizada de la antigua ermita en los muros transversales como si fuesen contrafuertes, la renuncia a cualquier referencia de estilo y la inmediatez de la solución constructiva, confieren a este espacio un carácter industrial.
El exterior muestra las contradicciones del momento, con una fachada de ladrillo caravista donde destaca una desproporcionada cruz blanca perforada en el centro para colocar la campana. Quizá para evidenciar el uso se colocó un pináculo de hormigón rematando cada uno de los machones transversales de piedra.
Según el doctorado de Luis Alberto Alonso Ortiz «No está documentada la autoría del proyecto conservándose los planos de obra sin firmar. Se atribuye la obra al arquitecto Ramón Lavín del Noval, pudiendo haberse proyectado por los servicios técnicos de las empresas locales, Cementos ALFA, UNQUINESA y Ferrocarriles de La Robla, cuyos directivos fueron miembros de la comisión para la reforma de la capilla, aportando además dinero, materiales y mano de obra. Podrían ser soluciones estructurales habituales de sus naves.»
23/03/2018
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Alonso Ortiz, Luis Alberto (2005) «Arquitectura religiosa en Cantabria. 1956-1970 cambio litúrgico y Modernidad», Curso de doctorado, Universidad Politécnica de Madrid.
Archivo parroquial de Santa Eulalia Mártir de Mataporquera.
Hotel La Corza Blanca
EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA
Hotel La Corza Blanca
Poblado Brañavieja 2, Hermandad de Campoo de Suso
Ángel Hernández Morales
CANTUR/1962
Cristina Fuertes Gandarillas
Desde su cargo en la Diputación, Morales participa en la construcción de numerosas dotaciones en pequeños núcleos de la región, consultorios rurales, casas de cultura, etc. Interviene directamente en el desarrollo turístico de las comarcas de Liébana y Alto Campoo, teleférico de Fuente Dé y sus equipamientos complementarios, como la ordenación de la estación de esquí de Brañavieja y la construcción de sus servicios.
Se construye el hotel fiel a sus principios y preferencias materiales: volumen único, cubierta de hormigón a dos aguas acabada en pizarra y madera en basto recubriendo la fachada recordando a la arquitectura nórdica. Con movilidad de planta y cubierta característicos del movimiento moderno. En 1965 se proyecta la pieza en L y en 1966 y 67 se añade al proyecto el volumen de la cafetería. La cubierta en su aguada norte aparece con un voladizo sorpresivo en las últimas fases de proyecto. La terraza de la cafetería nos recuerda la horizontalidad aún no perdida en la fachada sur, al abrigo de las dos fachadas laterales.
En los años 60 su obra alcanza su plenitud. En cada proyecto, además de resolver correctamente los complejos programas planteados y la relación del nuevo edificio con su entorno, natural o construido, el arquitecto adquiere una manera de hacer arquitectura perfectamente reconocible, que pretende ser moderna sin renunciar a la tradición de la historia y del lugar, buscando ejemplos, mirando al norte, con cierto paralelismo con la arquitectura racional orgánica.
Sus recursos compositivos son la repetición, la modulación, las simetrías parciales, la composición entre partes opacas y transparentes, pesadas y ligeras.
Su obra se caracteriza por el rigor y sinceridad constructiva utilizando indistintamente los viejos y los nuevos materiales, la piedra y la madera, el hierro y el cristal, las cubiertas de madera y las finas membranas de hormigón. Manipula los materiales, buscando texturas en los paramentos, mamposterías, ladrillos pintados, entablillados, cubiertas de pizarras o tejas planas…materiales e incluso formas, que tienen a veces su origen en arquitecturas de montaña.
Su obra, al margen de su valor intrínseco, es hoy un punto de referencia obligada para os que pretendemos intervenir en el territorio de nuestra región.
23/03/2018
43.034810,-4.357601
Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE
VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97
Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.
Remolina, J.M. 2011. Pautas para la interpretación de la arquitectura de Ángel Hernández Morales (1911-2008), CEM
Viviendas Torres Quevedo
RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA
Viviendas Torres Quevedo
Avda. de Torres Quevedo 19
Ricardo Lorenzo García
/1978
Jorge Villamor Cantera
Este bloque de viviendas, proyectado por Ricardo Lorenzo García en la calle Torres Quevedo en el año 1978, se puede considerar como una excepcionalidad poco conocida en el conjunto de su obra y en el entorno del barrio de Cazoña en el que se encuentra.
Situado en una zona elevada de ese barrio, sobre un zócalo de garajes que absorbe el desnivel de la parcela, orientado a sur y con una gran zona verde a sus pies, este edificio de estructura de hormigón y doce plantas de altura puede pasar desapercibido si no fuera por el interés que despierta su esquema de planta. Un esquema en hache con una apertura sutil desde el núcleo de escaleras y ascensores hacia la orientación este y oeste, permitiendo a las cuatro viviendas que tiene por planta tener una orientación norte-sur. Con este recurso tan ingenioso y que bebe directamente de la arquitectura residencial de Hans Sharoun, se consiguen viviendas mucho más iluminadas, ventiladas y, en general, de una mayor calidad que las que se obtendrían con el esquema tradicional de torre.
Estas viviendas, de superficie similar, pero con dos tipologías diferentes según se encuentren en el sur o en el norte de la hache, constan de salón-comedor, cocina, tres dormitorios, baño y aseo. Las primeras se estructuran a través de un salón pasante y un pequeño pasillo mientras que las segundas se estructuran a través de un pasillo en forma de ele.
A pesar de que en estas viviendas no se reflejan los tradicionales juegos volumétricos y las geometrías curvilíneas tan propias de la arquitectura de esta época de Ricardo Lorenzo, sí se mantienen las carpinterías tan propias de él, el uso de materiales cerámicos en las fachadas y la sutileza en el tratamiento del remate superior de la torre.
20/03/2018
43.457226,-3.841086
Fernández-Abascal Teira, Muruzábal Sitges, Ausúcua García, Venegas Pérez, Villamor Cantera (2012): «Registro de Arquitectura Moderna en Cantabria 1. La vivienda colectiva», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.
Viviendas Menéndez Pelayo
RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA
Viviendas Menéndez Pelayo
Paseo de Menéndez Pelayo 10.
Juan José Rasines del Castillo
/1965
Jorge Villamor Cantera
Este discreto, pero muy interesante edificio de viviendas de ocho plantas, estructura de hormigón y acabado en ladrillo caravista, fue proyectado por el arquitecto Juan José Resines del Castillo en el año 1965. Se encuentra situado en la esquina noreste de la manzana delimitada por el paseo de Menéndez Pelayo y las calles Sol, Valliciergo y Lope de Vega de Santander, en un entorno donde la tónica general son los bloques de vivienda colectiva en manzana cerrada y con un gran número de comercios y bares en los bajos. Precisamente, en la planta baja del edificio, hay un bar en la esquina y una pequeña galería comercial actualmente en desuso.
De las fachadas cabe destacar la utilización del ladrillo caravista, el enfatizado de los pasos de forjado y del remate del edificio. De esta forma se resalta la composición por estratos horizontales que, junto con los entrantes y salientes de las terrazas y los juegos de volúmenes producidos, dotan al conjunto de una gran plasticidad.
Las treinta y dos viviendas que forman el edificio se insertan en la parcela siguiendo su perímetro y creando así un patio interior de generosas dimensiones para uso de los vecinos. En planta, las viviendas se organizan entorno a dos escaleras con accesos desde las calles Sol y Menéndez Pelayo diferenciándose, a su vez, la tipología y tamaño según pertenezcan a una u otra escalera. En total, hay tres tipos diferentes de viviendas siendo las de la calle del Sol más modestas que las que dan al paseo de Menéndez Pelayo.
Las viviendas de la calle del Sol, de tres habitaciones, salón, cocina-comedor y un baño, responden a un esquema en planta muy compacto en el que se minimizan los espacios de circulación mientras que, las viviendas que dan al paseo de Menéndez Pelayo, de cuatro habitaciones, salón, comedor, cocina, baño y aseo, se desarrollan de forma más lineal siguiendo un largo pasillo. En este caso, las viviendas situadas al sur del conjunto son más rectilíneas y las situadas en la esquina tienen forma de ele. Precisamente este desarrollo, junto con los dos retranqueos de la fachada respecto a la alineación de la calle, uno para permitir la iluminación y la ventilación de la escalera principal y el otro para configurar el acceso a uno de los portales, permite resolver la esquina del edificio de forma muy interesante e ingeniosa.
20/03/2018
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Fernández-Abascal Teira, Muruzábal Sitges, Ausúcua García, Venegas Pérez, Villamor Cantera (2012): «Registro de Arquitectura Moderna en Cantabria 1. La vivienda colectiva», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.




























































































































