Lavadero en Udías Valoria

OTROS

Barrio VALORIA 5(A)

Ángel Hernández Morales

Ayuntamiento de Udías/entre los 60 y los 75

Cristina Fuertes Gandarillas

 

Hernández Morales en su etapa como arquitecto de la Diputación nos da una lección de paisajismo: como funcionario introduce la nueva arquitectura con la adaptación a diferentes contextos y tipologías de la geografía cántabra, pasando desapercibida.

Los lavaderos poseen cierta vocación urbanística, relegando la misión de unificar y ser punto de referencia para el poblado, donde se relacionaban familiar y socialmente. Siempre exentos y rotundos, el espacio exterior sin delimitar ni edificar, con un volumen altamente expresivo.

Su planta es a base de figuras geométricas simples: continuo juego entre la rotundidad de la misma y su aspecto exterior irregular, sin simetrías y losas de hormigón en cubierta jugando con la ligereza, movimiento y los claroscuros.

La fachada es la propia estructura, cerrándose al norte y dejando una apertura a modo de acceso al sur, sin necesidad de puerta y con ventanales para ver el pueblo. Con aleros que protegen de la lluvia y el viento. Cierre de mampostería. Carpintería de hormigón y vidrio a hueso. El espacio interior, sin ornamentación, posee únicamente la pila de hormigón o el banco.

Pese a los desperfectos, que no son pocos, su esencia original no se ha desvirtuado prácticamente.

En la época en que se construyeron, la vida del poblado giraba en torno los lavaderos, pero con el desarrollo industrial y económico, la aparición de lavadoras, la creación de nuevas estructuras viarias o las necesidades de dotaciones comunes en los pueblos para basuras, etc estos bellos edificios han quedado lamentablemente en desuso, o incluso han desaparecido.

El espacio exterior, que originariamente quedaba sin delimitar, hoy día lo está. Se ha edificado en las cercanías de alguno de los casos, perdiéndose el carácter rotundo de volumen exento.

En alguno como el de Udías su uso ha quedado relegado a garaje, o lavadero de alfombras en el caso de Barros.

A lo largo de las carreteras de acceso a zonas de montaña con nuevos centros turísticos surgen a finales de los 50 pequeños refugios para dar cobijo al transeúnte. Ubicados a pie de carretera. Un volumen rotundo, formado por dos rotundos muros de mampostería en V en cuyo vértice se aloja la lumbre con o sin chimenea. Con dos asientos laterales y sin ornamentación alguna. Una ligera losa con alero sirve de cubrición.

Por desgracia, con los nuevos trazados viarios han desaparecido la mayor parte de ellos. Los que aún se mantienen en pie son fruto del olvido.

20/03/2018

43.334183,-4.259705

Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Tres lavaderos y un refugio». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 128

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es

Lavadero en Udías Pumalverde

OTROS

Barrio PUMALVERDE 17(A)

Ángel Hernández Morales

Auntamiento de Udías/entre los 60 y los 74

Cristina Fuertes Gandarillas

 

Hernández Morales en su etapa como arquitecto de la Diputación nos da una lección de paisajismo: como funcionario introduce la nueva arquitectura con la adaptación a diferentes contextos y tipologías de la geografía cántabra, pasando desapercibida.

Los lavaderos poseen cierta vocación urbanística, relegando la misión de unificar y ser punto de referencia para el poblado, donde se relacionaban familiar y socialmente. Siempre exentos y rotundos, el espacio exterior sin delimitar ni edificar, con un volumen altamente expresivo.

Su planta es a base de figuras geométricas simples: continuo juego entre la rotundidad de la misma y su aspecto exterior irregular, sin simetrías y losas de hormigón en cubierta jugando con la ligereza, movimiento y los claroscuros.

La fachada es la propia estructura, cerrándose al norte y dejando una apertura a modo de acceso al sur, sin necesidad de puerta y con ventanales para ver el pueblo. Con aleros que protegen de la lluvia y el viento. Cierre de mampostería. Carpintería de hormigón y vidrio a hueso. El espacio interior, sin ornamentación, posee únicamente la pila de hormigón o el banco.

Pese a los desperfectos, que no son pocos, su esencia original no se ha desvirtuado prácticamente.

En la época en que se construyeron, la vida del poblado giraba en torno los lavaderos, pero con el desarrollo industrial y económico, la aparición de lavadoras, la creación de nuevas estructuras viarias o las necesidades de dotaciones comunes en los pueblos para basuras, etc estos bellos edificios han quedado lamentablemente en desuso, o incluso han desaparecido.

El espacio exterior, que originariamente quedaba sin delimitar, hoy día lo está. Se ha edificado en las cercanías de alguno de los casos, perdiéndose el carácter rotundo de volumen exento.

En alguno como el de Udías su uso ha quedado relegado a garaje, o lavadero de alfombras en el caso de Barros.

A lo largo de las carreteras de acceso a zonas de montaña con nuevos centros turísticos surgen a finales de los 50 pequeños refugios para dar cobijo al transeúnte. Ubicados a pie de carretera. Un volumen rotundo, formado por dos rotundos muros de mampostería en V en cuyo vértice se aloja la lumbre con o sin chimenea. Con dos asientos laterales y sin ornamentación alguna. Una ligera losa con alero sirve de cubrición.

Por desgracia, con los nuevos trazados viarios han desaparecido la mayor parte de ellos. Los que aún se mantienen en pie son fruto del olvido.

20/03/2018

43.335750,-4.252223

Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Tres lavaderos y un refugio». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 128

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es

Lavadero en Concha

OTROS

Barrio CONCHA 2 (9)

Ángel Hernández Morales

Ayuntamiento de Ruiloba/entre los 60 y los 73

Cristina Fuertes Gandarillas

 

Hernández Morales en su etapa como arquitecto de la Diputación nos da una lección de paisajismo: como funcionario introduce la nueva arquitectura con la adaptación a diferentes contextos y tipologías de la geografía cántabra, pasando desapercibida.

Los lavaderos poseen cierta vocación urbanística, relegando la misión de unificar y ser punto de referencia para el poblado, donde se relacionaban familiar y socialmente. Siempre exentos y rotundos, el espacio exterior sin delimitar ni edificar, con un volumen altamente expresivo.

Su planta es a base de figuras geométricas simples: continuo juego entre la rotundidad de la misma y su aspecto exterior irregular, sin simetrías y losas de hormigón en cubierta jugando con la ligereza, movimiento y los claroscuros.

La fachada es la propia estructura, cerrándose al norte y dejando una apertura a modo de acceso al sur, sin necesidad de puerta y con ventanales para ver el pueblo. Con aleros que protegen de la lluvia y el viento. Cierre de mampostería. Carpintería de hormigón y vidrio a hueso. El espacio interior, sin ornamentación, posee únicamente la pila de hormigón o el banco.

Pese a los desperfectos, que no son pocos, su esencia original no se ha desvirtuado prácticamente.

En la época en que se construyeron, la vida del poblado giraba en torno los lavaderos, pero con el desarrollo industrial y económico, la aparición de lavadoras, la creación de nuevas estructuras viarias o las necesidades de dotaciones comunes en los pueblos para basuras, etc estos bellos edificios han quedado lamentablemente en desuso, o incluso han desaparecido.

El espacio exterior, que originariamente quedaba sin delimitar, hoy día lo está. Se ha edificado en las cercanías de alguno de los casos, perdiéndose el carácter rotundo de volumen exento.

En alguno como el de Udías su uso ha quedado relegado a garaje, o lavadero de alfombras en el caso de Barros.

A lo largo de las carreteras de acceso a zonas de montaña con nuevos centros turísticos surgen a finales de los 50 pequeños refugios para dar cobijo al transeúnte. Ubicados a pie de carretera. Un volumen rotundo, formado por dos rotundos muros de mampostería en V en cuyo vértice se aloja la lumbre con o sin chimenea. Con dos asientos laterales y sin ornamentación alguna. Una ligera losa con alero sirve de cubrición.

Por desgracia, con los nuevos trazados viarios han desaparecido la mayor parte de ellos. Los que aún se mantienen en pie son fruto del olvido.

20/03/2018

43.385234,-4.265972

Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Tres lavaderos y un refugio». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 128

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es

Lavadero en Villaescusa

OTROS

Barrio Sta. Lucía, 13, Villaescusa

Ángel Hernández Morales

Ayuntamiento de Valderredible/entre los 60 y los 72

Cristina Fuertes Gandarillas

 

Hernández Morales en su etapa como arquitecto de la Diputación nos da una lección de paisajismo: como funcionario introduce la nueva arquitectura con la adaptación a diferentes contextos y tipologías de la geografía cántabra, pasando desapercibida.

Los lavaderos poseen cierta vocación urbanística, relegando la misión de unificar y ser punto de referencia para el poblado, donde se relacionaban familiar y socialmente. Siempre exentos y rotundos, el espacio exterior sin delimitar ni edificar, con un volumen altamente expresivo.

Su planta es a base de figuras geométricas simples: continuo juego entre la rotundidad de la misma y su aspecto exterior irregular, sin simetrías y losas de hormigón en cubierta jugando con la ligereza, movimiento y los claroscuros.

La fachada es la propia estructura, cerrándose al norte y dejando una apertura a modo de acceso al sur, sin necesidad de puerta y con ventanales para ver el pueblo. Con aleros que protegen de la lluvia y el viento. Cierre de mampostería. Carpintería de hormigón y vidrio a hueso. El espacio interior, sin ornamentación, posee únicamente la pila de hormigón o el banco.

Pese a los desperfectos, que no son pocos, su esencia original no se ha desvirtuado prácticamente.

En la época en que se construyeron, la vida del poblado giraba en torno los lavaderos, pero con el desarrollo industrial y económico, la aparición de lavadoras, la creación de nuevas estructuras viarias o las necesidades de dotaciones comunes en los pueblos para basuras, etc estos bellos edificios han quedado lamentablemente en desuso, o incluso han desaparecido.

El espacio exterior, que originariamente quedaba sin delimitar, hoy día lo está. Se ha edificado en las cercanías de alguno de los casos, perdiéndose el carácter rotundo de volumen exento.

En alguno como el de Udías su uso ha quedado relegado a garaje, o lavadero de alfombras en el caso de Barros.

A lo largo de las carreteras de acceso a zonas de montaña con nuevos centros turísticos surgen a finales de los 50 pequeños refugios para dar cobijo al transeúnte. Ubicados a pie de carretera. Un volumen rotundo, formado por dos rotundos muros de mampostería en V en cuyo vértice se aloja la lumbre con o sin chimenea. Con dos asientos laterales y sin ornamentación alguna. Una ligera losa con alero sirve de cubrición.

Por desgracia, con los nuevos trazados viarios han desaparecido la mayor parte de ellos. Los que aún se mantienen en pie son fruto del olvido.

20/03/2018

42.962303,-4.166843

Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Tres lavaderos y un refugio». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 128

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es

Cuadernos de Campoo Nº22, diciembre 2000. Arquitectura moderna en Campoo. Editado por la Casa de la Cultura Sánchez-Díaz y el Ayto de Reinosa.

Lavadero en Santiurde de Reinosa

OTROS

Barrio SANTIURDE 64 (D) 1

Ángel Hernández Morales

Ayuntamiento de Santiurde de Reinosa/entre los 60 y los 71

Cristina Fuertes Gandarillas

 

Hernández Morales en su etapa como arquitecto de la Diputación nos da una lección de paisajismo: como funcionario introduce la nueva arquitectura con la adaptación a diferentes contextos y tipologías de la geografía cántabra, pasando desapercibida.

Los lavaderos poseen cierta vocación urbanística, relegando la misión de unificar y ser punto de referencia para el poblado, donde se relacionaban familiar y socialmente. Siempre exentos y rotundos, el espacio exterior sin delimitar ni edificar, con un volumen altamente expresivo.

Su planta es a base de figuras geométricas simples: continuo juego entre la rotundidad de la misma y su aspecto exterior irregular, sin simetrías y losas de hormigón en cubierta jugando con la ligereza, movimiento y los claroscuros.

La fachada es la propia estructura, cerrándose al norte y dejando una apertura a modo de acceso al sur, sin necesidad de puerta y con ventanales para ver el pueblo. Con aleros que protegen de la lluvia y el viento. Cierre de mampostería. Carpintería de hormigón y vidrio a hueso. El espacio interior, sin ornamentación, posee únicamente la pila de hormigón o el banco.

Pese a los desperfectos, que no son pocos, su esencia original no se ha desvirtuado prácticamente.

En la época en que se construyeron, la vida del poblado giraba en torno los lavaderos, pero con el desarrollo industrial y económico, la aparición de lavadoras, la creación de nuevas estructuras viarias o las necesidades de dotaciones comunes en los pueblos para basuras, etc estos bellos edificios han quedado lamentablemente en desuso, o incluso han desaparecido.

El espacio exterior, que originariamente quedaba sin delimitar, hoy día lo está. Se ha edificado en las cercanías de alguno de los casos, perdiéndose el carácter rotundo de volumen exento.

En alguno como el de Udías su uso ha quedado relegado a garaje, o lavadero de alfombras en el caso de Barros.

A lo largo de las carreteras de acceso a zonas de montaña con nuevos centros turísticos surgen a finales de los 50 pequeños refugios para dar cobijo al transeúnte. Ubicados a pie de carretera. Un volumen rotundo, formado por dos rotundos muros de mampostería en V en cuyo vértice se aloja la lumbre con o sin chimenea. Con dos asientos laterales y sin ornamentación alguna. Una ligera losa con alero sirve de cubrición.

Por desgracia, con los nuevos trazados viarios han desaparecido la mayor parte de ellos. Los que aún se mantienen en pie son fruto del olvido.

20/03/2018

43.061734,-4.084318

Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Tres lavaderos y un refugio». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 128

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es

Lavadero en Barros

OTROS

Barrio BARROS-SANTIAN 7159 Polígono 7 Parcela 159

Ángel Hernández Morales

Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna/entre los 60 y los 70

Cristina Fuertes Gandarillas

 

Hernández Morales en su etapa como arquitecto de la Diputación nos da una lección de paisajismo: como funcionario introduce la nueva arquitectura con la adaptación a diferentes contextos y tipologías de la geografía cántabra, pasando desapercibida.

Los lavaderos poseen cierta vocación urbanística, relegando la misión de unificar y ser punto de referencia para el poblado, donde se relacionaban familiar y socialmente. Siempre exentos y rotundos, el espacio exterior sin delimitar ni edificar, con un volumen altamente expresivo.

Su planta es a base de figuras geométricas simples: continuo juego entre la rotundidad de la misma y su aspecto exterior irregular, sin simetrías y losas de hormigón en cubierta jugando con la ligereza, movimiento y los claroscuros.

La fachada es la propia estructura, cerrándose al norte y dejando una apertura a modo de acceso al sur, sin necesidad de puerta y con ventanales para ver el pueblo. Con aleros que protegen de la lluvia y el viento. Cierre de mampostería. Carpintería de hormigón y vidrio a hueso. El espacio interior, sin ornamentación, posee únicamente la pila de hormigón o el banco.

Pese a los desperfectos, que no son pocos, su esencia original no se ha desvirtuado prácticamente.

En la época en que se construyeron, la vida del poblado giraba en torno los lavaderos, pero con el desarrollo industrial y económico, la aparición de lavadoras, la creación de nuevas estructuras viarias o las necesidades de dotaciones comunes en los pueblos para basuras, etc estos bellos edificios han quedado lamentablemente en desuso, o incluso han desaparecido.

El espacio exterior, que originariamente quedaba sin delimitar, hoy día lo está. Se ha edificado en las cercanías de alguno de los casos, perdiéndose el carácter rotundo de volumen exento.

En alguno como el de Udías su uso ha quedado relegado a garaje, o lavadero de alfombras en el caso de Barros.

A lo largo de las carreteras de acceso a zonas de montaña con nuevos centros turísticos surgen a finales de los 50 pequeños refugios para dar cobijo al transeúnte. Ubicados a pie de carretera. Un volumen rotundo, formado por dos rotundos muros de mampostería en V en cuyo vértice se aloja la lumbre con o sin chimenea. Con dos asientos laterales y sin ornamentación alguna. Una ligera losa con alero sirve de cubrición.

Por desgracia, con los nuevos trazados viarios han desaparecido la mayor parte de ellos. Los que aún se mantienen en pie son fruto del olvido.

20/03/2018

43.283250,-4.082960

Fuertes Gandarillas, Cristina (2010): «Tres lavaderos y un refugio». «Equipamientos I. Lugares públicos y nuevos programas. Registro DOCOMOMO Ibérico, 1925-1965″, Barcelona, Fundación Caja de Arquitectos, pg. 128

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es

Ampliación Casa de Cultura Reinosa

EDIFICACIÓN CULTURAL

c) Ramón Sánchez Díaz 3

Ángel Hernández Morales

Ayuntamiento de Reinosa/1958

Cristina Fuertes Gandarillas

 

Nace por la necesidad de ampliar la de estilo regionalista existente justo enfrente. Es de las primeras obras del arquitecto en Cantabria, y muy polémica en su momento.

Una de las principales características de su arquitectura es su capacidad para pasar desapercibida, acomodándose de modo natural al entorno en el que se inserta.

Escasa ornamentación general, ubicada únicamente en fachadas principales a base de formas geométricas elementales. Edificio adosado ubicado en el fondo de una calle estrecha que termina en la trasera de un riachuelo del molino con malezas (motivo por el que la fachada recayente a esta parte es puramente funcional). En la actualidad ese riachuelo con malezas es un agradable paseo peatonal y la fachada que vierte al mismo ha sido recientemente decorada con un mural de OKUDA, el grafitero cántabro consagrado a nivel internacional.

Sin embargo, la fachada lateral opuesta al río está muy elaborada, ya que dicha esquina visualmente es lo único que se aprecia desde el comienzo de la calle. Actualmente se han colocado unas verjas cubriendo los huecos, un farol cableado y bajantes de PVC.

La fachada principal dialoga con la anterior biblioteca, pero sin querer competir: cada una de su época, según su autor. Actualmente se ha añadido una rampa de acceso para minusválidos donde anteriormente existían unos sencillos peldaños.

En el edificio se emplean nuevos materiales de construcción como el hormigón armado o el hierro para carpinterías. Cubierta ligera a dos aguas que permite mayores atrevimientos estructurales. Interiormente vigas de canto recorren transversalmente el edificio en planta baja con pilares de hormigón armado. En planta superior, un salón de actos sin pilares intermedios y con una sutil iluminación perimetral indirecta que aún se conserva.

Racional distribución de espacios: en planta baja, acceso por el eje longitudinal del edificio, recorriéndolo con zonas de distribución que conducen a la escalera y aseos según se accede a mano izquierda; taquillas, salas de lectura y prensa a mano derecha, y tras una puerta de transición, el mostrador de préstamo al frente, comunicando la diáfana sala de lectura a la izquierda con el almacén a la derecha.

El hueco de escalera es de toda la altura del edificio, comunicando con la sala de proyección y el salón de actos en planta superior.

Pavimentos interiores originales, salvo corcho en la sala de lectura. Mobiliario y pintura modificados notablemente (intervino la escuela taller en el edificio hace años al convertirla en biblioteca infantil). Al comienzo, todo estaba pintado de blanco y en madera, con influencia suiza en los acabados.

20/03/2018

43.000523,-4.137246

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

Remolina, J.M. 2011. Pautas para la interpretación de la arquitectura de Ángel Hernández Morales (1911-2008), CEM

fundación do.co,mo.mo_ibérico (2013). Disponible en: http://docomomoiberico.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=824:tres-lavaderos-y-un-refugio&lang=es

Cafetería El Chivo Brañavieja

EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA

Brañavieja-Diseminado 1. Carretera CA-916 de subida al mirador del Chivo

Ángel Hernández Morales

CANTUR/1977

Cristina Fuertes Gandarillas

 

Desde su cargo en la Diputación, Morales participa en la construcción de numerosas dotaciones en pequeños núcleos de la región, consultorios rurales, casas de cultura, etc. Interviene directamente en el desarrollo turístico de las comarcas de Liébana y Alto Campoo, teleférico de Fuente Dé y sus equipamientos complementarios, como la ordenación de la estación de esquí de Brañavieja y la construcción de sus servicios.

A medio camino entre la década de los sesenta y los setenta edifica uno de sus edificios más espectaculares en Brañavieja. En la cafetería «El Chivo», junto a la carretera de acceso al Mirador de La Fuente del Chivo y al pie de las principales pistas de esquí de la estación invernal, aplica las preferencias materiales que dominan su obra: pizarra, madera en basto y hormigón. Pero en un giro organicista la cubierta pierde la regularidad que había tenido hasta ahora y se quiebra en angulosidades contradictorias y voladizos sorpresivos acompañando la pronunciada topografía en la que se asienta. La terraza y su gran cristalera con la que se relaciona con el paisaje nos recuerda la horizontalidad aún no perdida en la fachada sur, pero rompe con la simetría en las dos fachadas laterales.

A pesar del intenso uso que el edificio posee en temporadas invernales, su carácter y característica volumetría aparece intacto. Si bien, se han realizado labores de pintura exterior más o menos acertadas a lo largo de los años, e interiormente se ha decorado con el estilo característico de los establecimientos de CANTUR, ente al que siempre ha pertenecido.

Morales en cada proyecto, además de resolver correctamente los complejos programas planteados y la relación del nuevo edificio con su entorno, natural o construido, adquiere una manera de hacer arquitectura perfectamente reconocible, que pretende ser moderna sin renunciar a la tradición de la historia y del lugar, buscando ejemplos, mirando al norte, con cierto paralelismo con la arquitectura racional orgánica.

Sus recursos compositivos son la composición entre partes opacas y transparentes, pesadas y ligeras.

Escasa ornamentación con acusado contraste de nuevos y viejos materiales: la piedra y la madera, el hierro y el cristal, las cubiertas de madera y las finas membranas de hormigón. Con rigor y sinceridad constructiva, lo cual no impide la búsqueda de texturas mediante la manipulación de los materiales, haciendo guiños a arquitecturas de montaña mediante mamposterías, ladrillos pintados, entablillados, cubiertas de pizarras o tejas planas…materiales e incluso formas, que tienen a veces su origen en arquitecturas de montaña.

Su obra, al margen de su valor intrínseco, es hoy un punto de referencia obligada para os que pretendemos intervenir en el territorio de nuestra región.

23/03/2018

43.040928,-4.390380

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

Restaurante en Fontibre

EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA

Poblado Fontibre s/n

Ángel Hernández Morales

CANTUR/1965

Cristina Fuertes Gandarillas

 

Este edificio forma parte del desarrollo turístico de las comarcas de Liébana, Alto Campoo y Fuente Dé con sus equipamientos complementarios.

El parador está enclavado en una pequeña colina sobre la que se domina visualmente el nacimiento del río Ebro. Es un edificio exento de marcada horizontalidad, con lo que se contrarresta la importancia de su ubicación en altura. Su forma de adaptarse al terreno con la ubicación de un garaje semienterrado en la parte baja, y un conjunto de escaleras acompañando a la topografía, ascendiendo hasta el acceso, y su capacidad para pasar desapercibida son dignas de elogio.

Grandes ventanales corridos comunican interior y el paisaje exterior, así como la amplia terraza que le da tanto carácter. Carpinterías de hierro características de esta época. Estructura a base de muros de carga de mampostería regularizada y delgados pilares metálicos. Cubierta a dos aguas de pizarra para poder soportar las fuertes nevadas de la zona. Aleros con una ligera losa de hormigón armado, permitiendo mayores atrevimientos estructurales.

Escasa o ausente ornamentación general, cualidad del modernismo. En origen todo estaba pintado de blanco y en madera, con influencia suiza en los acabados.

Si inicialmente el edificio tenía dos puertas de acceso: una principal, marcada por dos potentes muros de mampostería, y una segunda de salida hacia la terraza, actualmente el segundo acceso ha sido transformado en ventanal similar al resto, enfatizando el acceso principal.

El acceso se produce en el punto medio del edificio, de manera que los espacios quedan racionalmente distribuidos: a la derecha amplia zona de cafetería, de frente la barra del bar y aseos, y a la izquierda zona de restaurante. La cocina queda relegada a la parte central trasera, ocupando buena parte de la planta, y comunicando comedor, barra, cafetería y almacén.

En un bajo cubierta sin distribuir vivía el regente del restaurante, obligado durante años a pernoctar en el edificio por seguridad. Actualmente se conserva dicha estancia, habiéndose añadido unas pequeñas oficinas.

En el exterior se ha habilitado un acceso para minusválidos, abriendo paso en la barandilla a cota superior desde vial. Volumétricamente se mantiene intacto, de no ser por un pequeño volumen adosado en la parte trasera para la caldera. Se ha delimitado una zona de seguridad junto a dicho volumen, destinada a un depósito enterrado de combustible.

Las carpinterías de hierro han sido sustituidas por PVC, aunque conservando los huecos (a excepción del volumen que anteriormente era almacén, en el que se han abierto huecos para ventilación de los nuevos aseos).

La estructura se ha mantenido intacta, pero los delgados pilares han sido recubiertos y engrosados con la estética de CANTUR en sus edificios. Los muros de carga de mampostería y las barandillas de acceso se mantienen tal y como eran en su inicio.

20/03/2018

43.017216,-4.190933

Fernández-Abascal Teira, Eduardo y Santamaría Muñoz, Pío Jesús (1994):»Ángel Hernández Morales. Razón biográfica, personal y profesional», Revista BAU, 11, Valladolid, COAL/ COACyLE

VV.AA. (2008). I Edición premios de arquitectura ARQAno «Ángel Hernández Morales, arquitecto». Valladolid, COAL, COAG, COAA, COACAN y COACYCLE, pp. 91-97.

Allende Valcuende, Jesús Ángel (2000): «Arquitectura moderna en Campoo», Cuadernos de Campoo, 22, Casa de la Cultura Sánchez-Díaz/Ayuntamiento de Reinosa.

Sotoliva

RESIDENCIAL UNIFAMILIAR

Carlos Haya 23

Ángel Hernández Morales

Industrias Sotileza, S.A./ 1962

Eva de la Fuente Rentería

 

En una parcela en la que ya existían algunas edificaciones anteriores como el depósito de grasas (actual sala Naos), proyectado junto con los accesos al recinto y las antiguas oficinas por Juan José Resines del Castillo en 1955, en 1962 Hernández Morales proyecta una serie de nuevas edificaciones: nuevas oficinas sobre la ocupación de las anteriores, una nueva refinería sobre la construcción existente antes de la intervención de Resines entre las oficinas y la refinería primitiva, y por último una nave de embotellado al este de la refinería primitiva.

El edificio a tratar, antiguas oficinas y nueva refinería, fue rehabilitado entre 1991 y 1992 por Junquera-Pérez Pita Asociados para alojar las oficinas de la Autoridad Portuaria de Santander.

Este complejo industrial fue construido por fases, y aunque su imagen exterior es integradora, existen diferencias volumétricas (un edificio es más alto que otro), estructurales (el edificio de oficinas tiene estructura de hormigón y el de la refinería de acero), y también funcionales (uso y distribución), que quedan claramente reflejados en los proyectos del año 62. Rigor y sinceridad constructiva es lo que subyace de los planos de proyecto.

En el pequeño skyline de los edificios portuarios en la zona de la Dársena de Maliaño, siempre destacó la silueta de la torre de la nueva refinería, que construida en acero y vidrio, dejaba ver al exterior la maquinaria industrial. Este edificio modulado, ligero, controlado en escala y de fuerte carácter tecnológico, según Fernández- Abascal y Santamaría «deja entrever en sistema constructivo retomando el ejemplo de la Fangus de Walter Gropius». Su imagen de arquitectura de vidrio en torre con remate superior podría compartir reflexiones con edificios anteriores, coetáneos o posteriores como la torre de la Johnson Wax de Wright, el Seagram de Mies o el BBVA de Oiza.

En la actualidad y tras la rehabilitación de los años 90, el edificio conserva su imagen tecnológica e industrial, y la transparencia original de sus fachadas, pero no su uso, lo que imposibilita una característica anterior, que era la de poder ver a su través. La adecuación al nuevo uso, le confirió de un mejor aislamiento y adecuación material con el empleo de la madera para hacerlo más habitable y confortable. La perfilería de nuevas carpinterías de aluminio y no de acero como las anteriores, tiene mayor dimensión, pero se han eliminado el 50 % de los montantes, por lo que la ligereza y transparencia quedan de algún modo compensadas. Es destacable el elaborado diseño de los interiores con sus carpinterías, mobiliario e integración de las instalaciones

23/03/2018

43.453234, -3.816139

FUENTES MANUSCRITAS

Hernández Morales, A. (1962). Proyecto de oficinas para Sotoliva. Fondo Archivo General Ayuntamiento de Santander

Hernández Morales, A. (1962). Proyecto de Nueva Refinería para Sotoliva. Fondo Archivo General Ayuntamiento de Santander

Junquera-Pérez Pita y Asociados (1991-1992). Rehabilitación del Edificio de las antiguas concesiones Sotoliva. Fondo Archivo General de la Autoridad Portuaria de Santander

Zatarain Martín, Roberto y otros (2013): «Registro de Arquitectura Marítima en Cantabria», Santander, Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria.

Patrimonio Arquitectónico/Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria (2015). Disponible en:

http://patrimonio.coacan.es/edificio-sotoliva-santander/

ARCHIVOS FOTOGRÁFICOS

Fondo fotográfico del Archivo General de la Autoridad Portuaria de Santander