Palacio de Ocharán

RESIDENCIAL UNIFAMILIAR

C/ Leonardo Rucabado. Castro Urdiales

Eladio Laredo Carranza

Luis de Ocharán/1901

Alejandra Herrero Olavarri

El Palacio de Ocharan forma parte del conjunto arquitectónico conocido como Palacete, castillo-observatorio y jardines de Ocharan, ubicado en la finca denominada originalmente como «Toki Eder» (bello paraje), en el casco urbano de Castro Urdiales.Fue el primer elemento del conjunto en construirse, en 1901, por el arquitecto Eladio Laredo a petición de Luis de Ocharan. Para su emplazamiento, este eligió un lugar estratégico que le permitiera contemplar la carga y descarga de sus barcos en el muelle de la ciudad.

El Palacio, ubicado en un entorno con grandes zonas verdes, fue proyectado a modo de villa clásica. Se trata de un edificio de planta cuadrada, asentado sobre una base sobria de mampostería, en la que destacan unos vanos semicirculares con cerrajería metálica en forma de telaraña.

Sobre este basamento se eleva el volumen principal, revestido de mármol rosado y blanco, de claras referencias clasicistas. Una amplia terraza y un gran pórtico formado por columnas clásicas de orden jónico en doble hilera conforman el acceso en planta baja de la fachada principal. Sobre el pórtico, se sustenta la balconada de la planta primera, que recoge los tres vanos rematados con pilastras. Destacan los antepechos de la terraza y la balconada, de piedra marmórea, en los que se aprecia la figura de la flor de lis.

Continuando hacia la planta superior, destaca el colorido del friso cerámico que separa ambos pisos, marcando la línea de forjado. Compuesto por azulejos o mayólicas de cerámica vidriada polícroma de inspiración clásica diseñados por Daniel Zuloaga, el friso incluye figuras alegóricas y motivos vegetales cuyo desarrollo remarca la horizontalidad del conjunto.

En combinación con el friso, rompiendo la horizontalidad, se alzan cuatro paños verticales también cerámicos, que separan los tres vanos de medio punto del último piso. Destaca especialmente la presencia de una columnata alterna con los vanos y paños que, despegándose de la línea de fachada, aporta dinamismo al conjunto. Sobre esta columnata, descansa el amplio alero rematado con cabezas de león.

Esta configuración de fachada se repite en las cuatro caras del volumen, lo que aporta al palacio un carácter de lujo y ostentación.

Finalmente, como remate del conjunto, se alza un pequeño volumen porticado de mármol blanco, que recuerda a los templos clásicos. Destaca su frontón rematado por grandes acróteras. Este elemento, que destaca sobre el conjunto neorrenacentista, se creó de cara a ofrecer un lugar lo suficientemente elevado que pudiera hacer las veces de observatorio astronómico, dada la gran afición de Luis Ocharán por la astronomía.

En cuanto al interior del Palacio, muestra igualmente el afán de ostentación de Ocharán. Los diseños interiores, de mobiliario y decoración, donde se puede apreciar una gran calidad de ejecución, fueron obra de Laredo. Destacan especialmente las estancias del comedor y el salón recibidor.

08/03/2022

43.3757, -3.2165

Mercado de La Esperanza

EDIFICACIÓN COMERCIAL

Plaza de la Esperanza. Santander

Eduardo Reynals y Juan Moya

Corporación de Santander/1904

Alejandra Herrero Olavarri

La construcción del Mercado de la Plaza de la Esperanza se enmarca dentro del Plan Extraordinario de Obras Municipales de Santander, dirigido por Valentín Ramón Lavín Casalís entre 1896 y 1898, por aquel entonces Arquitecto municipal de la ciudad. La intención de dicho plan, promovido después de la devastadora explosión del Machichado, era desplazar el núcleo administrativo y comercial de la ciudad al interior de la población, abandonando poco a poco la zona portuaria.

Este plan incluía la construcción de un nuevo Palacio Municipal, dos Mercados, una Pescadería y dos Escuelas Públicas Municipales. Para llevar a cabo dicha labor, Lavín Casalís requirió la colaboración de reconocidos arquitectos madrileños, compañeros de estudios en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Concretamente, el hoy conocido como Mercado de la Esperanza, fue obra de Eduardo Reynals y Toledo y Juan Moya Idígoras.

El Mercado se construyó sobre parte del solar dejado por la desaparición del convento de san Francisco, compartiendo espacio con el Palacio Municipal. Cuenta además con un espacio exterior utilizado también como mercado, la Plaza de la Esperanza. Se conforma por un gran cuerpo alargado de planta rectangular, dividido en dos plantas diferenciadas desde el exterior; un basamento a modo de zócalo de piedra, y un cuerpo de estructura ferrovítrea subdividido en tres crujías.

El cuerpo principal se alza sobre el zócalo de piedra con un alzado marcado por ritmos alternos de pequeñas columnas de fundición, que definen la sucesión de módulos y huecos. Su cubierta, fragmentada en dos volúmenes, cuenta con un gran lucernario que recorre perimetralmente el encuentro entre ambos.

Su estructura ferrovítrea basilical permite crear un espacio diáfano sin apoyos intermedios, donde destaca como elemento protagonista una iluminación uniforme, conseguida gracias al lucernario longitudinal superior y a los amplios vanos acristalados de las fachadas.

Sus carpinterías metálicas, toda una obra ingenieril, se ven suavizadas por la presencia de elementos arquitectónicos puramente decorativos, generando un diálogo entre forma y función. Este diálogo se traslada a casi todo el conjunto, encontrándose multitud de contrastes; entre los perfiles recortados de las portadas y las formas geométricas del cerramiento de vidrio y hierro; entre los chaflanes del basamento y las pilastras que rematan las esquinas; entre los elementos cerámicos y la piedra de la base y portadas. Las referencias decorativas arquitectónicas, de estilo modernista, se encuentran también presentes en otros elementos como las letras de motivos vegetales del cartel principal, o las flores que adornan vigas, capiteles y columnas.

No obstante, a pesar del tratamiento del hierro y el vidrio como elementos artísticos que lo caracterizan y diferencian del común de obras ingenieriles, generalmente más sobrias, se trata de una obra enmarcada en la llamada «arquitectura de los ingenieros», donde el diseño se relega a condiciones técnicas y materiales.

08/03/2022

43.4627, -3.8100

Palacete los Pinares

RESIDENCIAL UNIFAMILIAR

Plaza de Italia. Santander

Valentín Ramón Lavín Casalís

Francisco García/1917

José Carrión Bermúdez

Llamábase «La Alfonsina» a una espaciosa finca que con arranque en la proximidad de la Primera playa del Sardinero subía hasta la loma del Paseo de Pérez Galdós y acababa en el Promontorio, cedida a Isabel II con la intención de establecer en ella la residencia de la familia real durante los veranos y que por pleito pasó a propiedad municipal en 1912 tras los acontecimientos políticos de 1868 que destronaron a la soberana.

En esos años de la segunda década del siglo XX, cuando se acometieron las reformas de El Sardinero, se trazaron nuevas calles en la citada gran finca delimitando un solar entre las calles Duque de Santo Mauro, Luís Martínez y La Cañía (Joaquín Costa), donde su nuevo propietario, el naviero Francisco García, decidió encargar el proyecto de una lujosa residencia a Valentín Ramón Lavín Casalís.

Valentín Ramón Lavín Casalís nace en Santander en 1863 y obtiene el título de arquitecto en Madrid en 1890. Vuelve entonces a su ciudad natal para ocupar el puesto de arquitecto municipal. Desde 1892 realiza una intensa labor como urbanista y arquitecto hasta su jubilación en 1929. Es además profesor primero y director después de la Escuela de Artes y Oficios de Santander, académico de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y arquitecto de la Cámara de la Propiedad.

Como dice Ramón Rodríguez Llera, en su libro editado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria y la Universidad de Valladolid en 2003, «En 1915 los arquitectos locales activos, sin excepción, incluyen en sus repertorios soluciones montañesas», coinciden además «con la aparición de algunas grandes fortunas en la ciudad de Santander, prósperos negocios fraguados a raíz de la primera guerra europea. Ellos, fundamentalmente navieros, son la apoyatura principal para crear grandes palacetes regionalistas» y «en la residencia del rico naviero Francisco García se cumplen los presupuestos básicos de fidelidad a los modelos, a la casa-palacio de arquitectura tradicional culta de aire barroco cerca de la silueta del palacio de Soñanes en Villacarriedo (1718)».

La ubicación del edificio se presenta como una referencia en la ciudad. Consta de sótano, planta baja, principal y ático. Realizado todo ello en piedra de sillería. La fachada principal, orientada al norte, tiene una entrada centrada a la que se llega por una escalinata de doble vertiente. El edificio se estructura alternando cuerpos de dos pisos y torres. Abundante decoración mediante columnas en vanos con capiteles corintios, ventanas acabadas en arcos de medio punto, medallones con bustos, frontones, gárgolas con forma de proa de barco, antepechos de piedra, columnas exentas. La coronación de las torres es en terraza, con antepechos de piedra decoradas y pináculos estilizados en los cuatro extremos. El edificio está rodeado por un jardín donde se ubica una importante colección de esculturas.

24/02/2022

43.47101, -3.78190

Edificio Banco Vitalicio

RESIDENCIAL VIV. COLECTIVA

Calle Castelar 1. Santander

Gonzalo Bringas Vega

Adela Mazpule/1919

José Carrión Bermúdez

En 1919 Gonzalo Bringas Vega recibe el encargo para diseñar este edificio destinado a vivienda en alquiler. Gonzalo Bringas Vega nace en Laredo en 1980 y obtiene el título de arquitecto en 1906. Al año siguiente ganó el concurso de proyectos para la construcción del Palacio Real de La Magdalena, junto con su compañero de promoción Javier González de Riancho. El estilo del palacio, con reminiscencias inglesas, marcó sólo el brillante inicio de su prolífica trayectoria, que iría derivando hacia el eclecticismo y el regionalismo montañés.

La calle y alameda de Castelar construida en 1896 al norte de Puertochico hasta la fábrica de Gas, en Las Higueras, será la principal vía de comunicación entre Puertochico y la Avenida de la Reina Victoria y constituyó la culminación del proyecto de Alejandro Valle emprendido en 1885, iniciador del Ensanche hacia Oriente.

Como dice Ramón Rodríguez Llera, en su libro editado por el Ayuntamiento de Santander y la Librería Estudio en 1987, «Esta es una casa llena de histórico sentido burgués de la arquitectura, ese con que esta clase social tan distinguida acometía en algunas ocasiones la construcción de sus mejores casas de vecindad urbanas: resolución magnífica y agradable del programa, empleo de nada desdeñables materiales, pero sobre todo, y una vez resueltos los criterios tipológicos, interés vuelto principalmente a la fachada, en la cual se proclama un particular sentido del decoro, ya que este se entiende y se aplica en confusión con el término y concepto de prestigio.

Los bulevares parisinos habían dado la pauta. También los de Viena, Londres o San Sebastián. Aunque el ideal no se cumple en todas las ocasiones, existía una aquiescencia general que reglamentaba un estilo idóneo para cada destino funcional de los edificios, soluciones consideradas como las más óptimas. La Historia, en su sentido más amplio, ofrecía el respecto momentos de perfección álgida. En este organigrama de sabiduría reglamentada, el parámetro de estilístico de la casa de vecindad burguesa tiene precisamente en El Renacimiento su fundamentación más fuerte». «Esta casa se enmarca dentro, pues, de una ya entonces amplia experiencia, de la cual es clara continuadora. La ubicación es excelente, pero problemática. Con su rotundidad monumentalista, es la encargada de abrir la calle-paseo de Castelar, definiendo su primera visión, formando doble fachada principal, precisamente aquellas dos que crean el ángulo de partida señalado por la señal engrandecida del cuerpo-torre semicircular». «En su fachada principal sobre un paramento liso de fondo cuatro franjas ligeramente adelantadas llevan a cabo la ordenación de esta cara que mira al sur, a Puertochico. Entre estos cauces, se sitúan balcones semicirculares. El rito está clarificado en la misma iteración, sin tenerse tiempo para alcanzar el peligro de la monotonía. Entre otras causas, porque el edificio se ofrece finalmente como algo único».

24/02/2022

43.46344, -3.79627

Instituto Santa Clara

EDIFICACIÓN DOCENTE

Calle Santa Clara. Santander

Francisco de los Cobos y Lorenzo Gallego

Ministerio de Educación/1916

José Carrión Bermúdez

La calle Santa Clara debe su nombre al convento gótico de las monjas clarisas que data del siglo XIV y fue un camino para comunicar las dos pueblas con lo que entonces era conocido por Barrio de San Sebastián, formalizado por la Cuesta de la Atalaya que comenzaba justamente en la Puerta de Santa Clara. A raíz de la ocupación francesa de 1808 las monjas abandonaron el viejo monasterio y tras el final de la ocupación de la ciudad, en 1812, las monjas nunca volvieron pero el 15 de mayo de 1838 se acordó el establecimiento del Instituto Cántabro donde estudiaron muchos cántabros ilustres y finalmente se demuele para edificar el actual edificio que se inaugura en 1916. Es, junto a la Catedral y la Iglesia de la Compañía, uno de los pocos hitos del casco urbano que sobrevivió al incendio y a los derribos posteriores.

Como dice José Miguel Remolina Seivane en su publicación, en la revista del Centro de Estudios Montañeses (Tomo LXXXVIII, 2017), con motivo del centenario del edificio (1916-2016):

«El avanzado estado de deterioro, rayano en auténtica ruina, del antiguo conjunto conventual empujó a considerar la conveniencia de su sustitución. Así lo certifica en enero de 1908 el arquitecto Alfredo de la Escalera y Amblard tras cursar visita a la vieja edificación, abogando por la necesidad de derribarla y proceder a levantar un edificio de nueva planta. El 5 de febrero de 1909 el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes convocó un concurso de proyectos de cara a la construcción del Instituto».

«Al parecer, el determinar qué proyecto se erigiría en ganador llevó mucho tiempo, pues hasta el 8 de enero de 1910 la Gaceta de Madrid no publica la disposición del Ministerio, de fecha 7, por la que se aprueba (de conformidad con el dictamen de la Junta facultativa de Construcciones civiles el proyecto presentado a concurso por los arquitectos Francisco Pérez de los Cobos y Lorenzo Gallego, para la construcción de un edificio de nueva planta, destinado a Instituto General y Técnico, Escuela de Artes y Oficios y Escuela de Náutica de Santander, por su presupuesto de contrata ascendente a 949.145,06 pesetas)».

«Acerca de estos arquitectos, de origen valenciano, poco sabemos. Francisco Pérez de los Cobos, activo desde 1899, había trabajado ampliamente en Madrid, realizando varios proyectos de viviendas burguesas entre 1907 y 1909. Lorenzo Gallego Llausas, titulado en 1901, posee así mismo un buen número de edificaciones destacadas en la capital de España».

«Es un edificio ecléctico o eclecticista, típico de su periodo, con soluciones arquitectónicas de un alto nivel, propio de las grandes capitales españolas y europeas y en el exterior los detalles de influencia Sezessión o de estilo Liberty hacen del Santa Clara un espacio único».

24/02/2022

43.46346, -3.80784

Edificio Calle Sol 31+33

EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA

Calle Sol 31+33. Santander

Emilio de la Torriente Aguirre

Vicente Frápaga/1898

José Carrión Bermúdez

Por iniciativa de Arístides Toca en 1877 se ejecuta el Expediente relativo al ensanche de Santander por la parte llamada da Las Bigarrias con planos firmados por Antonio Chaves. Se trata de una ordenación de unos terrenos lindando con las calles de Libertad y Paseo de la Concepción. Acabada totalmente en 1897, en este ensanche, se abre una nueva calle denominada «del Sol» que parte desde San Simón hacia el Este y va alargándose siempre en la misma dirección, pero por periodos, hasta la calle San Emeterio.

Como dice Ramón Rodríguez Llera, en su libro editado por el Ayuntamiento de Santander y la Librería Estudio en 1987, «Los inquilinatos que se ofertan en la parte nueva y baja de la ciudad alcanzan altos precios y por ello se debe comenzar de nuevo la escalada de la colina para evitar la de los precios, porque allá arriba se pueden conseguir terrenos más baratos y rentables, claro es, para la construcción de viviendas de tipo medio, que son las que llenan finalmente las Bigarrias y alrededores. El Paseo recientemente abierto de la Concepción, sirve como atractivo añadido para llevar a vivir en sus aledaños a un cierto número de gentes escaladoras, camino ya del Sardinero, y gracias a la fuerte pendiente del lugar, disfrutando al menos de deliciosas vistas sobre la bahía».

Emilio de la Torriente y Aguirre (1859-1949) se titula en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1887. A su vuelta a Santander prácticamente toda su obra se limita a trabajos para el Obispado, las Órdenes religiosas (Salesianos, Salesas y Capuchinos), dos importantes inversores santanderinos (José Pontón y Vicente Frápaga) y el ayuntamiento de Laredo, del que sería arquitecto titular.

En 1898, para Vicente Frápaga, proyecta dos hoteles de familia adosados (Villa Carmina y Villa Rosa María), en la nueva calle del Sol del ensanche de Las Bigarrias, junto a la iglesia de los Carmelitas. El edificio está dividido en dos cuerpos simétricos, salvo las diferentes soluciones que adoptan las esquinas que dan a la calle del Sol ambas resueltas en rotonda, rematada una por una cúpula con cubierta de pizarra y la otra por un torreón con cubierta octogonal de teja árabe.

Recientemente se ha ejecutado un proyecto de Javier Fernández-Cotero Echevarría para la reestructuración y acondicionamiento de ambas villas en «Edificio Hotel Sol». Como dice la memoria, «Las obras de Reestructuración a realizar en los dos edificios están permitidas en las edificaciones protegidas nivel 2, estructural y están reguladas en el P.G.O.U de Santander» (Las obras de Acondicionamiento y Reestructuración a realizar en el edificio se ceñirán a su envolvente original, suprimirán todos aquellos añadidos que desvirtúen su configuración original, y lo adecuarán al aspecto que presentaba antes de que fuera objeto de modificaciones de menor interés).

25/02/2022

43.46535, -3.79980

Gran Casino del Sardinero

EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA

Plaza de Italia. Santander

Eloy Martínez del Valle

Sociedad del Sardinero/1913

José Carrión Bermúdez

En la segunda mitad del siglo XIX, antes de realizarse la reforma de la zona situada frente a la Primera playa del Sardinero existía una placita ante el primitivo Casino llamada del Pañuelo por su reducido tamaño.

En 1878 Charles Garnier diseña el Casino de Montecarlo y marca una fuerte pauta para estos establecimientos.

A medida que el veraneo aumentaba en El Sardinero, «La Cañía» fue recabando mayores atenciones del Municipio que llegó a incluirla entre las vías de un futuro cierto y a aumentar ese interés contribuyó el famoso tranvía a vapor de Pombo, que aparecía o desaparecía entre los matorrales al fondo de la barrancada donde fue perforado el túnel procedente del barrio de Tetuán.

En 1901 se funda la Sociedad «El Sardinero» cuyo objeto era explotar la concesión de la playa de El Sardinero y en 1910 se funda la Sociedad de «Amigos del Sardinero» para que El Sardinero y sitios circundantes de Miranda y La Magdalena lleguen a constituir por sus condiciones de habitabilidad una calle más de la ciudad.

Dice la Memoria del Proyecto redactado por Eloy Martínez del Valle en 1913:

«El Casino debe tener una pintoresca situación, debe estar próximo a la playa en una estación de baños de mar y su acceso debe ser fácil, no fatigoso; debe estar bien orientado; su situación y orientación tienen grandísima influencia en los resultados de la explotación. Su construcción debe ser suntuosa y ligera a la vez, con grandes ventanas y amplias terrazas y con altura suficiente para dominar el panorama de la estación veraniega donde radica su emplazamiento».

Como dice Ramón Rodríguez Llera, en su libro editado por el Ayuntamiento de Santander y la Librería Estudio en 1987, «En el Gran Casino nuevo de Santander, Martínez del Valle se las tiene que ver con un solar que le permite una planta y una distribución parcialmente beauxartiana, regularizada y simétrica en la parte delantera, acabándose como se puede en la trasera, que es patio de vecindad con no muy dignas compañías.

Olvidándose de lo que definitivamente no se ve, el edificio se vuelca adelante, creando terrazas e imperial escalinata elevándose al máximo con las torres octogonales que lo concluyen. Las primeras partes crean los espacios de relación y transición entre el exterior y el interior. Después viene el recubrimiento estipulado de cada paño y de cada parte con un abundante recurso a las formas aplacadas y de no excesivo relieve, pero iterativas, que recuerdan en detalle la riqueza semánticamente apelada (riqueza por riqueza), la del renacimiento internacionalizado según la peculiar y libre interpretación decimonónica».

Prohibido el juego por la dictadura, en 1953 el teatro se transformó en sala de cine y finalmente en 1978 Ricardo Lorenzo García proyectó y dirigió las obras para la reapertura.

01/03/2022

43.47176, -3.78276

Hospedería de San Juan de la Peña y centro de interpretación del Reino de Aragón

EDIFICACIÓN HOTELERA O TURÍSTICA/ARQCAM.017.0666

A-1603, s/n, 22711 Jaca, Huesca. Jaca (Huesca)

Camino Francés

Joaquín Magrazó Gorbs
Fernando Used Bescós

Parcialmente/Recomendable

2007

Fernando Avellanas Gracia

Ubicado en el Paisaje Protegido Monte Oroel, en pleno Pirineo Aragonés, esta actuación fue promovida por el Gobierno de Aragón en colaboración con la Sociedad de Promoción y Gestión del Turismo Aragonés S.L.U. El objetivo era la Rehabilitación del Conjunto Monumental Monasterio Viejo de San Juan de la Peña y reconversión del edificio en Hotel y Centro de Interpretación del Reino de Aragón y del Monasterio.Los criterios de la propuesta incluyen la conservación de algunas de las antiguas edificaciones del Monasterio y la construcción de nuevos elementos estructurales, para adaptar el espacio a los nuevos usos hoteleros y culturales, y que han hecho de él un equipamiento clave del turismo en el Norte de Aragón.La actuación plantea la convivencia de los elementos tradicionales del edificio histórico, en exposición permanente, con las modernas intervenciones en su estructura, acabados o materiales.Esta actuación recibió el Primer premio adjudicación concurso y el Premio accesibilidad 2007 del Gobierno de Aragón (texto: ingennus urban consulting)

Estado de conservacion: Bueno

19/05/2021

42.50839565877113, -0.6661515460565857

Laboratorio subterráneo de Canfranc

EDIFICACIÓN ADMINISTRATIVA/ARQCAM.017.0665

Paseo de los Ayerbe s/n. Canfranc (Huesca)

Camino Francés

Basilio Tobías Pintre
Daniel Fuertes (colaborador)
Susan Valdivia (colaboradora)
Francisco Corbalán (colaborador)

Sí/Muy Interesante

2010

Fernando Avellanas

Edificio destinado a laboratorios, nave-taller, 28 despachos, salas de reuniones, seminario y sala de exposiciones. Destaca su trabajada sección salvando dos niveles. Primer premio concurso de ideas./ Proyecto Seleccionado. XI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo 2010 / Proyecto Finalista Premio de Arquitectura García Mercadal 2011

Estado de conservacion: Bueno

19/05/2021

42.74921050496131, -0.516397919192739

Plan de actuación para la restauración del núcleo urbano de Ruesta

URBANISMO, ESPACIOS PÚBLICOS Y PAISAJISMO/ARQCAM.018.0664

Calle del centro. Ruesta (Zaragoza)

Camino Francés

Sergio Sebastián
Alejandro Alda (colaborador)
Giorgio Bernardi (colaborador)

Sí/Muy Interesante

2019

Fernando Avellanas

El plan de actuación para la rehabilitación de Ruesta es una intervención por fases, de gran delicadeza, del arquitecto bilbilitano Sergio Sebastián. Ha sido galardonada con el Premio Hispania Nostra en la categoría de «Intervención en el territorio o en el paisaje»

Estado de conservacion: Bueno

19/05/2021

42.588725027986335, -1.0764597126780433