DOCOMOMO

Pequeño monasterio urbano que aprovechando el desnivel de la parcela conforma un basamento sobre el que se levantan dos volúmenes conformados a partir de dos sectores circulares desplazados entre sí y con fondos de distinta profundidad. Un bloque lineal en forma de L completa el perímetro `por dos de los lados de una parcela aproximadamente cuadrada. Entre las tres piezas y mediante un patio inglés se conforma un claustro incompleto. El volumen mayor, la iglesia, con forma de abanico y extremos curvos, dispone el acceso en el tramo de mayor longitud, reservando para el presbiterio el frente opuesto hacia el que convergen los muros laterales. El dramatismo se acentúa por medio de la cubierta y su traslación al interior , mediante un cielorraso de tarima de madera con doble pendiente con una franja de luz en el punto de quiebro, y un lucernario en el extremo superior que ilumina cenitalmente la zona del presbiterio y más concretamente la imagen del cristo que bajo aquel se sitúa. Adosada a la iglesia y comunicada por medio de un amplio hueco se encuentra la capilla de diario, con acceso independiente desde la calle y desde el propio monasterio, con un quinto de la capacidad del templo principal y a diferencia de la iglesia el tramo de mayor longitud es poligonal y no curvo, para lograr el acuerdo con la pieza de espacios vivideros del monasterio y el jardín del patio. En su fachada exterior dispone de vidrieras coloreadas de hormigón. En el vértice se ubica la sacristía que comparte con la iglesia. Espacial y materialmente guarda estrecha relación con otras obras anteriores del mismo autor desarrolladas en centros escolares de la laguna, o de Torrelavega. Gran austeridad y pobreza material que se enriquece por el aparejo empleado alternando los bloques de hormigón en hiladas de dos hojas paralelas y otras piezas a sardinel conformando un aparejo rústico fuertemente texturizado tanto exterior como interiormente. La pieza prismática en L de poco fondo acoge las diferentes dependencias de alojamientos despachos, salas, comedor etc, a lo largo de un distribuidor lineal que en el tramo corto discurre por la fachada exterior mientras que pasa hacia el interior en el tramo de mayor longitud, orientado al pequeño jardín.

El basamento bajo la iglesia y capilla, originalmente ideado como garaje se transformó recientemente y se han reconvertido en salones para la actividad parroquial,

Arturo González

Estado de conservacion: Bueno

12/01/2020

Edificio incorporado al registro DOCOMOMO Ibérico.

Estado de conservacion: Bueno

11/01/2020

Estado de conservacion: Bueno

11/01/2020

Estado de conservacion: Bueno

11/01/2020

En la propuesta se parte de una doble lectura del edificio desde su presencia en el paisaje y su funcionamiento interior. Entre una y otra se propone una relación de una cierta indefinición de límites: en la banda entre el recinto interior y la envolvente exterior existe un espacio que se dilata en el acceso principal y que permite la expansión de la cafetería y en una prolongación de la zona de exposiciones.

La imagen del edificio parte de la referencia a los volúmenes presentes en el paisaje del entorno, de gran presencia: elementos naturales ordenados por la intervención humana, como los amontonamientos de paja, o los macizos de árboles. Detrás de esta lectura de la envolvente que filtra y matiza tanto la percepción del edificio interior como la imagen del exterior desde el interior de las piezas, el soleamiento directo, el viento, aparece la escala y la lógica del funcionamiento de un edificio de intercambio de flujos de visitantes y cultural. Las fachadas interiores se plantean como un volumen recortado en planta para permitir dilataciones en el espacio intersticial, y en sección para introducir luz natural y expresar al exterior el funcionamiento de las piezas.

El Centro busca además una proximidad metafórica con el yacimiento que contribuye eficazmente a la producción del nuevo organismo arquitectónico, mediante la recreación de una parte del edificio que pertenece a la tierra (estereotómico) y otra que se desliga de ella (tectónico), una máscara de protección lo más ligera posible envolviendo todo el conjunto. En este sentido el edificio se proyecta con esa gran caja de hormigón, de naturaleza pétrea, horadada por grandes lucernarios y una malla perforada exterior que es la envolvente y cubierta ligera que funciona como una piel exterior.

Estado de conservacion: Bueno

11/01/2020

Estado de conservacion: Bueno

11/01/2020

El edificio se concibe como un volumen monolítico y aparentemente homogéneo, con una piel continua de vidrio serigrafiado, que le aporta la doble condición de hermetismo y ligereza.

El acceso principal se realiza a través de la portada gótica de 1479, obra de Simón de Colonia y uno de los pocos restos conservados del Hospital de San Juan. El tratamiento que se da a la envolvente permite la visión de la portada a través de los efectos compositivos del cerramiento.

El programa se organiza en torno a dos patios abiertos y un lucernario tras la portada, que inunda de luz el vestíbulo y facilita la orientación inmediata en el edificio. Ligados formalmente a los patios, se sitúan los dos núcleos de comunicación.

Cabe destacar la propuesta de fachada que, en la búsqueda de un funcionamiento energético eficiente, utiliza una piel exterior de vidrio serigrafiado respondiendo a la orientación, una cámara ventilada con toma de aire inferior y regulación superior y un tratamiento del vidrio interior.

Jael Ortega

Estado de conservacion: Bueno

12/01/2020

Estado de conservacion: Bueno

11/01/2020

Obra premiada en los Premios de Arquitectura COABurgos

La parcela ocupa tres solares: la Casa del Cubo (nº28), la Casa de los Lerma (nº30) y el nº32, adquiridos por el Ayuntamiento. La parcela se encuentra en pleno casco histórico, en el camino de Santiago. La otra parcela resultante se destina a uso residencial, donde se edifican 15 viviendas en alquiler para jóvenes, como una estrategia más en la regeneración social del ámbito.

La ordenación volumétrica propuesta busca la concatenación de espacios libres a diferentes niveles abriendo nuevos frentes de fachada. Entre los dos conjuntos edificados se plantea un espacio público como eje de circulación entre las dos calles de distinta cota, pero también eje visual entre ambas.

La parte de edificio que se conserva de la Casa del Cubo se convierte en la fachada principal del nuevo conjunto del albergue con los accesos principales al albergue y al espacio libre interior. Constructivamente se opta por mantener los niveles y forjados existentes.

La actuación se completa con un nuevo cuerpo colocado en la parte posterior de la parcela destinado a la estancia de los peregrinos, salvo el dormitorio de invierno, que se coloca en el edificio existente. Se retranquea respecto de la calle Saldaña para conseguir unos espacios de ventilación e iluminación de las zonas de servicio. En los niveles inferiores se sitúan salones y comedor, y en los superiores zonas de reposo y aseo.

Ambos edificios están unidos mediante el núcleo de comunicaciones.

La formalización de las fachadas opta por mantener los materiales en las edificaciones existentes. La edificación nueva se reviste con paños prefabricados de hormigón prefabricado con textura, primando lo macizo, que se abre en el nivel 4 coincidiendo con el nivel de la calle Saldaña, mediante un encuadre materializado en acero cortén que ilumina uno de los espacios libres exteriores de reunión.

Los arquitectos

Estado de conservacion: Bueno

12/01/2020

Edificio incorporado al registro DOCOMOMO Ibérico.

El complejo forma parte del Polo de Promoción y Desarrollo puesto en marcha en Burgos en 1964, que supone una gran transformación social y urbanística de la ciudad. El complejo tiene un esquema de peine, formado por una serie de naves de cocción y fermentación y, perpendiculares a esta, naves de máquinas, calderas y almacén.

A esta última se adosa a su frente principal, al sur, el edificio de oficinas, de desarrollo longitudinal. Es este el elemento más característico de la fábrica, marcado por unos profundos brise-soleil horizontales y verticales que siguen el ritmo de los pórticos, solo visible en su totalidad desde el interior de la parcela. La estructura del este edificio es de gran sencillez, con pórticos y forjados de hormigón. La escalera del vestíbulo es el elemento más destacado, con unas zancas helicoidales de chapa de acero colgadas del forjado superior. Los interiores tienen un buen nivel de acabado, tanto en diseño como en materiales.

Diana Hernando Navarro, Smara Gonçalves Diez y Carlos Miranda Barroso

Estado de conservacion: Bueno

11/01/2020