El edificio se concibe como un volumen monolítico y aparentemente homogéneo, con una piel continua de vidrio serigrafiado, que le aporta la doble condición de hermetismo y ligereza.

El acceso principal se realiza a través de la portada gótica de 1479, obra de Simón de Colonia y uno de los pocos restos conservados del Hospital de San Juan. El tratamiento que se da a la envolvente permite la visión de la portada a través de los efectos compositivos del cerramiento.

El programa se organiza en torno a dos patios abiertos y un lucernario tras la portada, que inunda de luz el vestíbulo y facilita la orientación inmediata en el edificio. Ligados formalmente a los patios, se sitúan los dos núcleos de comunicación.

Cabe destacar la propuesta de fachada que, en la búsqueda de un funcionamiento energético eficiente, utiliza una piel exterior de vidrio serigrafiado respondiendo a la orientación, una cámara ventilada con toma de aire inferior y regulación superior y un tratamiento del vidrio interior.

Jael Ortega

Estado de conservacion: Bueno

12/01/2020